El fútbol argentino tiene un nuevo y merecido campeón: Estudiantes de La Plata. El pincha sufrió ayer para poder quebrar el cero ante Arsenal pero, a falta de 16 minutos para que termine el partido, logró abrir el marcador y desatar la locura en el estadio de Quuilmes, donde hizo de local.

Estudiantes llegó a la definición con la tranquilidad de no depender de ningún otro resultado para dar la vuelta, la victoria le daba el título. Pero se encontró con un motivado Arsenal que maniató al equipo de Alejandro Sabella y le cerró los caminos al gol en la primera etapa.

El segundo tiempo se vivió cargado de angustia ya que llegaban las noticias desde Avellaneda anunciando los golazos de Vélez y el posible desempate. Así, con esa carga extra de presión, el pincha siguió buscando y encontró el gol de la forma que mejor save conseguirlo: a través de una pelota parada. Tiro de esquina, centro de Benitez y gol de López. A otra cosa, Estudiantes campeón.

El gol fue la confirmación tácita del resultado, Arsenal no había venido a convertirle goles a Estudiantes sino a intentar mantener el cero en el arco propio. El local, por su parte, dobló esfuerzos (si eso todavía era posible) para correr cada pelota y reventarla en caso de ser necesario.

El segundo gol llegó casi sin querer pero no fue producto de la casualidad. Otra vez Benitez envió el centro al único jugador de Estudiantes que había en el área contraria y, tras un cabezazo perfecto, López selló el resultado y la consagración.

Fue una campaña impresionante de Estudiantes: ganó todos los partidos de local, cayó en dos ocasiones (ante All Boys y Tigre) y le convirtieron apenas ocho goles a lo largo del torneo. Sin dudas un premio merecido para un equipo sólido, aguerrido y con mucho carácter.