Opinión

Por Fernando Gómez*

En Salta, la victoria es de Cristina

Una simple cuenta matemática evidencia que nos separan poco mas que seis meses del 25 de Octubre de 2015. Sin embargo, la política es un arte mucho mas complejo que desafía al calendario.

La presidenta Cristina Fernández.

Desde aquí, al 25 de Octubre, oportunidad en la que habremos de librar una batalla decisiva por la continuidad y profundización del Proyecto Nacional que conduce Cristina Fernandez de Kirchner, nos separan un sinnúmero de contiendas electorales en las distintas provincias de la Argentina, que habrán de incidir necesariamente en la madre de las batallas.

 

El próximo Domingo 19 de Abril, tendrán lugar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en las provincias de Santa Fe y Mendoza. En el día de ayer, tuvieron lugar las PASO en la Provincia de Salta, donde la formula que representa la conducción política de Cristina Kirchner, encabezada por Juan Manuel Urtubey y Miguel Angel Isa, se impuso a los candidatos del neoliberalismo, Juan Carlos Romero y Alfredo Olmedo, por mas de catorce puntos.

 

Si bien es cierto que la provincia de Salta representa el 3% del padrón electoral, el sentido político de la elección primaria deja algunos elementos sustanciales para el análisis, en la medida que cristaliza con mayor nitidez los apuntes salientes de una coyuntura que no tiene reflejo en las corporaciones mediáticas, lanzadas en una estrategia de desgaste permanente sobre la figura de nuestra Presidenta.

 

En Salta, la elección se polarizó entre los candidatos que expresaban proyectos antagónicos, tanto en el plano provincial, pero aún mas, en el plano nacional. El Frente para la Victoria enfrentó en las urnas a una formula opositora que expresa decididamente los intereses del poder económico local. Juan Carlos Romero y Alfredo Olmedo tienen tan sólo dos factores en común que les permitió unificar intereses en una sola lista, su pertenencia al establishment económico local y regional, y su furiosa oposición al Gobierno de la Presidenta Cristina Kirchner.

 

La construcción de una alternativa opositora que pueda resultar competitiva electoralmente, es el objetivo principal que tienen los grupos económicos y la embajada yanqui en términos nacionales. En Salta, el candidato de Mauricio Macri y el candidato de Sergio Massa, unificaron intereses para conformar una sola lista. Pero la alegría del poder económico duró poco. El experimento salteño, chocó violentamente con la decidida voluntad de un pueblo de no regresar al infierno del neoliberalismo.

 

Los otros grandes derrotados en Salta fueron los fabricadores de encuestas, que intentaron con ahínco construir en la “opinión pública” la idea de un empate técnico entre las alternativas electorales. Las “consultoras de opinión”, o como mejor descripción, los fabricadores de encuestas, son una extraña invención inimputable de la democracia moderna. No aciertan una, pero todos las consultan. En este caso, como en otros tantos, el arte de inventar un resultado de antemano, fue poco efectivo para tratar de convencer al pueblo salteño que ni Romero era el pasado nefasto de una provincia sometida al atraso, ni Olmedo un impresentable terrateniente enriquecido a costa de la explotación de sus pretendidos votantes.

 

El testimonio de la elección primaria en Salta, es de suma importancia para incorporar al análisis de éste momento histórico. La legitimidad popular de Cristina Kirchner, que la convierte en conductora estratégica de éste proyecto político, se encuentra intacto en nuestra Patria profunda, ahí donde las conquistas alcanzadas en éste tiempo han impactado con mayor nitidez en el bolsillo, el estómago y el corazón de nuestro pueblo.

 

No hay proyecto provincial, sin una clara decisión estratégica de consolidar un proyecto nacional que permita generar las condiciones para motorizar un proceso industrializador que permita conquistar mayores niveles de desarrollo económico en una provincia y mayores niveles de empleo genuino. No hay proyecto provincial que pueda consolidar un piso de justicia social, sin la firme decisión de un proyecto nacional que recupere los resortes económicos que marque el protagonismo del Estado en la recuperación de derechos.

 

Esto lo saben los gobernadores, pero fundamentalmente, lo sabe nuestro pueblo. Cada conquista electoral del Frente para la Victoria en las provincias, es una conquista de Cristina. Cada voto, es la convalidación de su legitimidad popular. Cada proyecto provincial que se consolida, cristaliza la conducción estratégica de Cristina.

 

Ésta certeza incomoda a los grupos económicos. Es la pared mas solida con la que choca la ingeniería electoral mas esforzada que pueda fabricar la embajada yanqui. La otra certeza, la conocemos hace largo tiempo, tenemos testimonio de ella en cada rincón del continente. Podrán enjuagar las propuestas opositoras, legitimar sus candidaturas, pero al final de cuentas, los pueblos no se suicidan en el altar de sus enemigos.

 

Y si no, que la venga a contar Romero.

 

 

* Fernando Gómez es parte de la Conducción Nacional y Secretario Político e Interior de Descamisados.