De Vido los calificó como un «corifeo de mediocres”, e indicó que durante los “10 años, del 93 al 2004” que fueron Secretarios “entregaron la iniciativa estratégica nacional” en materia energética, “a las empresas que se hicieron cargo de los recursos”. “Esa sí que fue la década perdida”, remarcó

El ministro Julio De Vido se refirió así al documento de los ex secretarios de Energía publicado en el diario Clarín bajo el título “Los ex secretarios de Energía advierten sobre la década perdida”, y afirmó que “la década perdida abarcó del año 1993 al 2004”, en referencia a la gestión de esos ex funcionarios.

El ministro refirió algunos indicadores de ese período:

– El norte y la Patagonia -10 provincias – se encontraban desconectadas del sistema eléctrico, por ejemplo el suministro eléctrico del norte argentino dependía en un 50 % de la energía de Paraguay.

– Las obras estratégicas como Atucha II y Yacyretá estaban paralizadas.

– La potencia eléctrica de 17.900 megavatios no permitía un aire acondicionado más.

– La única infraestructura que se hacía era la que permitía exportar gas a precio vil a Chile, mientras que el 50 % de los argentinos no tenía gas y la industria nacional no podía tomar ni un metro cúbico más por falta de gasoductos internos.

– Las tarifas y combustibles estaban dolarizados y eran los más caros del mundo.

En ese sentido, el Ministro recordó que en el 2003 “tuvimos que pagar la factura que dejaron las políticas neoliberales que destruyeron el país, las industrias estaban fundidas por falta de competitividad y todos los días se perdían miles de puestos de trabajo por el camino”.

De Vido marcó que, en cambio, durante “la década ganada” que abarca “el período 2003-2013, con recursos genuinos y en el marco del plan energético nacional se invirtieron más de 80 mil millones de pesos”, y recordó que se llevaron adelante las siguientes obras:

– Se incorporaron más de 8.700 megavatios, un 50 % de ampliación, incluyendo la terminación de Yacyretá.

– Se tendieron más de 4.000 kilómetros de líneas de alta tensión.

– La terminación y puesta en marcha de Atucha II que sumará otros 750 megavatios al sistema eléctrico.

– Los biocombustibles y el programa de energías renovables que instaló 250 megavatios de energías renovables que sustituyeron la energía de Brasil.

– Se construyeron 2600 kilómetros de gasoductos troncales, incluyendo Juana Azurduy y el Segundo Cruce del Estrecho de Magallanes que permitieron conectar 2 millones de hogares, 100.000 comercios y 2.500 industrias en todo el país.

– Las tarifas de gas, energía eléctrica y combustibles son ampliamente las más competitivas de la región.

– No se exportan combustibles. El parque automotor se duplicó de 5 a 11 millones.

– El gasto de luz y gas de los hogares pasó de representar el 20 por ciento a menos del 3 por ciento del salario promedio mensual.

“Este modelo de desarrollo con inclusión social hizo posible el ciclo de crecimiento más extenso en 200 años de historia, en el que la pobreza pasó del 55 % a menos de un dígito, el desempleo cayó del 25 % a menos del 7 %, tiene como uno de sus pilares la firme decisión de mantener un esquema de tarifas y precios de la energía competitivos, en muchos casos menos de un tercio de lo que pagan las industrias en la región”, puntualizó el Ministerio de Planificación en un comunicado.

La cartera indicó, por último, que “las tarifas competitivas también permitieron mejorar la calidad de vida los argentinos, pasamos del quinto al primer salario mínimo de la región y la energía mantuvo valores accesibles para que esa mejora de los ingresos reales pueda volcarse al consumo y continuar este círculo virtuoso que sin dudas hacen de esta una década ganada”.