Ciudad

Quejas de vecinos por la obra en la calle Galván

Con más de 15 cuadras, la avenida atraviesa de norte a sur los barrios de Villa Urquiza y Saavedra. El gobierno porteño dispuso modificaciones para mejorar el tránsito, pero despertó reclamos de quienes utilizan la vía.

El intenso tránsito que afecta a todos los barrios de la ciudad de Buenos Aires ha generado que, en el último tiempo, se empezaran a llevar a  cabo una serie de obras que tienen como fin intentar descomprimir el caos vehicular.

 

La calle Galván, que atraviesa de norte a sur los barrios de Villa Urquiza y Saavedra y que muchos usan para empalmar con la avenida General Paz, quedó con sólo dos carriles de circulación (antes tenía tres), y se le sumaron una bicisenda y dársenas de estacionamiento.

 

Esta modificación generó enojo en los vecinos ya que argumentan que estas modificaciones, contrariamente a facilitar el tránsito, lo perjudican.

 

“Galván siempre fue complicada, pero hicieron un desastre, un gasto inútil. Achicaron la calle y ahora hay más congestionamiento que antes”, señaló una  vecina.

 

“De repente la calle se transformó en un cachivache, con demarcaciones confusas. En un principio habían colocado delineadores entre los dos carriles para dividir los autos de los camiones, pero generó tanta incertidumbre que tuvieron que sacarlos”, relató otro vecino.

 

Tanto los funcionarios de Desarrollo Urbano como los de la Subsecretaría de Tránsito y Transporte no pudieron explicar el motivo de la construcción de la bicisenda en esa zona a tal punto que ambas reparticiones deslindan su responsabilidad y niegan ser los ideólogos del diseño.

 

Otra de las modificaciones que generan polémica es que, pese a que era una calle en donde no se podía estacionar, ahora se construyeron dársenas para que los frentistas dejen sus autos.

 

Si bien originalmente la calle Galván medía entre 9,40 y 10,50 metros, el gobierno porteño quiso achicarla a siete metros para desalentar la alta velocidad en que transitan los vehículos que circulan en la zona. Esto se debe a que, según estadísticas oficiales, junto con la Avenida del Libertador, es donde más fotomultas se registran por exceso de velocidad.

 

“El concepto fue desarrollar un carril para autos y otro para tránsito pesado y colectivos y de esta manera mitigar el impacto negativo que generan a los vecinos que viven sobre la línea municipal. Al reducir la cantidad de carriles obligás al tránsito a disminuir la velocidad”, detallaron desde la Dirección General de Obras de Arquitectura del Ministerio de Desarrollo Urbano.

 

La ciclovía unidireccional que ocupa tres cuadras, entre Avenida Congreso y José Pascual Tamborini, es una de las grandes críticas por parte de los vecinos ya que se ubicaba del lado derecho en el sentido vehicular y absolutamente inconexa. La ciclovía más cercana pasa por la calle Ceretti, ubicada a diez cuadras de Galván.

 

“Es una incongruencia. Los vecinos que viven en esas tres cuadras tienen que lidiar con los camiones, las paradas del 110 y además con la bicisenda. Es difícil entender qué quisieron hacer”, comentó otro vecino en controldetransito.com.ar. 

 

De Congreso a Crisólogo Larralde, los camiones van por la derecha y luego, hasta la General Paz, pasan a la izquierda. “También se buscó alejarlos de las casas. En este último tramo, sobre la izquierda, está el Parque Sarmiento y lógicamente no hay frentistas”, explicaron.

 

Otra preocupación vecinal es que, para evitar los embotellamientos, los vehículos terminen circulando por calles paralelas, queriendo evitar Galván que, en hora pico, es una de las opciones más buscadas para salir hacia el Norte.