“Tenemos que construir colectivamente una sociedad que sea más justa” le pidió el Ministro de Economía Martín Guzmán al reducido grupo de multimillonarios reunidos en el lujoso Hotel Llao Llao en Bariloche, ahí donde anualmente realizan un encuentro para disciplinar al sistema político argentino.
Lo escuchaban atentamente, según los cronistas, Marcos Galperín (Mercado Libre) Martín Migoya (Globant), Federico Braun (La Anónima), Roberto Murchinson, Carlos Miguens, Agustín Otero Monsegur (San Miguel), Verónica Andreani, Andy Freire (SoftBank), entre otros.
La enorme virtud que ostenta Martín Guzmán, es que queda poca gente en la Argentina que le preste atención por fuera del cada vez más reducido hábitat del sistema político.
Cuando termine el evento presidido por el dueño de IRSA, Eduardo Elsztain, los asistentes del Foro Llao Llao acomodarán su cuerpo en el helipuerto del hotel y a bordo de sus aviones privados regresarán a Buenos Aires o seguirán ruta directa hacia Uruguay, como el caso de Marcos Galperín.
Será momento en que las trabajadoras y trabajadores conmemoren en casi todo el mundo su día. En nuestro país, el 40% de los trabajadores no se encuentran formalmente registrados. Los salarios vienen perdiendo poder adquisitivo en forma pronunciada durante los últimos seis años y el ciclo inflacionario actual, es el más alto en los últimos 20 años. Con el salario mínimo del año 2017, se compraba el doble de kilos de carne del que se puede comprar actualmente.
Los salarios de los trabajadores pierden, para que la rentabilidad empresarial se incremente. Parece una certeza de Perogrullo, pero con toda evidencia, el ministro de Economía necesita recordarla antes de invitar a los grupos económicos a pensar colectivamente una sociedad más justa.
Sin ir más lejos, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) elaboró un reciente informe en el que se plantean «La pandemia colocó en el centro de la escena a los fenómenos de riqueza y desigualdad en Argentina y el mundo. En ese marco, la principal motivación de esta investigación fue comprobar algunas hipótesis socialmente difundidas en 2020: ¿es cierto que hubo enriquecimiento de los más ricos? ¿Puede cuantificarse?»
Como conclusión preliminar, tras poner a muchos de los convocantes del Foro Llao Llao bajo la lupa que “la familia que más vio crecer su patrimonio a febrero de 2021 fue la encabezada por Carlos Blaquier (grupo Ledesma, azúcar y papel), al pasar de u$s 120,4 millones un año antes a 162,9 millones en la fecha señalada, con un incremento del 35% en moneda dura. Nicolás Caputo (Mirgor más Construcciones) le sigue en suerte, al pasar de u$s 78,1 millones a 100,5 millones entre un año y el siguiente (28% de aumento).”
También ganaron durante la pandemia en la que la enorme mayoría perdía Paolo Rocca (Techint) Luis Pagani (grupo Arcor), Rubén Cherñajovsky (grupo Newsan), Alejandro Bulgheroni y herederos de Carlos Bulgheroni (Bridas-Pan American Energy), Eduardo Eurnekian (Corporación América) y Javier Madanes Quintanilla (Aluar).
La miseria es culpa de los hombres miserables, decía el uruguayo Tabaré Cardozo, en un latiguillo que sigue repicando sobre la realidad nacional.
Del desierto sin agua al desierto de la ideología
Concluyó la visita del Ministro del Interior Eduardo Wado De Pedro al Estado de Israel. Al frente de una nutrida comitiva compuesta por gobernadores, ministros, integrantes de la oposición y sin escatimar gastos en enviados especiales de los grandes medios de comunicación que operan en el país, De Pedro fue a bendecir sus pretensiones de candidato ante una de los centros de poder económico de la hegemonía capitalista actual.
Tras una fotografiada agenda, no carente de poses e imposturas para conmover al poder económico, De Pedro concluyó su recorrida con un encuentro con el presidente israelí Isaac Herzog. En el encuentro se permitieron concluir que “ambos países tienen economías complementarias” y que “con los recursos que tiene Israel y los recursos que tiene la Argentina, si cooperamos podemos alimentar al mundo”, en una rémora colonialista en la que parece recordar que nosotros tenemos la tierra y el agua, y ellos tienen la llave del comercio global.
Una de las agendas más anunciadas fue la elogiada con la empresa estatal israelí de agua, Mekorot, con quien la gobernadora de Río Negro, Arabella Carrera celebró estar trabajando para el asesoramiento de la empresa en la desalinización del agua del valle medio y Sierra Grande, allí donde se habrá de desarrollar la inversión en Hidrógeno Verde.
Lo descabellado es que Mekorot ya había firmado acuerdos de colaboración con la provincia de Río Negro para llevar adelante ese mismo trabajo en el año 2008, sin que nadie tenga registro sobre el resultado de la labor por la que se habían edificado anuncios y convenios que implicaron el desembargo de expertos israelíes para realizar investigaciones sobre el territorio y sus recursos hídricos.
La fotogalería de Wado de Pedro, y el cumplimiento del exasperante ritual que se ha extendido en la cultura política de aquellos que se autoperciben peronistas y tienen pretensiones presidenciales de ir a buscar consensos a Washington o Tel Aviv, parecen ser las únicas dos postas conquistadas en la visita a Israel, apenas unos días después de un nuevo ataque sobre Gaza que implicó el asesinato de decenas de palestinos.
Mientras la gira tenía lugar en Israel, allí donde se extiende un desierto por falta de agua, se propagaba en nuestra tierra el desierto por falta de ideología que viene azotando a la dirigencia política.
Como segunda posta de un giro inesperado en las relaciones geopolíticas, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se reunió con la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, azote militar para la región, quien concurrió a nuestro país preocupada por el avance chino en nuestra tierra.
El encuentro estuvo acompañado por el embajador norteamericano Marc Stanley, en lo que significó la segunda reunión de Cristina con un representante diplomático de Estados Unidos en los últimos 18 años. Un dato que no puede pasar desapercibido para cualquier análisis que logre superar el umbral de diagnóstico que reduce al protocolo o el género, la motivación del encuentro.
Como corolario, Alberto Fernández –preocupado por la inflación- se reunió una vez más con los empresarios de la UIA para conversar sobre el tema, y luego concurrió ante los empresarios reunidos en CAME. Feletti se encontró ayer con los socios de Funes de Rioja para conversar sobre el desabastecimiento.
Y como si fuera poco, algunos colectan firmas para motorizar un blanqueo de capitales que aún no se discute, y que ya empezaron a modificar por pedido expreso de los bancos.
Así se celebra el día del trabajador en la Argentina, atravesando un desierto de ideología y con una anchoa en la mano.