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Crisis en Ecuador: Denuncian un posible Golpe de Estado

"Señores, si quieren matar al Presidente, aquí está: Mátenme si les da la gana”, les dijo el presidente Rafael Correa a los uniformados que protestaban por la eliminación de incentivos económicos para la Policía de ese país.

Imágenes de la crisis que atraviesa Ecuador.

Unos 120 militares se unieron este jueves a las intensas protestas que vive Ecuador por parte de los policías que rechazan la eliminación de incentivos profesionales, y que han ocupado un regimiento de la capital y obligado a cerrar el aeropuerto de Quito. El ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa del país andino, Miguel Carvajal, aseguró en Quito que Ecuador está ante una situación «delicada» y frente a un proceso de «desestabilización del Gobierno y la democracia».  Cientos de policías protagonizan una protesta en el Regimiento Quito en rechazo a la eliminación de incentivos profesionales aprobado por la Asamblea Nacional, mientras otro grupo bloqueó una pista del aeropuerto de la capital. «Señores, si quieren matar al Presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos», dijo Correa visiblemente exaltado al asegurar que seguirán «con una sola política de justicia». Correa intentó dialogar con los policías en las afueras del Regimiento, pero los manifestantes lo recibieron molestos y con gritos, por lo que el jefe de Estado ingresó en las instalaciones y desde una ventana se dirigió a los policías de tropa. Al inicio de su intervención, Correa aseguró que podía esperar esa actitud de cualquier otra institución, pero no de la Policía, y se lamentó de lo que considera una «memoria frágil», pues, en su criterio, ningún otro gobierno ha hecho lo que el suyo por esa institución del orden. «Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este gobierno seguirán haciendo lo que tienen que hacer», añadió Correa. «Si quieren destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás. Viva la patria», finalizó Correa, quien terminó su intervención de forma abrupta. Desde temprano, policías de tropa ocuparon las instalaciones del Regimiento Quito con gritos en los que llamaban a la unidad y a protestar contra lo que consideran una injusticia contra su profesión. Los policías rechazan, entre otras cosas, que se hayan eliminado incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los mismos. Los manifestantes, que escondían sus rostros de las cámaras, también incendiaron neumáticos en las afueras del regimiento para agudizar la protesta, inédita en Ecuador. En medio de las protestas, la agencia de noticias EFE constató que los policías pedían a gritos a los militares que los apoyen en el reclamo, al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar incentivos. Además, en el aeropuerto de Quito, unos 150 policías bloquearon la pista del en protesta contra las altas autoridades, según constató Efe. «Por nosotros está en el poder Correa», decían los policías, mientras en medio de la protesta se escuchaban gritos de «Vamos a la guerra civil». Como método de protesta, los policías dijeron que no saldrán a las calles a realizar su trabajo hasta lograr un acuerdo con el Gobierno. Algunos policías aseguraron que la medida de protesta también se extenderá a otros sectores del país, entre ellos la provincia del Guayas, cuya capital es Guayaquil, la ciudad más poblada del país. El general Florencio Ruiz, jefe del Estado Mayor de la Policía, que llegó al Regimiento Quito, dijo a Telamazonas, que llegaba al sitio para «calmar a la gente» y decirles que «no es necesaria esta protesta» y pedirles «un diálogo respetuoso, fundamentado jurídica y técnicamente con el Presidente de la República». El intento del comandante general de la Policía, Freddy Martínez, por dialogar con los manifestantes se vio frustrado cuando se accionó una bomba de gas lacrimógeno cerca al sitio donde estaba el alto militar en el mismo regimiento.