Cálculos variables, pero cuyas estimaciones más conservadoras lo ubican en 170 mil espectadores, poblaron la ciudad para escuchar y bailar en el primer recital del año de Solari, que presentó su reciente álbum solista, «Pajaritos, bravos muchachitos». La furia se desató en el hipodromo de Gualeguaychú entre el barro y el frío cuando, pasadas las 22.30, Solari y su banda denominada Los Fundamentalistas del aire acondicionado, irrumpieron en el escenario con «Nike es la cultura» del álbum «El tesoro de los inocentes». El cantante luego prosiguió con los temas de disco «Pajaritos, bravos muchachitos», mientras todavía parte del público ingresaba al hipódromo y el sonido no estaba a la altura de la envergadura del espectáculo.
El cantante, de 65 años, es acompañado por un elenco de músicos que incluye a Gaspar Benegas y Baltasar Comotto en guitarras, Marcelo Torres en bajo, Hernán Arramberri en batería, Alejo von der Pahlen y Sergio Colombo en saxo, Ervin Stutz y Miguel Ángel Tallarita en trompeta y trombón y Pablo Sbaraglia en teclados. En sus diez años de carrera solista, el Indio registró «El tesoro de los inocentes, de 2004; «Porco Rex», de 2007; y «El perfume de la tempestad», de 2010, y cada una de sus presentaciones es una fiesta multitudinaria como la de septiembre de 2013 que congregó a más de 120.000 personas en Mendoza. Tras la separación de Los Redondos, en 2001, Solari se propuso continuar a su modo con las celebraciones de las misas ricoteras, que nuclean a seguidores en distintas ciudades del interior para recitales multitudinarios. El recital de esta noche es el hito mayor de esa secuencia.
Fuente: Telam