Sociedad

Mansión Seré: Los cimientos hablan

Pablo Giorno es estudiante de Ciencias Antropológicas en la UBA. Desde el 2002 trabaja para el Proyecto Mansión Seré. El proyecto comenzó cuando la Asociación Seré, formada por familiares de desaparecidos y sobrevivientes, junto con el municipio de Morón, convocaron a un equipo de investigación para recuperar el espacio.

Pablo Giorno trabajo desde el inicio del proyecto de la Mansión Seré

  La Mansión Seré funcionó como Centro Clandestino de Detención en la última dictadura militar. En ese espacio se está construyendo un museo y sitio de memoria. El trabajo de reconstrucción ayuda para esclarecer los juicios de Lesa Humanidad.   Por Anabel Acevedo  ¿Cuál es el objetivo del proyecto? El objetivo principal es recuperar  los restos de la mansión y hacer un sitio de memoria en ese lugar, en formato de museo de sitio arqueológico. Pero ese objetivo con la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y la reapertura de causas mutó porque nuestro trabajo pasó a ser importante para los distintos juicios que se llevaron a cabo. Hay uno en curso que calculamos que se realizará el año que viene y hubo otro en el 2008, en el cual se juzgaron a los que eran los responsables a cargo de la Mansión Seré y otros centros clandestinos.   ¿Es un equipo interdisciplinario? El equipo mutó mucho a lo largo de estos años. Generalmente, siempre fuimos estudiantes. Como la idea era hacer un centro de interpretación y un sitio de memoria, no solo trabajamos personas relacionadas con la investigación, sino también comunicadores sociales y demás. Pasaron historiadores, antropólogos, arqueólogos. Tuvimos apoyo y guía de arquitectos porque es un proyecto muy relacionado a la arquitectura en todo  lo que fue el proceso de reconstrucción. Hoy hay varios compañeros que vienen de la comunicación social, periodistas que se encargan de armar todo lo que es la difusión, el material del sitio y cartelerías.   ¿Cómo ayuda a la sociedad esta reconstrucción? La Mansión Seré es una prueba viva de que la historia es un proceso. La vuelta de la democracia también fue un proceso: no se llamó a elecciones y nada más. En una charla de café con un sobreviviente, hace años, hablábamos de esto y él me dijo: La memoria son los cimientos de una casa, si la memoria es débil se cae todo. Si nos olvidamos de dónde venimos nos va a costar saber para dónde vamos; eso me parece fundamental. El espacio, está abierto al público, todos los días, pero además hacemos visitas guiadas para los colegios. Y hasta hace no mucho, había un par de compañeras docentes que daban talleres y la verdad que trabajando ahí, nos damos cuenta que los últimos años de la dictadura, la historia reciente es un tema poco laburado. Está todo relacionado, los gobiernos de Alfonsín, de Menem. Los chicos vienen en blanco, incluso con conceptos que son muy básicos. No tienen muy claro lo que es la democracia. Nos encontramos con esos problemas que son muy complicados teniendo en cuenta que hoy a los 16 años muchos chicos pueden votar Desde el contraste que hay en una dictadura, a lo que es la democracia se pueden sacar muchas conclusiones y trabajar mucho. A veces es muy complicado porque conceptos como “Desaparecido” o “Centro Clandestino de Detención” hay que trabajarlos porque uno considera que ya están sabidos. Pero en realidad no. A su vez, trabajar estos conceptos nos permite entablar debates sobre vulneraciones de derechos en la actualidad. Muchas veces trabajando con colegios, hablando con los chicos de los centros clandestinos de detención, te sale un chico que tiene un pariente preso.   Este gobierno levanta las banderas de los derechos humanos, ¿Te parece que hubo un cambio a nivel educativo y social? Hay un desfasaje. Trabajando con la historia en los últimos años me doy cuenta que por lo general los procesos son con delay desde que comienzan las políticas hasta que llega la mejora efectiva. El primer paso es instaurar el tema, después qué es lo se hace con ese tema; y pasa que muchas veces empieza a hacer agua y no metemos estos temas en las curriculas en el colegio, con fuerza, producir material pedagógico. Nosotros recibimos chicos de casi todas la provincia de Buenos Aires y del interior y son muy pocos los colegios que lo tienen laburando. Habiendo mucha información, películas; se ha trabajado mucho en estos años como para trabajar con los chicos bien. El hecho de ser estatal también es parte de este proceso, durante años no se le había dado bola, estaba metido debajo de la alfombra y hoy es un tema del que se está hablando mucho y se está invirtiendo mucha plata en la visibilización de estos espacios; lo cual no es poco. Entablar un tema y que se empiece a hablar es fundamental. También nos encontramos, entre los chicos, con casos de violencia institucional (la policía, etc.) no tienen idea de que existe Direcciones de Derechos Humanos o el Comité de tortura u otros tipos de espacios en que pueden acercar a hablar, más allá de una denuncia en la comisaría. Es todo un proceso porque venimos arrastrando un descreimiento de todo lo que es el Estado. Ahora venimos repuntando, entonces es muy complicado recomponer las instituciones y cambiarle la cabeza a una sociedad de que vuelva a apoyarse un poco en el Estado, es un trabajo que lleva muchos años.   ¿Dentro de las líneas de investigación se trabajaron con fotos, testimonios y qué más? La mansión funcionó muy poco como Centro Clandestino de Detención: desde el ´76 hasta principios del ´78, se desarticula y los militares la prenden fuego y se llevan a todas las personas que estaban ahí. Queda abandonada hasta 1985, en el cual es destruida completamente. Meses antes, en el marco del Juicio a las Juntas, había sido reconocida como centro clandestino de detención, es bastante emblemática de la Mansión Seré. Acá se ve lo que decía de la historia como un proceso continuo y no como una sucesión de hechos aislados. No es casual que la Mansión Seré y otros centros clandestinos de detención hayan sido destruídos en democracia. Acompañando la destrucción del edificio en sí, y rellenaron el terreno e hicieron una cancha de fútbol encima. Solo sobrevivieron los cimientos; hicieron desaparecer toda la información que podía haber en el municipio, relacionado con la Mansión Seré, se hizo un laburo muy prolijo de borrar toda evidencia relacionada con la Mansión, cómo era, información catastral, censos,  no hay nada, no recuperamos nada.   ¿Cómo se hace para reconstruir así? Nosotros teníamos una parte llana que es un proyecto municipal: teníamos acceso a la información pero no había forma. Incluso, hasta se tomaron el trabajo de arrancar las páginas de los vuelos de relevamiento que hacía el municipio que pasaban sacando foto para medir los metros que tenía una casa. La página donde estaba la Mansión Seré está arrancada de esos  libros.  Es bastante notoria la  dedicación para hacer desaparecer ese tipo de información. Eso fue lo que nos hizo tener que rompernos la cabeza para reconstruir la mansión. Teníamos los restos que íbamos recuperando con la excavación: restos de pared, azulejos, tejas, hechos pelota porque lo picaron para rellenar y quedaron pedacitos mínimos; y la base de los cimientos, debajo del nivel de superficie y por eso cuando trabajaron con las máquinas, no lo afectaron. Después teníamos los testimonios de los sobrevivientes que ya habían declarado en el marco del juicio de las juntas, y que habían empezado a organizar antes de empezar a trabajar nosotros. Pero necesitábamos más información, había un par de fotos dando vueltas que estos sobrevivientes habían recuperado pero necesitábamos mucha más información para efectivamente hacer una reconstrucción. Eso nos llevó a trabajar con los vecinos, no fue complicado porque el proyecto estaba dentro de un polideportivo, donde al principio, laburábamos los fines de semana, estaba lleno de gente. Estabas haciendo un pozo relacionado con la dictadura, todo el mundo venia y te preguntaba qué estabas haciendo. Esa fue la primera instancia de contacto. Y en algunos casos ya te decían yo tengo una foto. Después hicimos un tanteo con una encuesta en el barrio que ahí logramos recupera algunas imágenes. Algo muy significativo que pasó es que muchos vecinos, en los años que estuvo la mansión seré abandonada,  hasta que la tiraron abajo, se empezaron a llevar cosas: rejas, escalones de mármol, puertas. Después con las fotos fuimos viendo el desmembramiento que hubo en la mansión. Tener en cuenta los procesos de hiperinflación  y sacaron las cañerías de hierro para venderlas. Con los testimonios de los vecinos que conocían la mansión, las imágenes, a través de las fotos del exterior podíamos ver el interior, los cimientos que recuperamos. Fuimos haciendo un trabajo meticuloso de ir reconstruyendo; con esos elementos, dividir cada uno de los espacios caracterizándolos: habitaciones de tortura, de detención, los baños.   ¿Se sabe las dimensiones? ¿La cantidad de habitaciones? Si, logramos hacer dos planos bastante acabados. Estos planos fueron presentados en estas instancias judiciales. Y en el 2008 algunos compañeros del equipo de investigación fueron a declarar como testigos, del trabajo realizado por nosotros en la recuperación del espacio. Ahora, en este momento, junto con Memoria Abierta. Aportando toda la información que generamos ambos equipos a lo largo de estos años y obviamente con el aporte técnico que tienen ellos, como arquitectos hicimos una reconstrucción en 3D virtual de cómo era la mansión en aquel momento.   ¿Se pudo saber cuántas personas estuvieron detenidas? Contando a las personas confirmadas y los vistos (que no identificamos con nombres y apellido pero estuvieron detenidas), rondan las cien personas. De la cuales, ocho continúan estando desaparecidas. Tengamos en cuenta de que funcionó por poco tiempo y esta suma es significativa.   ¿Sos consciente del aporte que brindan a la historia aportando con las pruebas para los juicios? ¿Cómo te sentís? Si, obvio que sí. Con los años uno empieza a tener una relación particular, porque se peleó mucho porque ese lugar hoy sea un Museo de Sitio, que lo estamos terminando de armar. Una relación hasta a veces un poco necia, además de las relaciones con alguno de los sobrevivientes. Conocés sus historias, tenés un afecto y lo mismo con vecinos que vivían en frente, que estuvieron muy afectados y hubo que brindarles una contención muy importante. Son personas a las que uno aprecia, además de los compañeros de trabajo en sí y las madres. Es un aporte que considero muy importante, sino no lo haría. Me fui dando cuenta del papel que cumple la ciencia para la sociedad, siempre tiene que ser algo útil para la sociedad. Muchas veces, la dinámica misma de la investigación no te lo permite. Con la inyección que hubo de dinero para la ciencia hay muchos que están trabajando mucho y muy bien pero agarrás un manual y esa producción no llega, tiene el mismo contenido que yo tenía cuando iba a la primaria. Entonces, ¿Dónde está el correlato entre lo que se está laburando, que es un montón y está buenísimo y entre lo que llega a la sociedad? estamos trabajando por algo. Y este proyecto, en particular me permitió eso: todo lo que hacíamos desde el vamos tenía su correlato, socialmente útil.   ¿Cómo sigue la investigación? Hay cuestiones legales que tenemos que terminar de armar que nos llevan a seguir trabajando en la investigación. Todavía nos queda seguir escavando hay lugares sin escavar que comprenden el museo. Como equipo de investigación estamos a disposición de los juzgados y hemos laburado en varios centros clandestinos de detención haciendo peritaje. Dentro de lo que es el partido de Morón participamos de todas inspecciones oculares de los juzgados que consideren pertinente de que estemos haciendo un acompañamiento con un ojo más técnico: van los sobrevivientes  y nosotros vamos mirando buscando modificaciones en los edificios, que pudo haber cambiado la fisonomía. Hoy por hoy, estamos tratando de terminar el trabajo del museo, cartelería, vitrinas con materiales y los metros que nos quedan por escavar. Y después hay otra cosa importante que hablábamos que hay que empezar a resignificar el área de investigación que tiene la Dirección de Derechos Humanos en Morón y enfocarnos más de lleno en lo que son las vulneraciones de los derechos actualmente. Se está buscando rearmar un equipo orientado a ese trabajo, otro tipo de profesionales que hagan ese trabajo. Estamos en esa etapa de cambio. En lo personal voy cerrando un círculo.   Perfil de Pablo Música: Papo. Ahora volví al Glam Metal.  Libros: Historia Latinoamericana, Segunda Guerra Mundial, Historia Argentina. Cada tanto leo Jack London. Frases: “Preferible pedir disculpas y no pedir permiso”. Hay que ser un poco atrevido para hacer cosas pero siempre estando dispuesto a pedir disculpas si uno se equivoca. Deportes: Soy hincha de Boca, me gusta el fútbol pero no soy bueno. Hice artes marciales, bici y me gusta correr.