Ciudad

La salud porteña en condición deplorable

El organismo de control señaló que faltan recursos humanos e insumos en la mayoría de los centros de atención pediátrica porteños.

El Ricardo Gutiérrez resulta fundamental para pacientes con movilidad reducida, está en un primer piso y el ascensor no funciona de forma regular. Un informe de la Auditoria de Buenos Aires alerta sobre la falta de materiales y personal en este y otros centros de atención pediátrica de la Ciudad.

En la Ciudad de Buenos Aires,  el Hospital Ricardo Gutiérrez, tiene el  servicio de kinesiología,  destinado a la atención de pacientes con movilidad reducida, pero que es inaccesible. El servicio según un informe de la Auditoria porteña (AGCBA), se encuentra en un primer piso y cuenta con un ascensor que “no funciona regularmente”. Además, el lugar “no posee un baño para pacientes con discapacidad y las paralelas (barrales para ejercicios) y los caminadores son de 1959”, y no están preparados para uso pediátrico.

 La falta de personal se registra especialmente en el caso de los anestesiólogos. De hecho, a partir de esto se generan “largas lista de espera para las cirugías programadas”. En algunos centros de salud los anestesistas no llegan a cubrir la atención en los quirófanos del turno matutino.

La AGCBA analizó la gestión de los Hospitales de pediatría Garrahan, Elizalde (ex casa Cuna) y Rizardo Gutiérrez, donde se llevan a cabo las cirugías infantiles en el ámbito público. El informe, aprobado este año, dice que falta personal de enfermería, camilleros y “disponibilidad de horas de anestesiología”, y también destaca que los insumos quirúrgicos que se compraron para los nosocomios son de “baja calidad”, y que no se ajustan a sus necesidades.

Con respecto al Hospital Garrahan, ubicado en el barrio de Parque Patricios, la AGCBA dice que la unidad de terapia intensiva neonatal atiende a menos cantidad de chicos de los que podría: “Por falta de equipamiento y personal, sólo puede aceptar hasta 55 niños como máximo, aunque tiene capacidad para internar a 63 pacientes”. En cambio, en el servicio de cirugía general, las camas son el factor “limitante”. Se observó que por esta razón las intervenciones de “alto riesgo programadas” tenían una “demora de entre dos y tres meses”.

En tanto, la responsable de la división de cirugía general del Hospital de niños Ricardo Gutiérrez, de Recoleta, aseguró que la cantidad de enfermeros “resultan insuficiente” y que “faltan camilleros”, incluso, por este problema, en el mismo centro de salud, pero en el área de cirugía cardiovascular, “los residentes se encargan del traslado de pacientes”.

Pero esto no es todo, la sala de terapia intensiva “tiene sólo 6 camas habilitadas de las 14 a disposición”, porque no cuenta con el personal de enfermería necesario.

Asimismo, el jefe del área de neurocirugía destacó que aunque tienen los equipos y “el recurso humano para realizar cirugías de epilepsia y espasticidad”, las operaciones “no pueden realizarse por falta de neurofisiólogos, técnicos y enfermeros entrenados”. El servicio cuenta con “una lista de espera con demoras de 6 meses a un año”, esto se debe, según el responsable del sector, a que no alcanzan las horas de anestesia.

Por otra parte, en cuanto a las medidas de higiene y seguridad, los auditores observaron que en el área de quirófanos del Hospital Garrahan “había una pileta con formol”, y que los pasillos se utilizaban como “estacionamiento de carros de limpieza y elementos en desuso”. En el Gutiérrez constataron que “la heladera de la morgue tiene 40 años y problemas en su funcionamiento principalmente en verano”.