El principio de neutralidad de la red se ha consolidado como un derecho humano en el marco del derecho internacional y protege a una multiplicidad de los mismos. Sin embargo, en la actualidad, este principio se ve amenazado por diferentes prácticas desarrolladas por los proveedores de conexión a internet. Puntualmente, el zero rating,que constituye una forma de discriminación “positiva” que emplean mediante acuerdos con los proveedores de contenidos, y que consiste en permitir a los usuarios/clientes de internet acceder a servicios, aplicaciones y contenidos sin afrontar un incremento en el consumo de sus datos.
Se conoce como neutralidad de la red (Net Neutrality) al principio que promueve que todo el tráfico de internet debe ser tratado igualitariamente. Es decir, sin privilegiar el contenido según su marca o nombre, sitio web, plataforma, aplicación, tipo de equipamiento utilizado para el acceso o modo de comunicación. Es decir, e El usuario/ cliente puede acceder a este tipo de contenido sin restricciones, entendiendo que posee el derecho de elegir libremente entre los recursos que ofrece internet.
Es un concepto que ha formado parte del lenguaje de internet desde sus inicios, aunque su origen proviene de principios del siglo XIX, cuando Almon Brown Strowger inventó un sistema telefónico automático para “puentear” a las operadoras telefónicas que redirigían las llamadas con fines de lucro.
No hay un acuerdo preciso sobre el significado de la neutralidad de la red y puede tomar diferentes alcances según la intención con la que se interprete. Sin embargo, se fue asentando un consenso mínimo, pero general, que entiende a la neutralidad como la prohibición de introducir distorsiones (artificiales) en el tráfico de información en internet, rechazando toda discriminación intencional de contenidos o servicios particulares.
En la red internet, el concepto de Neutralidad se basa en la premisa de que los Proveedores de Servicios de internet (ISPs) gestionen el tráfico de contenidos sin privilegiar a un participante de la red por encima de otros, conocido como “internet de dos velocidades”. En este sentido, las reglas no permiten que los proveedores de banda ancha bloqueen o ralenticen o privilegien el acceso a las aplicaciones de contenidos sobre la red; o cobren más o menos a los usuarios/clientes por el acceso a ciertos contenidos o aplicaciones.
El principio de Neutralidad garantiza una internet libre y abierta, dando a los consumidores igualdad de acceso y evitando que las firmas de banda ancha favorezcan contenidos propios o de terceros. Sin este principio, los proveedores de acceso a internet podrían restringir o ampliar el acceso a determinados sitios web con el objetivo de favorecer a una empresa específica o en beneficio propio. El regulador del mercado de telecomunicaciones tiene la potestad de verificar el cumplimiento de este principio.
El punto de vista que pone en tensión el principio de Neutralidad, argumentando que la gestión y administración tecnológica de la red requiere la priorización de ciertos paquetes de contenidos por sobre otros, en una discriminación “natural” del tráfico, no diferencia tráfico del contenido. Las medidas de gestión de tráfico son una práctica habitual de ingenieros y técnicos que administran el tráfico de la red. Estas tareas permiten afrontar situaciones de saturación de canales, congestión rutas o responder a peticiones “justificables” de bloqueo producido por ataques cibernéticos, tráfico de spam o pedidos específicos de la justicia o de los usuarios.
Esta mirada se orienta a vulnerar el principio de Neutralidad y de este modo justificar las acciones que desencadenan la aplicación del principio zero rating. La Neutralidad se refiere a los contenidos de los paquetes que viajan por la red; este flujo lo producen los servicios de los proveedores de contenidos como Netflix, Disney, Amazon o Flow o servicios como el comercio electrónico y las redes sociales son muy diferentes en tamaño y poder económico.
Los ISPs más poderosos suelen recurrir a redes de distribución de contenidos (CDN) o suscribir acuerdos de interconexión de redes que beneficien el tráfico de las redes participantes del acuerdo (peering).
El debate por la Neutralidad de la red pone en tensión a proveedores de contenidos y proveedores de infraestructura, dejando fuera al cliente/usuario. ¿Quién garantiza la cobertura territorial y la calidad del servicio, el precio justo y la integridad y acceso social a los contenidos y servicios?
En la práctica, el contenido no se distribuye en internet en condiciones de igualdad. Es por eso que muchos ven más propicio hablar de apertura de la red en vez de neutralidad, entendiendo que la no discriminación del tráfico no es posible. La idea de una internet abierta apunta a enfocar en los resultados más que en los medios, e implica que todos los usuarios sean tratados de la misma manera (incluyendo a los generadores de contenidos o servicios). Es la igualdad de trato hacia los usuarios la que garantizaría su plena libertad para acceder o transmitir los contenidos que prefieran. Internet como una plataforma abierta, global e interoperable para el libre tránsito de contenidos (1)
¿Concentración o medidas anti monopólicas?
En los Estados Unidos, a fines de 2017 se dio por finalizada la neutralidad de la red. Así lo determinó el ente regulador local, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC). Una de las consecuencias de esta decisión es que ahora las proveedoras de internet como Comcast, AT&T, Verizon y Time Warner tienen vía libre para imponer tarifas a los sitios web o plataformas de video por demanda (VOD) caso Netflix, Disney, etc. para priorizar o privilegiar la velocidad o el ancho de banda en la transmisión de sus contenidos. Los proveedores de internet argumentaron que no se podía continuar con inversiones en infraestructura y su operación ya que su facturación anual era la mitad de lo que facturaban los proveedores de contenidos, cada vez con más demanda de velocidad y ancho de banda.
En Argentina está vigente la Ley Argentina Digital que sostiene en su Artículo 57 sobre Neutralidad de red y Prohibiciones. Los prestadores de Servicios de TIC no podrán:
a) Bloquear, interferir, discriminar, entorpecer, degradar o restringir la utilización, envío, recepción, ofrecimiento o acceso a cualquier contenido, aplicación, servicio o protocolo salvo orden judicial o expresa solicitud del usuario.
b) Fijar el precio de acceso a internet en virtud de los contenidos, servicios, protocolos o aplicaciones que vayan a ser utilizados u ofrecidos a través de los respectivos contratos.
c) Limitar arbitrariamente el derecho de un usuario a utilizar cualquier hardware o software para acceder a internet, siempre que los mismos no dañen o perjudiquen la red.
Nuestra ley garantiza un estándar bastante elevado de la neutralidad porque asegura la libertad de acceso, al prohibir prácticas de bloqueo o restricción. Por otro lado, en la actualidad hay ciertas prácticas como las de zero rating que, si bien no están expresamente prohibidas, podrían entrar en conflicto con la ley.
Que es el zero rating o tasa cero
El zero rating es la posibilidad que incluyen empresas operadoras de telefonía móvil para que sus clientes o usuarios no paguen por el uso del servicio de Datos cuando acceden a algunas aplicaciones o servicios en internet. Es decir, su implementación comercial permite que el cliente utilice determinados servicios, aplicaciones, o plataformas sin que se contabilicen en el consumo de datos mensual.
Las prácticas de tasa cero son planes de bonificación de consumo que favorecen o impulsan el acceso a determinadas plataformas. Esto puede adoptar diferentes variantes.
Las empresas operadoras de servicios en la red cambian y aumentan frecuentemente las opciones comerciales que tienen para el público. El objetivo es ofrecer mejores precios, y mejores prestaciones que atraigan la atención del consumidor/ciudadano que les permita crecer en su facturación, aunque ponga en tensión el cumplimiento de la norma de leyes que regulan el mercado.
Hay un modelo extremo de zero rating como el de internet.org que impulsa Facebook: por acuerdos con operadoras locales —y en varios casos también los gobiernos— ofrece acceso bonificado a versiones reducidas de su propio servicio y de una serie de aplicaciones asociadas de noticias, redes sociales o servicios gubernamentales.
Como se puede leer en el portal Electronic Frontier Fundations, India decidió rechazar los planes de tasa cero tales como la plataforma Free Basics de Facebook, mientras que en los Estados Unidos las compañías de telecomunicaciones empujan los límites con sus experimentos de tasa cero como los planes Binge-On de T-Mobile, que dio lugar a una disputa pública entre John Legere, CEO de la compañía, y la EFF, así como los planes Sponsored Data de AT&T, FreeBee de Verizon y Stream TV de Comcast.
Los planes más nocivos en los Estados Unidos, como las ofertas de AT&T y Verizon, sólo ofrecen a sus usuarios, bajo la modalidad zero rating, datos de aquellos proveedores de contenidos que pagan a las telefónicas para hacerlo. Tales acuerdos del tipo «pagar para usar» (pay to play en inglés) favorecen a los grandes proveedores de contenidos que sí pueden permitirse el lujo de pagar para estar a la vista de los usuarios, y marginan a los que no pueden, como las proveedoras de contenido sin fines de lucro, pequeñas empresas, y otros usuarios (2)
En la Argentina, las prestadoras de internet móvil incorporan servicios ajenos para posicionar su oferta, mientras una de ellas, integrada verticalmente, también favorece sus propios contenidos. Consistentemente con la reorientación de las políticas de comunicación en favor de los actores concentrados período 2016/2019 y en particular del mayor de ellos, el regulador ni independiente ni imparcial favoreció las condiciones para la concentración existente. Favorecen decididamente la concentración en aplicaciones globales como WhatsApp integrada a Facebook e Instagram que detenta el mayor tráfico de datos que alimenta el big data de la corporación. Las redes y sus contenidos concentrados se orientan al relato universal único.