El «trabajo a reglamento» de los controladores, quienes se solidarizaron con sus compañeros desplazados de la Torre de Control. Afecta hoy a todas las empresas aéreas.

En los últimos días, varios vuelos programados para aterrizar en el aeroparque porteño debieron ser desviados hacia el aeropuerto internacional de Ezeiza, y otros sufrieron retrasos de hasta tres horas.

Sin embargo, hoy el titular del sindicato de controladores aéreos, Omar Torres, desmintió «categóricamente que haya una medida de fuerza: no hemos implementado ningún tipo de medida restrictiva en ningún aeropuerto del país».

«Los que operan en ese aeropuerto no son afiliados nuestros, responden a las huestes de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA)», indicó.

Ayer, APTA manifestó en un comunicado su «solidaridad con los compañeros desplazados de la Torre de Control del Aeroparque Jorge Newbery y el aeropuerto Taravella de Córdoba».