Política

El Senado aprobó el blanqueo de dólares

Con el anticipado rechazo del arco opositor y el respaldo del kirchnerismo y sus aliados, la Cámara alta sancionó anoche el proyecto de ley de blanqueo de dólares presentado por el Ejecutivo. La norma fue sancionada por 39 votos a favor y 28 en contra.

La Cámara de Senadores aprobó el proyecto de exteriorización de divisas.

 

A lo largo de todo el debate, iniciado poco después del mediodía del miércoles, quedó muy marcada la diferencia de criterio de los senadores del oficialismo, por un lado, y de la oposición, por el otro. Como si se tratara de dos países diferentes o, en todo caso, de dos momentos muy distintos del mismo país que transcurrieran al unísono, unos y otros defendieron o criticaron el proyecto con el mismo énfasis, con argumentos tan disímiles como, en más de un caso, discutibles.

Desde el radicalismo –y al margen del contrapunto para las cámaras que sostuvieron el jujeño Gerardo Morales con su par del peronismo bonaerense Aníbal Fernández- el más claro de los análisis y la más sensata de las críticas provino del senador mendocino Ernesto Sanz.

Ante todo, el cuyano negó que durante el gobierno de Fernando de la Rúa se hubieran votado leyes similares a la actualmente en discusión, como había apuntado Aníbal Fernández. En ese contexto, Sanz señaló: “El problema es que hoy el oficialismo tienen que explicar por qué quiere aplicar en el presente malos instrumentos, que han fracasado en el pasado. Los blanqueos fueron siempre malos y están asociados a épocas de crisis, pero son malos. Y lo que es malo, es malo siempre, está mal”. 

A renglón seguido, acotó: “Este blanqueo no tiene que ver ni con la construcción ni con la energía, si no que está relacionado al blanqueo de dinero sucio. Y esto genera otro problema, porque el oficialismo está polemizando con la realidad”. Citando al ex titular de la AFIP Alberto Abad en su reciente paso por el Senado, recordó que “no puede haber pacto social sin pacto fiscal ni viceversa”. Y tras definir a cada uno de ellos, señaló: “El pacto fiscal empieza a resentirse cuando cada tanto se cambian las reglas de juego, cuando el ciudadano es el último beneficiario del pacto social, y cuando el contribuyente del pacto fiscal ve que no hay reglas de juego y el sistema de premios y castigos a través del premio a los evasores y el castigo a los cumplidores”, concluyó Sanz. 

La peronista salteña Sonia Escudero también expresó su desacuerdo con el proyecto. Desde una posición distinta a la de Sanz, sin embargo coincidió con él en cuanto al rechazo de la norma. La titular de la comisión de Justicia y Asuntos Penales recordó que la ley en discusión exceptúa a quienes exterioricen sus divisas a explicar cómo las obtuvieron. Y dijo que eso se contrapone abiertamente con el esfuerzo hecho por ese mismo Senado para combatir el lavado de dinero como delito autónomo.

“Pero este proyecto lo que hace es pedirle perdón al lavado de dinero y decirles a los lavadores: ‘Vengan y laven tranquilos porque no hay pena, no hay investigación posible’. Y además, transgrede el derecho de todos los ciudadanos a ser tratados por igual”, expresó Escudero.

A continuación, la legisladora salteña preguntó: “¿Qué hace hoy el Gobierno con el ciudadano común? Le prohíbe comprar dólares para ahorrar; a los que sacaron dólares con tarjeta de crédito en el exterior, los intima a que presenten las facturas que justifiquen en qué los gastaron. Y al mismo tiempo, a quienes tienen dólares en negro les dice: ‘Vengan, no vamos a preguntarles nada; compren dólares y tráiganlos; hagan inversiones, lo que quieran…’ ¿Esto es igualdad? ¿Qué mensaje estamos mandando al pueblo argentino? ¡Qué bajo que hemos caído! ¿Hace falta salir a buscar los dólares de la delincuencia, estamos tan mal?, concluyó la salteña.

En tanto, el socialista santafesino Rubén Giustiniani, al adelantar su voto negativo,  afirmó que esta ley “Lamentablemente va a significar un retroceso para la Argentina, en tres aspectos: el primero, porque abre una puerta muy peligrosa a la entrada de dinero ilícito de los paraísos fiscales, originado en el narcotráfico, la tata de personas o del lavado. En segundo aspecto, porque este proyecto significa la derrota cultural del planteo de este mismo gobierno sobre la necesidad de la pesificación. Y en tercer lugar, esta ley de la manera que está planteada es ponerle el cartelito de ‘tonto’ al ciudadano común y al empresario que cumplieron con la ley”.

A su turno, el peronista puntano Adolfo Rodríguez Saá les preguntó a sus colegas kirchneristas “por qué son tan duros con  los trabajadores y tan blandos con los evasores”, para la cual puso como ejemplo “todos los términos y artículos que se utilizan para justificar que se exteriorice dinero negro y el gran silencio que se hace (de parte del Gobierno) cuando se les pide que suban el mínimo no imponible de la ley de impuesto a las Ganancias porque es injusto para los trabajadores”.

Por su parte, el senador bonaerense por el FAP, Jaime Linares, reafirmó su rechazo a la iniciativa oficialista y dijo que se hace porque «hay una crisis en el desarrollo del modelo económico y que tiene su principal problema en la cuestión energética» y dijo que este proyecto «es peligroso porque no tiene inequidad» y es «es un retroceso desde el punto de vista impositivo».

El senador oficialista Aníbal Fernández aludió en su momento a dos leyes (en verdad, una fue un decreto) dictadas durante el gobierno de Fernando de la Rúa que, dijo, tuvieron idénticos fines que el proyecto actual. “Y lo tuvieron, aunque mi apelación a la historia y mi forma de decir las cosas le moleste a alguien”, sostuvo, aunque en ese momento el radical Sanz volvió a negar que esas normas –cuya existencia por cierto reconoció- hayan tenido el mismo tenor que la que ahora está debatiendo el Congreso.

Pero Fernández siguió adelante hasta terminar por justificar, una vez más, el proyecto en discusión el cual negó que vaya a servirle a fondos provenientes de cualquier tipo de delito. “Es imposible por los controles de la UIF (la Unidad de Información Financiera) y de la AFIP”, explicó Aníbal.

Finalmente, el jefe de la bancada oficialista, Miguel Ángel Pichetto, realizó una encendida defensa del proyecto porque, dijo, su bloque estaba convencido de la bondad de esa iniciativa.

Según el rionegrino, los blanqueos no son recursos, solamente, de países sudamericanos o de naciones en desarrollo, si no que “la principal potencia del mundo –explicó- utiliza un sistema al que denominan más ostentosamente pero en el fondo también es un mecanismo de blanqueo. Y lo hace Estados Unidos. El Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos –prosiguió- anunció en el año 2009, y posteriormente en el 2011, un programa especial “de divulgación voluntaria”, diseñado para el regreso de fondos del extranjero al sistema tributario estadounidense. Y son los americanos, el ejemplo del sistema económico del modelo capitalista. Esto lo digo para contestar por qué decidimos un blanqueo y por qué lo hacemos ahora”, dijo Pichetto.

Tras la intervención del jefe del bloque oficialista, llegó la votación que no hizo más que confirmar lo que todo el mundo sabía: el proyecto fue aprobado con los votos del kirchnerismo y sus aliados. Ahora, seguramente mañana mismo, aterrizará en Diputados para que la Cámara baja inicie su pronto tratamiento en comisión.