Distintas versiones hablan de enfrentamientos en distintos puntos de la ciudad, disparos de armas de fuego y detenciones arbitrarias en un número que nadie puede precisar. Asimismo, se denunció que las personas detenidas (en su mayoría jóvenes que reaccionaron en repudio a la muerte del joven Reyna) fueron trasladadas a otras localidades del departamento, como La Cumbre.

El reclamo parte de la imposibilidad de conocer el paradero de estos detenidos cuando se consulta a las autoridades y la ostensible negativa a brindar información sobre su situación.

Jorge, de 17 años, fue encontrado muerto el sábado por la noche en la celda donde estaba alojado en la Comisaría local; había sido detenido horas antes acusado de haber robado a un grupo de turistas. La noticia indignó a sus familiares y amigos y provocó masivas movilizaciones frente a la Comisaría y otros edificios públicos. El fiscal interviniente ordenó el relevo de tres efectivos policiales. La madre del joven acusa a la policía de la muerte de su hijo, a partir de los hematomas que observó en distintas partes del cuerpo que la hacen sospechar de la versión oficial del suicidio.

Como podemos ver en Córdoba por estos días, la institución policial está muy lejos de ofrecer garantías a los ciudadanos. La Policía de la Provincia está sospechada de graves hechos delictivos y miembros de su plana mayor están detenidos e investigados por la Justicia Federal. El Ministro de Seguridad y el Jefe de Policía debieron renunciar  el mes pasado por el escándalo originado en la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico.

Las quejas por este hecho en Capilla del Monte, se centran en la aplicación en toda la provincia del cuestionado Código de Faltas. Esta normativa, disfrazada de contravencional, habilita en su aplicación un sinnúmero de arbitrariedades y abusos, otorgándole a la policía facultades de ordenar detenciones y el dictado de condenas, que en principio son atribución de la Justicia. El Código de Faltas se convirtió, entonces, en un instrumento de control social.

Hoy, en Capilla del Monte, como ocurrió en otros puntos de la provincia (sin ir más lejos, en 2012 la muerte del joven Brian José Palomeque, desató la furia de vecinos y amigos frente a la Comisaría de La Falda), una pueblada desnuda un conflicto social  que estaba latente pero oculto, con una actuación policial teñida de sospechas.

Las razones de la violencia vista en estas horas en la localidad de Capilla del Monte, son atribuidas a la constante persecución que padecen los jóvenes y las arbitrariedades de los efectivos policiales.

Hacemos un llamado urgente a las autoridades provinciales, en cuanto a lo imperioso de adoptar medidas concretas que vayan en camino de devolver a Córdoba el clima de seguridad que parece haber perdido.