El gobernador Daniel Scioli afirmó que el Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas que inició ayer su segunda etapa en Esteban Echeverría apunta a “evitar tragedias” y complementar las políticas en marcha a favor de la seguridad ciudadana.

“Trabajamos para crear conciencia que donde hay un arma hay potencial un problema», subrayó Scioli junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Julio Alak.

El gobernador remarcó su certeza de que “si se pone el hombro desde todos los rincones de la sociedad esta segunda etapa del Plan será mucho más exitosa de lo que fue la primera».

Puso en valor «los resultados de una administración eficiente» en referencia a la intendencia de Fernando Gray, y señaló que se debe continuar la línea de colaboración de la Provincia y el Gobierno nacional «en todas las áreas que hacen a mejorar la seguridad ciudadana desde la prevención».

Por su parte, el ministro Alak señaló que la provincia de Buenos Aires «ha contribuido en un 50 por ciento con el Plan Nacional de Desarme», convirtiéndose en la que más armas aportó.

Al presente, por las acciones del Plan se sacaron de circulación 107.761 armas de fuego, que representa alrededor del 10 por ciento de las armas que figuran registradas en el país.

El esquema en funcionamiento contempla retribuciones económicas de hasta 600 pesos para quienes entreguen sus armas y municiones, de acuerdo con lo pautado por la cartera nacional.

Esta nueva etapa del Plan incluye el compromiso de participación de casi una decena de instituciones religiosas, en función de ampliar la concientización que favorezca decisiones de entregar armas.