La madrugada del 25 de marzo del año pasado, el líder campesino santiagueño, Julián González, de 19 años, apareció muerto con un disparo a la altura del corazón sobre la Ruta Provincial 5.

El día anterior, el joven había ido a jugar un campeonato de fútbol pero no regresó más a su casa hasta que su cuerpo fue encontrado en un descampado de la zona de los departamentos Figueroa y Moreno.

Desde entonces, los familiares y su abogado iniciaron su pedido de justicia y, tras recoger varias pistas, están convencidos de que el crimen fue ordenado por “narcos” de la zona.

Bajo esta premisa, en las ultimas horas, pidieron a la Justicia Federal que investigue a fondo este hecho de sangre. Según informó NuevoDiario de la capital santiagueña, en primera instancia, había actuado el Juzgado del Crimen de III Nominación, pero los familiares acudieron por escrito al fuero federal y el caso pasó de manos.

Margarita González, la madre del joven Julián, desde el mismo momento que encontró a su hijo muerto dijo que se trataba de una venganza de los narcos que presuntamente operan en la zona. Es que la mujer tiene sus sospechas porque su hijo “reveló a integrantes de una fuerza nacional el movimiento de los “narcos”, a través del descenso de avionetas y extraños personajes que merodeaban la zona. A los pocos días apareció muerto”.

La mujer está esperanzada, desde hace días, de que la Justicia Federal investigue a fondo esta compleja trama y sostiene que tienen pruebas suficientes.

Para los investigadores, los departamentos Figueroa y Moreno, la zona donde apareció González es un lugar “fértil” para los “narcos”. Justamente allí, durante esa semana, los gendarmes hallaron cuatro pistas clandestinas. Además, es un lugar con “extraña” presencia de personas que circulan en camionetas importadas y motocicletas, según cuentan los mismos pobladores de la zona de Moreno y Figueroa.