Política

Cristina le respondió al FMI: «Mi país no será sometido a amenazas»

En su discurso en la ONU, la Presidenta argentina Cristina Fernández se refirió a las palabras de Christine Lagarde, quien había amenazado con sacar "tarjeta roja" a la Argentina. "Nuestro país no es un equipo de fútbol, es una nación soberana que toma decisones", respondió

Cristina habló en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

 

Durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la mandataria hizo referencia a los dichos de Lagarde al asegurar que la Argentina «no será sometida a amenazas». Asimismo criticó las comparaciones realizadas por la ejecutiva francesa con un partido de fútbol.

 

La directora gerente del FMI había dicho que el organismo estaba dispuesto a sacarle «tarjeta roja» a la Argentina y reiteró que el Gobierno contaba con tres meses para dar respuestas a los requerimientos para normalizar las mediciones del Indec sobre inflación y actividad económica. Ante esto, Cristina Kirchner respondió: «Mi país no es un cuadro de fútbol, es una nación soberana que no será sometida a presiones y amenazas».

 

«Ya que estamos en el rol de comparar el fútbol con la economía, digo que el rol del presidente de la FIFA ha sido más satisfactorio que el de la titular del FMI», agregó la jefe de Estado.

 

La Presidente se mostró muy dura con ese organismo internacional de crédito. Lo acusó de promover políticas de endeudamiento y de no medir con los mismos parámetros a unos países que a otros. «Argentina fue exhibida como un ejemplo de lo que debía hacerse en la década de 1990, para que luego en 2001 le soltaran la mano», dijo, y se quejó de nunca haber escuchado «autocrítica» en esa institución.  

 

Proteccionismo y crisis global

 

Cristina Kirchner dedicó buena parte de su discurso a defender al país de las acusaciones que han surgido por parte de otras naciones y organismos, como el FMI, a propósito de la política económica.

 

Se quejó de la «guerra comercial» en la que algunos «denuncian como proteccionistas» medidas que sirven «para defender las industrias contra la crisis».

 

«Somos los países emergentes los que tenemos que soportar que nos acusen de proteccionista», indicó, y aseguró que las críticas provienen, precisamente, de gobiernos que practican medidas similares. «No seremos economistas pero no somos tontos».

 

Por otra parte, la gobernante se mostró muy preocupada con la crisis financiera que afecta al mundo desde 2008, y alentó a los europeos a busquen «formas creativas» y rápidas para salir de esa situación.

 

Advirtió, además, que si las dificultades económicas persisten podrían abrir el camino a «crisis políticas e institucionales».

 

“Lo que más miedo me da la falta de resolución es que millones de occidentales dejen de creer en un sistema democrático”.        

 

Enérgico pedido por las Malvinas

 

Una vez más, la mandataria llevó el reclamo por las Islas Malvinas a este foro internacional. Aseguró que aunque parezca un tema bilateral, se ha convertido en un asunto de interés global y exigió al mundo que inste al Reino Unido a que cumpla con el diálogo pautado por la ONU para resolverlo.

 

“No estamos pidiendo que digan que tenemos razón, simplemente que se sienten a dialogar sobre la soberanía”, explicó.

 

Cristina Kirchner recordó que el próximo enero se cumplirán 180 años  desde que las islas fueron “usurpadas ilegalmente”. Y se quejó que Londres “no ha cejado en su postura” ni ha dado respuesta a las resoluciones que solicitan una negociación.

 

La Presidenta fue enfática en exigir  “desmilitarizar el Atlántico Sur”, en relación al envío de naves de combate que Reino Unido ha mandado a las islas. Destacó que ésta es una “región de paz”, que no registra diferencias culturales, raciales o étnicas que pongan en peligro esa paz.  

 

“No se puede tener el doble estándar”, espetó a la audiencia, al señalar una vez más que Reino Unido, en su carácter de miembro permanente del Consejo de Seguridad, “tienen derecho de violar” las resoluciones de la ONU, mientras que el resto debe hacer “saludos y venia”. “Esto no es multilateralismo”, señaló, y dijo que actitudes como esas no ayudan a la construcción de la paz, sino que “aporta a una sensación de injusticia”.

 

Por eso, llamó a “terminar con los últimos vestigios de colonialismo”. Ingresar al siglo XXI sin estos es aportar a los derechos humanos, aseguró.