Sociedad

Por Anabel Acevedo

“SAGAI es un sueño por el que lucharon muchos compañeros”

En una entrevista cálida, María Fiorentino, cuenta anécdotas, habla sobre SAGAI, cómo fue bajarse de un éxito como la obra de teatro “Toc Toc”. Su paso por Gasoleros, el programa que marcó un antes y un después en la televisión de los 90´s y en su vida. Su encuentro en Cuba con García Márquez y con Fidel Castro.

Fiorentino es actriz y Vocal Titular de SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes).

  La actriz se muestra suelta y divertida en este mano a mano.  Fiorentino asegura que el actor es un espejo de su tiempo y entre risas, dice que hizo todas las mucamas y las putas que hubo en televisión. A principios de julio va a haber elecciones en SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes). ¿Cómo te preparás para eso? La lista Celeste y Blanca se va a presentar el primero de julio, conformada por algunas de las personas que estamos y con la incorporación exitosa de muchos jóvenes. En la asamblea del 19 de mayo se eligió la Junta Electoral y las listas tienen hasta 15 días antes de las elecciones para presentarse y que la Junta Electoral los apruebe. El socio no paga una cuota, se asocia y para formar parte de la Comisión Directiva tiene que tener un mínimo de cinco años como socio y ser socio activo. Cosa, que aunque parezca raro, hay muchos socios mayores, muy reconocidos en los medios que no podrían formar una lista porque no hace cinco años que están asociados. En esta lista en la que estoy hay un par de cambios porque teníamos algunos cargos vacantes como el de Vicepresidente, que en su momento lo ocupó Federico Luppi pero ya no está. Yo soy Vocal Titular y ahora voy a ir como candidata a Pro-Secretaria General y el Vicepresidente va a ser Jorge Marrale que ahora es el Pro-Secretario General. Como vocales van a entrar algunos jóvenes que han estado colaborando con la Fundación SAGAI,  nosotros pensamos que tenemos que pasar la posta.  Pablo Echarri dice de que yo me quejo de que no hay muchas mujeres en la lista–y tiene muchísima razón- Vos te quejas de que no hay muchas mujeres pero la verdad es que salvo vos y las dos que van a estar en la lista que son colaboradoras, no son las mujeres las que han venido a pedir un cupo o a laburar; vos viniste y te ganaste un lugar.     ¿Qué significado tiene para vos la formación de esta Sociedad de Actores Intérpretes? Es una gran conquista. SAGAI es un sueño por el que lucharon muchos compañeros como Pepe como Gené como Jorge Rivera López. Los actores lo lograron con Argentores, los músicos con SADAIC, los interpretes con AADI. Pero había un decreto de la ley noble de 1933 pero que se tiene que poner en funcionamiento mediante un decreto presidencial, y la de los actores nadie la firmaba; la firmó el ex presidente Néstor Kirchner. La actual Presidenta fue la que firmó, a nuestro pedido, un decreto que complementa al primero que fue que nosotros tenemos la obligación ineludible de pagarle a todas aquellas sociedades de gestión en el mundo (son solo 18) a los países que tengan una estructura de autogestión en formato real, como nosotros, y que le reconozcan este derecho a sus asociados y que firmen con nosotros un convenio de reciprocidad. El último gran triunfo que tuvimos, económico y político, fue el de Directv. Directv es una empresa norteamericana y los norteamericanos no les reconocen el derecho de la propiedad a sus actores. Yo escucho que se asombran de lo que ganan los actores norteamericanos. Es posible que Meryl Streep gane 30 millones por una película pero al estudio le sede, durante 15 años todos los derechos sobre su vida. Que Directv nos reconozca en un fallo de primera instancia y nos van a pagar, es un derecho ganado y un triunfo político que Estados Unidos reconozca algún derecho de propiedad intelectual porque para ellos, pienso que somos el culo de mundo.   ¿Qué sucede con las jubilaciones de los actores? Supongo que es una lucha que nos va a llevar un poco más de tiempo que la gestión, es mucho dinero el que se le pide al patrón. Es una lucha difícil de llevar a cabo porque ninguno de nosotros permanece mucho tiempo en un lugar. Por ejemplo, desde hace muchísimos años para trabajar en la televisión yo tuve que optar por un sistema jubilatorio y opté por la caja del Estado porque me imaginé que en algún momento las AFJP iban a levantar vuelo (en todo el mundo levantan vuelo porque son como una mesa de dinero). Pero sin recibo de trabajador autónomo o monotributista ningún canal te contrata. Nosotros pagamos la obra social: yo soy jubilada, de modo que mi haber del Pami lo derivé a mi obra social, como nuestra obra social es solidaria porque somos muy subocupados (hay un nivel de desocupación del 92% del padrón). Por ejemplo, yo estuve trabajando en una obra de mucho éxito Toc Toc, el aporte que la obra social me retenía era mayor por lo tanto es acumulativo. Yo dejé de trabajar en diciembre y tengo aporte hasta septiembre, en agosto empieza a derivar lo que Pami me cobraría a mí, a mi obra social. Cuando yo no trabajo tengo obra social aunque lo del Pami sea menos de lo que sale mi obra social pero cuando yo trabajo a mí también me lo descuentan porque hay un montón de compañeros, que no tienen obra social. ¿Cuál es el compromiso de un actor con respecto a la sociedad? ¿Puede elegir trabajos ligados a su compromiso social, como tu papel en Montecristo? Tiene que ver con un tema generacional. Antes del 2000 no se hablaba del tema en televisión, de manera tal que en mi carrera de televisión, hice todas las putas y las mucamas que se puede imaginar, porque soy morocha. Salvo por el programa que se llamó “Yo fui testigo” que se hacía en el trece en los 80´s y lo narraba Arturo Bonín, que trataba hechos de nuestra historia como por ejemplo la caída de Illia, la noche de los bastones largos. Ahí tuve la suerte de poder hacer por primera vez, algo diferente en televisión. Este no es un país racista pero a veces parece. Hay muchos estereotipos. Sí, hay muchos estereotipos. La única vez -hasta Montecristo- que tuve la posibilidad de hacer un personaje que hablara sobre mi generación fue en “Yo fui testigo” fue muy conmovedor porque lo hicimos con Rubén Stella, que también había estado ese día de la vuelta de Perón en Ezeiza, hicimos una pareja que iba a Ezeiza y presenciaba la masacre. Fue muy impresionante para los dos porque fue la primera vez que los dos, como actores de la misma generación, los dos peronistas, teníamos la oportunidad de contar algo de la historia de nuestra vida porque hasta ese momento habíamos hecho estereotipos porque había cosas de las que no se hablaban. Y cuando Montecristo se armó, el negro –Echarri que fue el motor que impulsó, es un hombre muy generoso cuando arma elencos porque reparte y delega, no quiere todo el tiempo la pantalla para él-. Él me pidió especialmente que estuviera al lado de él y yo estaba muy cansada ese año y también un poco anémica, y la televisión había empezado a dejar de ser lo que era en los 90´s en Gasoleros; que me partió al medio, rompí el karma de sirvienta en el aire porque me despidieron de la casa de Roxi (Mercedes Morán) para seguir en la tira como su amiga. Nunca había trabajado tantas horas en un programa de televisión. Y nunca había trabajado en un programa de tanto éxito y tanta llegada. La gente empezó a saber que esa cara que veía desde hacía tanto tiempo en televisión era María Fiorentino: pegaron mi cara con mi nombre. Pero cuando me llamó Echarri, el solo pensar de estar otra vez 12 horas en un estudio de televisión. Entonces mi personaje lo hizo Rita Cortese después me llamaron y me dijeron que yo iba a aparecer. Cuando apareció ese personaje tuve la mala idea de entrar a los foros, vi los comentarios y me di cuenta que había una idea muy estereotipada sobre lo que es un detenido-desaparecido que está vivo. Y decían cosas horrendas  de mí, de María Fiorentino. En realidad yo debería haberme reído pero, por ejemplo alguien decía que No podían creer que una mujer que estuvo detenida y había sufrido torturas usara escotes; con lo cual yo dije no conocen, nunca vieron un detenido-desaparecido caminando por la calle. Pero además creo que pesó sobre mí el hecho de que la única detenida desaparecida sobreviviente que iba a ver en toda la tira era yo. Y no pude manejar bien nada: ni la ropa, los horarios, ciertas cosas que yo quería hacer, no pude hacer nada. Y ahora a la distancia, el otro día en el programa Pura Química vi una escena y cuando vi que los que estaban mirando la escena estaban muy emocionados dije que no estaba mal. Me acuerdo que Rial tenía un programa de radio, me llamó y me dijo que estaba muy impactado y emocionado y que él tenía una persona conocida que había estado detenida. Eso me reconfortó pero fue medio difícil, de todas manera, esto en cuanto a lo que te digo que uno puede elegir lo que no hace en televisión es más difícil decir “yo quiero hacer papeles comprometidos” porque hasta el 2000 salvo “Yo fui testigo” no se hablaba de ciertas cosas: no se podía hablar de narcotráfico, venta de bebé, ni hablar de la dictadura. Por otro lado creo que el actor es un espejo de su tiempo, y esa es la función del teatro, que nosotros vivimos y vemos vivir a los demás (o creemos que vemos) pero a nosotros mismos no nos vemos vivir. Entonces cuando uno se sienta en el teatro, puede decir en un momento determinado A mí me pasa lo mismo, yo soy igual, yo hago lo mismo, se produce una modificación del que está sentado. Artaud dice que el teatro tiene que modificar físicamente tanto al que representa como al que viene a ser representado. Creo que es el acto de buena fe más grande que conozco en materia de entretenimiento porque la gente paga por algo que todavía no sabe que es pero va y paga. Incluso en una comedia como Toc Toc se producida un hecho terapéutico, la terapia es otra cosa el teatro no es reflexivo e introspectivo como la terapia, lo cierto es que reírse de uno mismo puede ser lo más terapéutico fuera de la terapia y la gente que se reía en Toc Toc, se reía de sí misma porque nadie podía evitar reconocerse en alguno de los que estábamos ahí.   Hoy, lejos de aquella decisión que tomaste de no casarte y seguir con tu carrera ¿Sentís que estás realizada? No, si yo me sintiera realizada estaría muerta. Yo creo que todo el tiempo uno está tomando decisiones y no sabe a dónde lo van a llevar porque yo quería ser actriz pero antes, cuando vine acá, lo que quería era saber si yo podía ser actriz. Yo hice teatro en Rosario como no me divertía me imaginé que no debía hacer teatro porque yo veía a los actores, que aun haciendo drama, se reían. Me quedaba en la puerta, los veía salir y veía que los tipos salían cagándose de risa y yo había llorado como una marrana. Me imaginé que tenía que estudiar y me di cuenta que podía; después me di cuenta que lo que yo creía que lo más difícil era el drama y lo más difícil es hacer reír. Porque todos lloramos por lo mismo. Todos lloramos la muerte, por un amor que se termina o por la emoción que nos produce algo. Pero no todos nos reímos por lo mismo. El día que descubrí desde un escenario que pude hacer un chiste sin siquiera abrir la boca, con un solo movimiento podía hacer que 250 personas se recontra cagaran de risa, me conmovió, me pareció que había llegado al boom del reconocimiento, que es el humor.   ¿Cómo fue hacer Toc Toc, con el gran éxito que ha tenido? Nunca pensé que nos iba a tocar un escenario como Toc Toc. Empezamos a ensayar en noviembre y dos días antes del estreno decíamos de qué vamos a vivir en marzo. Hicimos un ensayo general y pedimos permiso a la producción  de invitar a la gente a través del Facebook. Diego Gentile y yo somos los activos en Facebook y dijimos hay ensayo abierto y se llenó la sala, y cuando escuchamos a esa gente cagarse de risa, eran más de 300 personas, al estar en el escenario nos empezamos a dar cuenta que teníamos que esperar la risa. Y empezamos a mirarnos y cuando terminó el ensayo nos fuimos todos adentro y podíamos creer lo que había pasado. Y estrenamos se agotó, se agotó, se agotó y yo también.   ¿Tendrá que ver que esta es una sociedad altamente psicoanalizada? Yo creo que sí. Por ejemplo, a nosotros mismos nos daba risa. En las críticas, que fueron muy críticas y hasta piadosas, te diría. Salían las críticas y ya teníamos una semana agotada y decían sin “nombres rutilantes”, nos presentaban sin mediáticos, pero los mediáticos no son actores ¿Qué es eso? ¿Cómo es? También estaba Mauricio Dayub.   ¿Pero se olvidaron de tu trayectoria por no estar en la tele? Es como loco lo que pasó. Yo fui a ver un par de obras apenas llegué a Buenos Aires la primera fue “Las brujas de Salem” con Alfredo Alcón. Después me fui a una escuela que ya no existe que era la Sala Planeta y se estrenó una obra inglesa en cooperativa de 23 actores “La cocina”.  Voy con mi madre y leo la lista de actores y mi vieja me dice ¿y estos quiénes son, quién los conoce? y yo le digo no digas así porque un día voy a debutar en un teatro y a vos no te va a gustar que la gente diga y estos quienes son, quién los conoce. Esa obra estuvo cuatro años en cartel, ganó todos los premios que se puedan imaginar la última temporada debuté en teatro en Buenos Aires en el año´77 y mi mamá le dije ahora vas a ir a ver a la misma sala de la obra el día que se estrenó y vas a ver cómo la gente va a decir y está quién es. Por momentos en la charla se filtra el tema de las críticas ¿cómo te llevas con ellas? No sé muy bien porque me doy cuenta que si alguna vez la gente hubiera leído las críticas de Toc Toc por ahí no hubiera venido al teatro. Primero que uno sabe que cuando uno sube a un escenario está expuesto a que se lo critique porque es parte de la profesión. Han sido muy generosos los críticos conmigo y ha habido un par de críticas que me han dolido por quién las escribió, por cómo, por el momento. Si hay criticas de las que realmente me acuerdo voy a decir que había un crítico que sabía muchísimo de teatro y que viendo una obra en la que yo trabajaba habló tan mal de todos en la obra y cuando llegara a mí me va a tirar una bomba de hidrógeno. Esa nota la recuerdo con mucho cariño porque el tipo dijo que el único hecho vivo que había en el escenario era yo y eso es una muestra de vanidad de parte mía. Pero las críticas que con más amor recuerdo son las que me hicieron en Cuba, en un festival. Las amplié y las pegué en bastidores en mi estudio porque fueron críticas hechas con mucho amor para una actriz que para ellos. Fueron muy generosos conmigo hasta se robaban los carteles de la obra, me corrían por la calle, fue muy alucinante vivir esa experiencia.   ¿Ahí los viste a García Márquez y a Fidel castro? Con García Márquez hablé un rato y me dijo “Tu eres una polilla, lo supe en cuanto te vi”. Me daba mucha vergüenza preguntarle que me decía y después le pregunté a un cubano que quería decir polilla y me dijo una persona que vive entre libros.

Fidel dijo que los argentinos habíamos necesitado una guerra de Malvinas para darnos cuenta que somos latinoamericanos y yo le dije que no era cierto, por lo menos para mí, para los que estaban ahí o para los millones de argentinos que no podían salir porque no tenían guita para hacerlo, ni eran actores que tenían la suerte de ser invitados a festivales. Dijo: ¿quién habló?. Le dije: yo comandante. El recuerdo que tengo de Fidel fue que me abrazó y su mano quedó en mi hombro, yo miré esa mano pecosa de una persona muy mayor y levanté la vista, mientras él hablaba con Soyinka que había recibido el premio Nobel de Literatura en ese año. Y Fidel tenía caspa y me dio una ternura que el comandante Castro que tuviera caspa es como que lo humanizó. Es como decía el poeta Gelman abran las puertas de la historia que entra Fidel” recuerdo que  estaba con Marta González que también estaba haciendo una obra en el festival. Se hizo una gran fiesta, en esa oportunidad éramos como veinte, habían invitado a los espectáculos que más habían tenido respuesta del público. Luego fuimos a otra fiesta al Palacio de Convenciones, y éramos más de 900 personas porque en el festival también se hacía un Congreso de teatro. En un momento determinado, una cubana me tocó el brazo y me dijo “Véngase conmigo señora” le digo que me confundía. Y me dijo: “usted es María Fiorentino.” Entramos a un lugar y seríamos diez: Fidel, García Márquez y nosotros. Ahí nos sacamos la foto con él. Esa noche no nos dejaron entrar con objetos, salvo los cigarrillos – yo fumaba en esa época- había comprado unos cigarrillos que tenían una forma circular saqué el cartón de adentro y le dije al comandante que me firme un autógrafo, lo miré y le dije “no, no comandante. Los argentinos que necesitaron la guerra de Malvinas no me van a creer que fue una firma suya yo quiero algo más explícito.” “Pide muchas pruebas tú, yo que pruebas tengo que usted es una india de verdad latinoamericana” me dijo y se rió mucho y me firmó. Ahora todos me creen que estuve con Fidel.