Economía

Crecer, pero ¿a qué costo?

“Estamos creciendo” se suele escuchar. Pero el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría se acrecienta día a día. El IPYPP presentó dos nuevos estudios en los que analiza las estadísticas que confirman la perpetuación de la pobreza durante el 1er semestre, y la realidad que viven millones de compatriotas: empleo precario y mal remunerado.

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Tras la publicación del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) respecto de la distribución de ingresos en los hogares de la Argentina y el informe que da cuenta de los valores de la Canasta Básica Total, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas -IPyPP- que coordinan Claudio Lozano y Ana Rameri, ensayó una primera aproximación de la incidencia de la pobreza durante el primer trimestre del año en nuestro país.

“Si no se corrige el rumbo, la pobreza vuelve a tocar el nivel del 40% de la población. Corregir el rumbo implica reemplazar el actual programa de ajuste y estabilización por un Programa Popular Antiinflacionario que mejore el nivel de ingresos y congele el sistema de precios como condición para recomponer el poder adquisitivo de la mayor parte de la población, ampliar el mercado interno y evitar la desaceleración de la actividad y la recesión”, expresó Lozano.

El informe expone que, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Indec, la pobreza alcanzó el 34,1% en el primer trimestre y que, si se descuenta el “efecto aguinaldo”, el porcentaje se ubicaba en el 36%.

Asimismo, se indica que durante los últimos meses del 2021 y el primer trimestre 2022, si bien los ingresos familiares de los sectores bajos crecieron -en promedio- en un 29% nominal, el valor de la CBT -en ese mismo período- tuvo un incremento del 35%. Es decir, según el IPYPP, el deterioro real está cerca del 4%.

Tomando esos datos como base y referencia, los autores del informe destacan que la pobreza durante el primer semestre del año rondaría el 36,3%

Si se compara la evolución semestral, vemos que el nivel de pobreza se ubicaría en una escala similar e incluso, superior, a la que se mantuvo durante el segundo semestre 2019 -a finales de la gestión del gobierno de Cambiemos- aun cuando el PBI creció un 5,7% entre fines de 2019 y mediados de este año.

“Estamos creciendo” es una frase que se suele escuchar en boca de la dirigencia política. Sin embargo, el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría en nuestro país se acrecienta día a día. Es que el crecimiento y la recuperación económica la siguen viendo, sintiendo y viviendo solos unos pocos. Como vemos en el cuadro, la pobreza está por encima del último tramo del gobierno que supo ser la expresión más cruda del neoliberalismo. A esto, se suma el contexto inflacionario que pulveriza los ingresos populares día tras día. ¿Y entonces? La desigualdad y la pobreza, continúan aumentando.

¿Qué pasa con el mercado laboral?

También se oye hablar frecuentemente sobre la “recuperación del empleo”. Pues bien, otro de los informes que publicó hace días el IPYPP analiza cómo puede impactar en la generación de empleo, la proyección que ya hizo el gobierno de un segundo semestre recesivo. Además, sus autores ponen especial énfasis y advierten sobre la lectura e interpretación del par “empleo-desocupación” para poder analizar integralmente la situación del mercado laboral en la actualidad.

En este punto, se advierte sobre el indicador “tasa de ocupados demandantes de empleo” que, en el segundo trimestre 2022, alcanzó el 16,3% de la Población Económicamente Activa (PEA) que se suma a la población desocupada. Es decir, hay mayor cantidad de personas que -a pesar de tener un empleo- demandan otro con mayores condiciones de ingresos. A esto se lo conoce como “desempleo encubierto”, indican desde el instituto.

“Se destaca, entonces, que la presión efectiva sobre el mercado de trabajo asciende al 23,2% mientras la disponibilidad de mano de obra, al considerar también a los ocupados que desean trabajar más (para completar ingresos), escala al 28,9% de la PEA”, explican.

Al observar la foto de la composición del empleo, se enciende una alarma, pues del conjunto de asalariados, se registra que hay una tasa de informalidad que asciende al 37,8% (un dato que no se veía desde el año 2008).

Por otro lado, están la población de trabajadores independientes o cuentapropistas, que -como sabemos- es fuerza de trabajo que depende directamente del dinamismo del consumo interno. En un contexto con alta inflación donde los salarios e ingresos se ajustan cada vez más y se deprime el mercado interno, este sector de trabajadores y trabajadoras se ve impactado a punto tal de llegar a los valores existentes en la prepandemia, es decir, a principios del 2020.

En cuanto a la evolución interanual del mercado laboral, es decir, si se toma desde el 2do. Semestre del 2021 al segundo semestre del corriente año, donde la tasa de empleo aumentó en un 7,5% (cuando la actividad económica lo hizo en un 6,9%), se observa sin embargo que la composición del empleo se “modificó drásticamente en favor de la precarización”.

Además, durante el último año también destacan un crecimiento en la tasa de subocupación (quienes trabajan menos de 35 horas semanales) del 26,9% al 27,4% que se suma al medio millón de personas que son sobreocupadas, es decir, que conllevan jornadas muy extensas de trabajo superando las 45 horas semanales.

Si se compara la evolución semestral, vemos que el nivel de pobreza se ubicaría en una escala similar e incluso, superior, a la que se mantuvo durante el segundo semestre 2019 -a finales de la gestión del gobierno de Cambiemos- aun cuando el PBI creció un 5,7% entre fines de 2019 y mediados de este año.

“Estamos creciendo” es una frase que se suele escuchar en boca de la dirigencia política. Sin embargo, el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría en nuestro país se acrecienta día a día. Es que el crecimiento y la recuperación económica la siguen viendo, sintiendo y viviendo solos unos pocos. Como vemos en el cuadro, la pobreza está por encima del último tramo del gobierno que supo ser la expresión más cruda del neoliberalismo. A esto, se suma el contexto inflacionario que pulveriza los ingresos populares día tras día. ¿Y entonces? La desigualdad y la pobreza, continúan aumentando.

 

¿Qué pasa con el mercado laboral?

También se oye hablar frecuentemente sobre la “recuperación del empleo”. Pues bien, otro de los informes que publicó hace días el IPYPP analiza cómo puede impactar en la generación de empleo, la proyección que ya hizo el gobierno de un segundo semestre recesivo. Además, sus autores ponen especial énfasis y advierten sobre la lectura e interpretación del par “empleo-desocupación” para poder analizar integralmente la situación del mercado laboral en la actualidad.

En este punto, se advierte sobre el indicador “tasa de ocupados demandantes de empleo” que, en el segundo trimestre 2022, alcanzó el 16,3% de la Población Económicamente Activa (PEA) que se suma a la población desocupada. Es decir, hay mayor cantidad de personas que -a pesar de tener un empleo- demandan otro con mayores condiciones de ingresos. A esto se lo conoce como “desempleo encubierto”, indican desde el instituto.

“Se destaca, entonces, que la presión efectiva sobre el mercado de trabajo asciende al 23,2% mientras la disponibilidad de mano de obra, al considerar también a los ocupados que desean trabajar más (para completar ingresos), escala al 28,9% de la PEA”, explican.

Al observar la foto de la composición del empleo, se enciende una alarma, pues del conjunto de asalariados, se registra que hay una tasa de informalidad que asciende al 37,8% (un dato que no se veía desde el año 2008).

Por otro lado, están la población de trabajadores independientes o cuentapropistas, que -como sabemos- es fuerza de trabajo que depende directamente del dinamismo del consumo interno. En un contexto con alta inflación donde los salarios e ingresos se ajustan cada vez más y se deprime el mercado interno, este sector de trabajadores y trabajadoras se ve impactado a punto tal de llegar a los valores existentes en la prepandemia, es decir, a principios del 2020.

En cuanto a la evolución interanual del mercado laboral, es decir, si se toma desde el 2do. Semestre del 2021 al segundo semestre del corriente año, donde la tasa de empleo aumentó en un 7,5% (cuando la actividad económica lo hizo en un 6,9%), se observa sin embargo que la composición del empleo se “modificó drásticamente en favor de la precarización”.

Además, durante el último año también destacan un crecimiento en la tasa de subocupación (quienes trabajan menos de 35 horas semanales) del 26,9% al 27,4% que se suma al medio millón de personas que son sobreocupadas, es decir, que conllevan jornadas muy extensas de trabajo superando las 45 horas semanales.

En este link accedé al informe completo