Ocurrió ayer a la tarde. Un interno se subió al techo del edificio y cuando intentaron detenerlo se arrojó hacia la calle. En la caída sufrió la fractura de las piernas y debió ser hospitalizado. Los presos de los pabellones Nº1 y Nº5 entendieron que lo habían golpeado y encerraron a tres agentes. Tras una tensa negociación que duró dos horas los liberaron sanos y salvos.