Opinión

¿Qué hay detrás del atentado a Francia?

El Estado Islámico se adjudicó el hecho que dejó al menos 129 muertos.

francia

Los hechos dan cuenta de una masacre injustificable. El atentado terrorista que la ciudad de París en Francia vivió en la noche del viernes dejó al menos 129 muertos y más de 200 heridos, de los que 99 se encuentran en estado crítico. Fue un ataque coordinado contra la población civil por lo que se supone fue una célula del grupo radical sunita ISIS (o Estado Islámico) quien se adjudicó el hecho.

La investigación habla de seis ataques sincronizados en los alrededores del Estadio de Saint Denis, lugar donde se jugaba uno de los clásicos del fútbol europeo entre Alemania y Francia y en un histórico teatro llamado Bataclán. Hasta el momento se identificó a ocho terroristas muertos en los hechos. Algunos se pertrecharon como hombres-bomba dispuestos a un suicidio que lograron y otros cargaron sus fusiles y mataron y remataron a cuanto blanco tuvieran a mano.

La comunidad internacional rápidamente repudió la matanza y se solidarizó con el presidente Francois Hollande y el pueblo francés, y todos los países poderosos volvieron a juramentarse en contra del terrorismo internacional. Una vez más y por enésima vez dicen que acabarán con la violencia, a bombazo limpio si es necesario. Y hasta se pusieron un plazo para desterrar la guerra civil de Siria, aunque no quede ni un sirio vivo.

El móvil

El relato policial, sin embargo, tiene un punto. Cuando se trata de las causas no alcanza con apelar a la locura fanática como razón principal. La política internacional, en cambio, tiene mucho para decir, en el análisis de la noticia.

Para comenzar, en Siria ya murieron 250.000 personas en una guerra civil que cuenta con una multitud de actores. El gobierno de Bashar al Assad, miembro de la minoría chiita y apoyados por Irán y Rusia, está enfrentado a grupos sunies que tienen el respaldo de las potencias occidentales y los jeques árabes de la región. Claro que la historia se puede contar de otra forma. Se puede decir que Estados Unidos y Europa no aceptan y combaten cualquier intento de independencia político económica de los países de la región que incluye el control del petróleo que abunda en la zona. Saddam Hussein, Hosni Mubarak o Muamar Gadafi sufrieron ya los rigores de tal intento, lo padece Irán y ahora en forma más aguda Al Assad, quien fue sindicado como el villano mundial de turno por unos años.

Los daños que Occidente, incluido Francia, provocó estos últimos años en Medio Oriente a través de sendos bombardeos a distancia no puede ser vivido por la población de la zona de otra forma que no sea con profundo odio, temor y malestar ante tan terribles métodos.

El surgimiento de ISIS, como antes Al Qaeda, no hizo más que aprovecharse de todo ese desprecio instalado y capitalizarlo. Enfrentados a ambos bandos del conclicto en la zona y con la aspiración de controlar todo el territorio multiplican cada vez más su capacidad de daño en una clara estrategia de sembrar pánico. Esta vez le tocó a París. Los propios voceros de Isis dicen que en breve la víctima será Rusia, que en apoyo del gobierno sirio atacó en los últimos días con más éxito que los países occidentales las posiciones rebeldes.

Ahora el mundo observa por TV las imágenes de la masacre. Por las redes sociales de internet muchos critican que en cambio son ocultadas de manera sistemática las mismas masacres en Medio Oriente, en otra muestra palpable de doble vara moral y política.

Mientras tanto en Europa los partidos políticos de derecha y extrema derecha se preparan para capitalizar el caos.

Ya se sabe que al menos un terrorista ingresó como refugiado al territorio francés. Un dato que hará muy difícil para el «socialista» gobierno de Francois Hollande sostener su política de apertura.

El presidente francés advirtió sobre la posibilidad de nuevos ataques y llamó abiertamente a la «guerra» contra el terrorismo.

De paz, ni hablemos