Federal

Misiones

Busca que la presidenta sea madrina de su séptima hija mujer

Blanca López se presentó en los medios de la provincia para pedir que la primera mandataria sea la madrina de su hija de 16 años, Dara Carmela López. “Ella quiere terminar sus estudios y seguir la universidad, y yo no puedo pagarle esos estudios”, contó la mamá y aclaró que el derecho al padrinazgo incluye una beca de estudios, además de otros reconocimientos simbólicos.

Una misionera busca que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sea la madrina de su séptima hija, Dara Carmela López, una adolescente de 16 años.

Tanto la mamá de la joven, Blanca López, como Dara, son oriundas de Colonia Mado, en pequeño pueblo ubicado dentro del departamento de Eldorado, en la región fronteriza del noroeste de Misiones.

En diálogo con Radio Libertad, la mujer explicó que desde hace unos días comenzó junto a sus hijas la búsqueda que la lleve hasta la mandataria presidencial para que pueda cumplir su sueño.

“Mi hija mayor se está encargando de buscarla a la Presidenta, queremos que sea la madrina de Dara porque ella quiere terminar sus estudios y seguir la universidad, y yo no puedo pagarle esos estudios”, contó a la emisora local.

Una tradición de antaño

Las misioneras toman este derecho de la ley 20.843 “de Padrinazgo Presidencial”, que establece que el matrimonio que de a luz al séptimo hijo o hija de una prole del mismo sexo (deben ser siete hijos varones o siete hijas mujeres), pueden optar por el padrinazgo “moral” del Presidente de la Nación. El mandatario otorgará, una medalla de oro recordatoria, un diploma y una beca de estudios de carácter asistencial destinada al ahijado para contribuir en su alimentación y educación.

La iniciativa proviene de la época de los zares en Rusia, donde se decía que el séptimo hijo de una familia de 7 hijos varones, seria un hombre lobo; así como también la séptima hija proveniente de una familia de 7 hijas mujeres seria una bruja. Para revertir esta situación, se otorgaba el padrinazgo imperial que brindaba mágica protección y un premio de reconocimiento a los niños.

El mito llegó a Argentina junto con los inmigrantes provenientes de Rusia. Esta creencia estuvo tan extendida que los séptimos hijos eran abandonados, cedidos en adopción o asesinados. En 1907 nace la tradición del padrinazgo presidencial cuando una pareja alemana da a luz a su séptimo hijo varón en Coronel Pringles y le pide, mediante una carta, al entonces presidente de la República José Figueroa Alcorta que lo apadrinara.

Así no solo se estableció la tradición que se encargaría de romper el hechizo, sino también finalizar con el abandonos de niños. La costumbre se convirtió en ley en 1973 durante la presidencia de Juan Domingo Perón. El decreto reglamentario también extendió el beneficio a la séptima hija mujer.