Mientras se prepara para asumir esta semana la jefatura del peronismo bonaerense y sigue apostando a la construcción de su propio espacio político dentro de la estructura del PJ, el jefe de la CGT se ocupó en los últimos días de mostrarse como  conocedor de temas económicos, emulando al ex presidente Néstor Kirchner, que se reconoce como un apasionado en la economía. Por ahora Moyano se concentró en uno de los aspectos más polémicos de la actual coyuntura económica local, la inflación, pero parece dispuesto a ir por más. La semana pasada, el líder sindical había afirmado que la inflación está controlada y garantizó que el nivel actual (aunque no precisó si hablaba de los datos del Indec o de su ya famosa “inflación de supermercados”) asegura la movilidad social. Llovieron las críticas de diversos economistas contra sus apreciaciones, pero el camionero estuvo lejos de achicarse e insistió en profundizar sus ideas.  Sin embargo, el camionero dejó de lado el tono más académico y se despachó con dureza contra los economistas que salieron a cuestionar sus opiniones y que le advirtieron que el incremento de precios, más que mejorar los niveles de movilidad social, perjudica a los sectores más empobrecidos. “Son economistas que seguramente tuvieron simpatías por los planes liberales de los 90”, subrayó en declaraciones radiales.  Según su visión , extendida dentro de la cúpula de la CGT entre los gremios aliados al camionero, el motor de la inflación se vincula con aquellas empresas que concentran la oferta en el mercado de alimentos y que –en su opinión– se “niegan a invertir” para mejorar la capacidad productiva instalada. Desde ese análisis, la dirigencia cegetista decidió encarar un par de meses atrás un nuevo diálogo con la conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA), en la búsqueda de diseñar un plan antiinflacionario conjunto para elevar al Gobierno, aunque las negociaciones entre ambas entidades parecen haberse estancado en las últimas semanas.