El maquinista Julio César Benítez, quien condujo el tren accidentado en la estación de Once, declaró ante el juez Ariel Lijo en la indagatoria que se realizó ayer en el Tribunal federal de Retiro. 

Tras la reunión que mantuvo con sus abogados, el motorman afirmó que posee “recuerdos borrosos” del accidente.

“No recuerdo siquiera en que estaciones paré ni como paré”, sostuvo en una parte de su declaración mientras detallaba que había sufrido de “ahogos y una falta de aire”, motivo por el cual “apenas recordaba flashes” de lo que ocurrió el sábado.

Debido al poco esclarecimiento que ofreció la indagatoria y lo dicho por el presunto responsable del incidente, el juez decidió que continúe detenido. 

En tanto, aún se esperan las imágenes que están guardadas dentro del disco rígido que supuestamente fueron extraídas por el motorman y fue hallada por la Policía.

“Sentía que perdía mucha sangre y que trataba de recuperar mis pertenencias que estaban desparramadas”, aseguró en la declaración indagatoria. “No me acuerdo haber extraído el disco ni nada de él”, añadió en referencia al artefacto, que hasta el momento no fue reparado. 

Benítez también admitió ser autor del blog donde se refiere al accidente de febrero de 2012 y confirmó haber soñado que tenía un accidente similar, y que luego de este episodio recibió asistencia psicológica. 

Voceros de la investigación adelantaron que Benítez podría ser imputado por el delito de “estrago doloso”, una calificación más grave que la de culposo y prevista en el artículo 191 del Código Penal. 

Esta imputación prevé penas de hasta diez años de cárcel para aquel que «por imprudencia o negligencia o por impericia o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un descarrilamiento con lesiones». 

Al igual que la esposa de Benítez, el hijo del motorman –Daniel- saltó en defensa de su padre al asegurar que tiene “conocimientos de cómo labura” por el hecho de “estar observándolo”. “No era una persona de quedarse dormida, era diez mil veces mejor para el trabajo que para el resto de su vida”, sostuvo. “Ese día no quería laburar, porque los sábados no le correspondía hacerlo”, añadió.