Entrevistas

“Europa tiene que volver al Estado de Bienestar”

La embajadora argentina en Francia, María del Carmen Squeff, habló sobre sobre los aspectos más importantes de las relaciones diplomáticas con el país galo. Además analizó el contexto de la situación europea.

María del Carmen Squeff es Embajadora argentina en la República de Francia desde 2013.

María del Carmen Squeff es Embajadora argentina en la República de Francia desde 2013, cuando reemplazó al reconocido economista Aldo Ferrer. Squeff fue Subsecretaria de Política Exterior de la Cancillería, es Licenciada en Ciencia Política y posee un master en política internacional de la Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y Económicas de la Universidad Libre de Bruselas. Desde la sede de la embajada, hoy propiedad del Estado argentino, a pocas cuadras de la avenida Champs Elysees y a metros del conocidísimo Arco del Triunfo, la Embajadora habló sobre los aspectos más importantes de las relaciones diplomáticas con el país galo.

¿Cómo se podría definir la relación actual entre Argentina y Francia?

Las relaciones entre Argentina y Francia son muy buenas. Creo que un hito importante fue la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al salón del libro en marzo del año pasado, donde fue recibida por el presidente francés Francois Hollande.

Con Francia tenemos una ligazón histórica a partir de contar con una influencia de Francia desde los principios revolucionarios hasta la construcción del Estado Moderno positivista de 1880. Es un vínculo desde el punto de vista de las ideas.

Por otro lado, en este tiempo compartimos valores como la defensa de los Derechos Humanos. Argentina tiene los derechos humanos como política de Estado en cada una de las cancillerías. En eso, tenemos con Francia puntos en común que se pueden ver en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, en Naciones Unidas y acá en Francia en el trabajo conjunto que hemos tenido en la entrada en vigencia de la Convención de Lucha contra la desaparición forzada de personas. Un instrumento moderno, negociado en Naciones Unidas y en donde Argentina y Francia asumieron una postura común. Esto fue en 2006, pero no quedó solo en la firma sino que luego los Cancilleres Héctor Timerman y Laurent Fabius hicieron un apoyo especial a la entrada en vigencia presentando en cada una de las embajadas que Francia y Argentina tienen en el mundo la convención, sus alcances y la importancia de la ratificación para cada uno de los Estados. Ese es un punto.

¿La convención ya está en vigencia?

Si, ya está en vigencia. Otro punto importante es la lucha contra la pena de muerte, batalla impulsada por nuestro país porque va en contra los derechos del hombre y los derechos humanos y de la forma moderna de pensar la justicia. Somos parte de un grupo en Naciones Unidas junto con otros países como España, Noruega y Francia donde se intenta de convencer a los países que continúan con este sistema. Esos países son muchos, entre ellos uno de los más poderosos como Estados Unidos.

¿Qué otros lazos unen a Francia y Argentina?

Tenemos un pasado común, de respeto y trabajo común en dos áreas puntuales. El área científica y en la educación. En el área científica el año pasado celebramos el 50 aniversario de la firma entre ambos países sobre la cooperación cultural, científica y técnica rubricado en 1964 por la visita de Charles De Gaulle a nuestro país. Durante la década del 60 De Gaulle miraba con simpatía a América Latina porque luego de la segunda guerra mundial y con el comienzo de la guerra fría, él abonaba a la tercera vía y por eso, cuando el entonces presidente Illia lo recibe en el aeropuerto, los peronistas que se movilizaron gritaban “Perón, De Gaulle, tercera posición”. Toda esta historia para decir que ese acuerdo firmado selló un largo vínculo que se mantiene hasta hoy.

¿Cómo se expresa ese acuerdo en la actualidad?

Hoy se refleja en lo que se llama “Laboratorios”. Cuando me dijeron que teníamos laboratorios comunes yo me imaginé al científico con la pipeta, pero no. Son laboratorios virtuales con proyectos comunes en ciencias duras, como física, química y matemática. También tenemos científicos del INTA trabajando en el campo de la agricultura que están en Montpellier con pares franceses en materia agrícola. Contamos con un intercambio educativo muy fuerte de profesores y estudiantes. Hay becas francesas promovidas por el Estado y argentinas, como el Becar que es financiado por la Jefatura de Gabinete de la Nación que tiene entre los países elegidos para perfecciones a nuestros profesionales a Francia. De esta manera es posible facilitar la vida a aquellos que vienen realizar sus doctorados aquí. Argentina tiene en la ciudad universitaria de París, la Casa Argentina que nació en 1928. No hay muchas casas argentinas en el exterior, hay una en Madrid y otra en Francia. Esta institución es una dependencia del Ministerio de Educación de la Nación y hay una capacidad de entre 80 y 100 personas. Vienen de diferentes disciplinas y permanecen durante un tiempo, pagando un costo mínimo. Esto se complementa con el acuerdo de vacaciones y trabajo donde la personas entre 18 y 20 años pueden estar en Argentina o Francia durante un año con una visa especial. Se llama así porque el objetivo es que conozcan costumbres, culturas, lugares y se perfeccionen con el trabajo. Realmente, este programa tiene un cupo de 500 visas para cada país. Francia ocupó todos los cupos y Argentina ha llegado a 298 el año pasado y estamos ampliando para este año el cupo a 700. Este punto es importante porque la mejor manera de conocer cómo es un pueblo y cómo vive ese pueblo en una época especial como ésta con intercambios. Todos los que vienen, por turismo, trabajo o lo que sea, vienen encantados con nuestro país. En ese sentido, el turismo es muy importante. La semana pasada tuvimos la “semana de Jujuy” en París y el Secretario de Turismo de Jujuy me decía que de los extranjeros que visitan Jujuy, el 30 por ciento son franceses. Hay con el turismo una veta muy importante, nos está dando muchos resultados. Argentina ha mejorado en infraestructura y oferta turística.

Entonces, las coincidencias políticas que tenemos en valores como la defensa de la democracia, respeto a las libertades, derechos humanos, autodeterminación de los pueblos, las políticas científicas y la cuestión educativa, son los pilares fundamentales. Quiero agregar algo en relación a tecnología de avanzada. El año pasado Argentina puso en el espacio el Arsat 1, el primer satélite íntegramente desarrollado en Argentina. El satélite se lanzó de la base de Curú desde las Guyanas francesas y la empresa Ariane que fue una especie de partener en el lanzamiento. Hay una ligazón que por ahí no se hace tan visible desde los medios porque no parece ser tan atractiva.

¿Cuántas empresas francesas invierten en Argentina?

En estos momentos hay 230 empresas francesas en nuestro país. Tenemos desde Total o Danone que son empresas muy grandes, Areva que tiene menos incidencia, Eramet que es extractiva y explota litio en Salta, una empresa limpia y respetuosa del medio ambiente que tiene la intención de llevar delante el proceso completo, es decir, extraer materia prima y hacer un proceso de transformación en la misma Argentina. ¿Qué dice el gerente de Eramet? Que trabaja con un equipo de todos argentinos y un solo francés. Todos geólogos, geógrafos, especialistas en minas, mineralogía, son argentinos. Otra muestra de presencia de empresas francesas en el país es el reciente anuncio de Renault Nissan, que fue comunicado por nuestra presidenta.

Estaríamos hablando de inversión y valor agregado.

Exactamente. Y mano de obra. Argentina es muy bien vista por Francia e incluso en los temas más complejos como Malvinas. Son temas abordados con mucho respeto. Ha venido (Daniel) Filmus a dar charlas en París y en el interior de Francia. En todos estos eventos los franceses han participado fuertemente.

¿Qué opinión surge desde un francés respecto a Malvinas?

El punto de mayor discusión es el del derecho de la autodeterminación. Nosotros lo entendemos porque somos argentinos y sabemos que no se puede aplicar el derecho de la autodeterminación a una población impuesta. Pero eso, a un joven francés hay que explicárselo porque en la década del 60 y 70, cuando Francia tenía colonias, el principio era el de autodeterminación, el pueblo tenía derecho a ser libre. De todas formas, hay mucho interés y comprensión con el tema.

Nosotros donamos libros de Malvinas en francés explicando lo histórico, lo jurídico y político para seguir promoviendo la discusión.

¿Cuál ha sido la posición del Estado francés relación al conflicto con los Fondos Buitres?

Cuando nos toca discutir temas sensibles como éste en Naciones Unidas, Francia intenta ocupar el rol de mediador, y en las votaciones, cuando no es por la positiva, se abstiene. En el caso concreto de los Fondos Buitres, en especial la propuesta para construir una comisión para futuras reestructuraciones de deuda, el planteo de ellos era que la ONU no era el ámbito para plantear el debate. Para nosotros sí, porque es la instancia donde la proporción es un país, un voto. En este tema se abstuvieron.

En otros temas también han tomado el rol de mediación, por ejemplo cuando se comenzó el proceso de negociación con el Club de París. A los pocos días que me tocó hacerme cargo de la Embajada argentina en Francia en 2010 vino el Ministro de Economía Axel Kicilloff a explicar la importancia del acuerdo de manera muy clara. Francia jugó un gran papel en la negociación, persuadiendo el resto de los países miembros para que aceptaran el acuerdo con Argentina.

¿Cómo está afectando la crisis europea a Francia?

Afecta mucho, especialmente en el ámbito del trabajo. Ya no existe más esa idea de venir a europa para conseguir trabajo. Hoy un argentino profesional tiene más posibilidades de trabajo en Argentina que en Francia. Nosotros lo vemos todos los días cuando se acercan franceses, franco-argentinos o argentinos y nos traen CV. Son cada vez más. El Gobierno francés está haciendo un enorme esfuerzo para poder llevar adelante esta situación compleja, pero no es solo un problema de Francia. La comunidad europea tiene que repensarse hacia un nuevo Estado de Bienestar, el cual abandonaron para sumarse a esa lógica perversa del capitalismo financiero. Se necesita un capitalismo que se sustente en la producción y el trabajo. América Latina es un ejemplo claro de eso.

¿Se abrió un debate en Francia luego de la tragedia de “Charlie Hebdo” en torno a la calidad de vida de los inmigrantes?

Lo de Charlie Hebdo fue una tragedia que todos lamentamos. Periodistas talentosos y reconocidos, leídos por gran cantidad de franceses fueron víctima de esto. Sin duda, el disparador que se abre es la calidad de vida de los inmigrantes en Europa en general. Hay fuerzas políticas que pretenden demonizar a una persona por ser musulmán y si uno ve el parlamento, las fuerzas con representación tienen muchísimos hombres y mujeres con apellidos árabes.

Muchos de los países de Europa intentan ajustar por esa vía. La situación en relación es difícil. Si en una empresa tienen que elegir entre un apellido francés y otro extranjero, eligen el francés. Por eso, a los musulmanes les cuesta incorporarse de lleno a vivir en una comunidad con otra cultura, manteniendo la suya. Frente a esta situación de exclusión, se aferran a lo suyo y corren el riesgo de aislarse.