Opinión

Militar el voto en blanco: la medianía bienpensante

De cara al balotaje lo hacen algunas agrupaciones políticas y movimientos sociales. Se suman quienes quieren salvar su buen nombre, como Maristella Svampa, que elije hacerlo atacando a Horacio González, como para no sentir tanta culpa.

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Son varios los espacios políticos que ante la disyuntiva de un posible gobierno nacional del PRO (sumados a los de CABA y Provincia de Buenos Aires) han llamado a votar por el candidato del FpV, Daniel Scioli. Muchos de ellos, incluso, con grandes diferencias con el oficialismo nacional y su candidato.

Pero un Macri presidente ha empujado a muchos. No así a los partidos trotskistas, algo de esperar. Sus postulados políticos harían incongruente este apoyo desde la cúpula partidaria. Pero de allí a militar el voto en blanco, como han comenzado a hacer, hay un abismo. El único fin será que sus militantes no se sientan, una vez más, por fuera de la historia que bulle en derredor.

Pero hay otros exponentes de esta medianía gris, presurosos por quedar a buen término en el momentáneo panteón que ofrecen los tiempos intratables del debate nacional. Es el penoso caso de Maristella Svampa, que elije publicar en Ñ de Clarín un texto que ataca a Horacio González, refritando gran parte de su posteo facebookero al conocer los datos de la elección. Un cortar y pegar que no salió del todo bien, esta vez.

Llama la atención que diga la socióloga, escritora y miembro del grupo Plataforma 2012 (sí, ¿se acuerdan? plataforma 2012…) que de “las declaraciones que se hicieron sobre el candidato del oficialismo, Daniel Scioli, las más sorprendentes y también las más desafortunadas, fueron expresadas por Horacio González”. Elige caer nuevamente sobre una discusión pasada, sólo para ganar cartel en el debate clarinesco. “Terrores K ante la “Casa tomada” por el sciolismo”, titula, polémica.

Le critica a González sus palabras en torno a los gustos musicales del candidato. “Desafortunado, porque supone una distinción entre alta y baja cultura (…) que sugerida por un peronista, hablando de los gustos musicales de un candidato de su partido, puede ser leído casi como una ofensa de clase y un olvido de las raíces populares del peronismo”. Un tanto rebuscado el argumento, y con el cual tan sólo parece querer herir. “Históricamente la polarización entre peronismo y antiperonismo se nutrió, en mucho, del desprecio por la cultura popular, y que sus bases sociales y adherentes han tenido que lidiar durante décadas con el estigma de “incultos”, “grasas” y otros epítetos mayores”, aporta, casi como para que el director de la Biblioteca Nacional se arrepienta de opinar.

Lo de ofensa de clase es casi gracioso. Nos rehusamos a creer que Svampa no pueda leer las entrelíneas del planteo expuesto por González; los antagonismos entre la cultura expuesta por los medios y la cultura popular; la necesidad permanente de ampliar el repertorio que la industria cultural propala, etc.

Pero ahora viene lo mejor: “lo que sucede es que el razonamiento deja entrever algo más, que nos ilumina sobre lo que en realidad es el kirchnerismo: una narrativa política asentada en determinados sectores culturales, a saber, intelectuales como los de Carta Abierta, devenidos funcionarios, medios de comunicación oficialistas que glorifican la labor del gobierno, y artistas, beneficiados por un abultado presupuesto en el área de cultura”. Ahora sí, la pura simplificación: un mundo de funcionarios y beneficiados. Una pena en una intelectual tan interesante, en un pasado no tan lejano, como Svampa.

“Así, en mi opinión y con todo respeto”, aclara por las dudas, “la frase de Horacio González es una muestra más de que el kirchnerismo terminó por ser un populismo de clases medias, en el cual una parte de los sectores medios –sobre todo culturales- se arrogan la representación de los sectores populares (a los que imaginan, supongo, más cerca de Fito Paéz, que de Montaner o Pimpinella)”.

Suponga, Maristella, suponga tranquila. Y mejor si lo hace desde el gran diario argentino. Lo de “populismo de clases medias” no es la primera ni la última en decirlo. Es fácil refutarlo: un frente nacional, con expresiones pluriclasistas, no puede resumirse a los intereses y deseos de una parte. Pasa que quien “analiza” pertenece a esos sectores medios, y cree que su entorno expresa al todo.

Esto es lo último “nuevo” del texto, de allí salta al corte y pegue del posteo El escenario de ballotage no es magia, algo que dirá más o menos del mismo modo, en “Transformaciones del peronismo”, esta vez en Perfil, para variar un poco. Luego de empardar a Macri y Scioli, entre peronismo conservador y derecha empresarial, remata: “el kirchnerismo, como populismo de alta intensidad, ligado a los sectores medios culturales, vaya a saber como subsistirá, cerrado como ya está el círculo en torno al repudio a la figura de Scioli, la nostalgia anticipada hacia Cristina y el temor de ver la ´Casa Tomada´”.

La tranquila escena que nos regala nos asegura, sí, cómo subsistirá Svampa y los bienpensantes grises de nuestra Patria. Siempre a salvo de las definiciones punzantes, escurridizos en la denuncia magna a “extractivismos y monocultivos”. Y pasándole gratis la factura a los González, que sí apuestan al riesgo de la construcción popular, aún con el desgarramiento que nos toca transitar.

Fuente: Agencia Paco Urondo