En este sentido, la carencia de partidos políticos consolidados y de real legitimidad social más allá del estadio electoralista invita a que nuevas fuerzas ejerzar una re lectura del tejido social que aun demanda las mismas consignas que se sucedieron a posteriori de la prufunda crisis que padeció el país.

Esto son transparencia en el ejercio de los poderes públicos, la recuperación de la soberanía económica, la reducción de los índices de pobreza y desempleo y la recuperación del ahorro público diezmado por la apropiación ilegítima impulsada por el Estado.

El atisbo a ciertas políticas macroeconómicas y un contexto geoeconómico internacional favorable a las condiciones internas argentinas dieron lugar a una pronta recuperación que si bien su ritmo a sufrido una merma aun mantiene indicadores positivos salvo quizás en una preciada variable conocida: la inflación – de cuya consideración, la actual gestion gobernamental ha dado insuficientes resultados.

En el plano coyuntural externo observamos que el hemiferio occidental no encuentra una respuesta a la profunda crisis económica que se tranfiere en opciones reaccionarias, lo que impulsa a políticas que retroalimentan el conservadurismo aun en aquellos partidos de signo socialdemócrata que no hallan un horizonte superador o capaz de quebrar los paradigmas institucionalizados.

En este sentido el caracter de la palabra socialista y en particular en un socialismo argentino debe recuperar y revitalizar los numerosos aportes nacionales y regionales que han dado luz a numerosos socialistas y de su quehacer politico que hasta nuestros días prevalece.

Entrar en una enumeracion pecaria de discriminación y un sin sentido pero valga la situacion rescatar figuras de la talla de Manuel Ugarte o Alfredo Palacios para que todos nosotros comencemos a trazar un mapa geopolítico capaz de doblegar a los espíritus globalizadores neoliberales que aun azolan nuestro terruño.

Ezequiel Beer, Militante Partido Socialista Ciudad de Buenoss Aires – Participacion Socialista.