Sociedad

La cruda interna de la nueva policía

La Policía Metropolitana está atravesando una interna feroz a partir de los llamativos hechos ocurridos en las últimas semanas. Hay un malestar que siente un sector clave de la fuerza contra su jefe, Eugenio Burzaco. A esto se agrega la siempre latente amenaza que ejerce la Federal sobre la institución porteña.

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   Los hechos fueron tres. El primero se produjo la noche del viernes 30 de julio en un centro de reclutamiento de la Metropolitana ubicado en Emilio Mitre al 900, en el barrio de Parque Chacabuco. Un llamado anónimo alertó sobre la colocación de un artefacto explosivo que había sido dejado en la puerta de la sede policial. Acto seguido, más exactamente a las 21.10, las autoridades del centro de reclutamiento dieron aviso de la presencia de una caja sospechosa al personal de la Comisaría 12 ( la que corresponde a la zona) y a la División Explosivos de la Superintendencia de Bomberos de la Federal, quienes determinaron que se trataba de una artefacto de fabricación casera. Se trataba de un matafuego de un kilo que tenía adosado varios cables y, tras la detonación por parte de los bomberos, se determinó que en su interior había pólvora.   La gravedad del asunto fue corroborada por el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, quien al referirse al artefacto explosivo manifestó: “Era superior a los que habitualmente se colocan en los cajeros bancarios y estamos investigando si hay un hilo conductor en los hechos, ya que por ahora nadie se adjudicó el atentado”. La causa quedó a cargo del juez federal Norberto Oyarbide y fue caratulada como “intimidación pública”. El segundo suceso se produjo a pocos días del primero y fue de características similares. En el mediodía del martes 3 de agosto, el edificio ubicado en Corrientes 640, en donde se encuentra la Auditoría General de la Ciudad, presidida por Sandra Bergenfeld, debió ser evacuado por una amenaza de bomba. El alerta fue recibido por una telefonista del conmutador del organismo y se centraba en los pisos 5º y 6º del inmueble, en este último se halla la oficina de Bergenfeld. Si embargo, personal de explosivos de la Federal, luego de revisar las instalaciones, comprobó que se trataba de una falsa alarma. Igual que en el caso anterior, nadie se adjudicó el hecho. El tercer episodio se produjo el sábado 7, en una vivienda de Vicente López, que fue allanada por orden del juez federal de San Martín Rodolfo Yalj, que investiga un caso de narcotráfico. En el lugar se secuestraron dos pistolas, dos granadas antitanques, dos grandas lacrimógenas, dinero, balanzas de precisión, 396 pastillas de éxtasis, dos kilos y medio de cocaína, nueve kilos de cannabis, cinco kilos de marihuana y treinta píldoras de anfetaminas. El dueño de la casa era el comisionado mayor de la Policía Metropolitana, Rodrigo Simón, quien fue detenido en el procedimiento y separado preventivamente de la fuerzas por las autoridades de la PM, luego de conocido el suceso.  En une escueto comunicado de prensa que se publicó el mismo sábado en el sitio oficial de la policía porteña (www.metropolitana.gob.ar) se informó: “ Un oficial de la Metropolitana fue separado preventivamente de su cargo. La medida se adoptó de inmediato al conocerse el caso en el que el hijastro de un comisionado de la fuerza podría estar involucrado en un episodio delictivo. La PM dispuso el apartamiento preventivo de un oficial de la fuerza, cuyo hijastro -mayor de edad- se encontraría involucrado en un hecho de índole policial. El oficial permanecerá separado de su cargo hasta tanto se sustancien todas las actuaciones judiciales correspondientes”.