Internacionales

Expectativas en Chile y Perú por el fallo de La Haya

El próximo 27 la Corte Internacional de Justicia decidirá si atiende el reclamo de Lima que pretende una salida al mar.

Cuando faltan dos semanas para conocer el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre el diferendo marítimo que enfrenta a Chile y Perú, los sectores ultranacionalistas de uno y otro lado de la frontera intentan exacerbar los ánimos con propuestas y arengas que no tienen eco en la ciudadanía. Paralelamente, chocan ante la madura respuesta de la dirigencia política, que coincidió ayer, en Lima y en Santiago, en que más allá del laudo arbitral y de a quien beneficie, el 27 de enero la geografía seguirá siendo la misma y ambos países seguirán siendo tan vecinos como siempre, con períodos de malas y buenas relaciones, también como siempre. En Perú, si bien el gobierno de Ollanta Humala guarda silencio, los mayores partidos rechazaron una propuesta del ex presidente Alan García para embanderar las ciudades del país el 27 de enero. Dirigentes y legisladores de los partidos Perú Posible y Acción Popular coincidieron en que una medida de esta naturaleza podría ser interpretada como un gesto de triunfalismo, por lo que llamaron a esperar con serenidad la decisión de la CIJ. Sobre la segunda parte de la idea de García –decretar que la jornada laboral de ese día comience después de conocerse el fallo– el diputado Víctor García Belaunde dijo que «lo más serio es que los peruanos vayan a trabajar como siempre y, por supuesto, se preocupen por conocer el dictamen de la CIJ». Por su parte, la oficialista Natalie Condori dijo que «hay que tener cuidado con estas propuestas, porque seguirán apareciendo». En Chile, donde sectores minoritarios de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI) llamaron a «permanecer en estado de alerta», sin precisar cuál es el motivo de la supuesta emergencia que aconsejaría la vigilia, el gobierno de Sebastián Piñera llamó a “cuidar y engrandecer” las relaciones con Perú. Sin embargo, el diputado oficialista Rafael Tarud llegó a decir que «el triunfalismo de los peruanos se debe a que ya conocen el fallo, por lo que al comprobarse esa filtración deberemos reclamar su nulidad».»Hay que pensar que estamos decidiendo un límite marítimo y al mismo tiempo trabajando en común por las relaciones bilaterales», dijo el canciller Alfredo Moreno. Consultado sobre el llamado a embanderar las ciudades peruanas, reiteró que ambos países «van a seguir siendo vecinos al día siguiente de este fallo, vamos a seguir teniendo los migrantes que hoy día hay. Tenemos un futuro común que estamos obligados a cuidar y engrandecer. Esa es la tarea que tenemos las gobernantes», precisó. El diplomático volvió a repetir una frase que ha estado en boca suya y de Piñera en todo momento: «Chile va a respetar el fallo de La Haya, sea cual sea.»Ayer los máximos dirigentes de los partidos chilenos se reunieron con Piñera y se alinearon de forma unánime con el gobierno. «Este es un momento importante, debemos manifestar nuestro sentido de unidad», dijo a modo de vocero del grupo el senador José Antonio Gómez, del Partido Radical. Lo acompañaban los líderes de los oficialistas Renovación Nacional y UDI y los opositores Democracia Cristiana, Partido Socialista, Partido por la Democracia, Partido Comunista y Partido Regionalista Independiente.   El 27 de enero, a las 11 de la mañana hora argentina, la CIJ determinará si los límites marítimos vigentes entre Chile y el Perú son los que corresponden o si atiende un reclamo de Lima en el sentido de que no hay un tratado que los respalde y, por tanto, deben establecerse de una forma distinta que podría comprometer unos 35 mil kilómetros cuadrados de mar territorial.Los presidentes Ollanta Humala y Sebastián Piñera dijeron y repitieron que están dispuestos a acatar el fallo de La Haya que, por otra parte, es inapelable y de cumplimiento obligatorio. Humala dijo que Perú buscará construir una agenda de futuro con el país vecino. Piñera se pronunció de la misma manera. En 2008 Perú demandó la fijación del límite marítimo con el argumento de que no fue establecido anteriormente y, además, pidió que se trace por una línea tangente que le daría algo más de esos 35 mil kilómetros que hasta ahora estuvieron bajo soberanía chilena. Chile sostiene que el límite fue fijado en dos tratados suscritos en 1952 y 1954, que el país vecino respetó por más de 50 años, hasta que los consideró acuerdos pesqueros.