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España decretó el «estado de alarma» por la huelga de controladores que provoca un caos aéreo desde ayer

Se trata de la primera vez que se toma esta medida en la historia de la democracia española, lo anunció el vicepresidente primero en conferencia de prensa.

El vicepresidente primero del gobierno y ministro del Interior de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció hoy en conferencia de prensa que «el Consejo de Ministros ha aprobado un decreto por el cual se decreta el estado de alarma». El espacio aéreo de prácticamente todo el país quedó cerrado ayer, después de que el 70% de los controladores aéreoscomenzara a ausentarse de sus puestos de trabajo alegando motivos de salud. El ministro del Interior español afirmó que “los aeropuertos siguen paralizados” y que a raíz de esa situación “el Consejo de Ministros ha aprobado un decreto por el cual se decreta el estado de alarma de acuerdo con lo establecido en la Constitución”.En ese sentido, Rubalcaba precisó que “los controladores pasan a estar movilizados”, ki qye significa que “si no van al trabajo pasan a cometer delito de desobediencia tipificado en el Código Penal Militar”.Además, retiró las “disculpas” a los ciudadanos afectados por el caos aéreo.El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ordenó anoche al Ejército que asumiera el control del tráfico aéreo, ante la gravedad de la situación, con la navegación aérea paralizada en un día con un alto número de pasajeros en los aeropuertos por el inicio del puente de la Constitución, según indicó un cable de Dpa.Al menos 330.000 personas no pudieron volar, al cancelarse 1.200 vuelos hasta la medianoche, según informó el gestor público aeroportuario AENA. Los aeropuertos fueron escenario de grandes aglomeraciones de personas irritadas por no poder volar. La situación es de «extrema gravedad», dijo ayer el vicepresidente primero, Pérez Rubalcaba.Con la presencia militar, la situación comenzó a reconducirse de madrugada, aunque lentamente, en Barcelona y otros puntos del país. En Madrid, sin embargo, los controladores mantenían el pulso con el gobierno. La Fiscalía de Madrid abrió diligencias penales contra ellos por posible delito de sedición, que puede conllevar penas de prisión de en torno a los diez años.El colectivo negó una huelga encubierta y aseguró que su protesta fue espontánea. Ya habían mostrado su oposición a una regulación por parte del gobierno del máximo de horas que pueden trabajar, una medida que fue hoy ratificada por el consejo de ministros. Pero lo sucedido después tomó por sorpresa al país.Cuando se supo que los controladores de Madrid se concentraban en un hotel cercano al aeropuerto, hubo pasajeros que se dirigieron hacia allí y las fuerzas de seguridad tuvieron que escoltar a los trabajadores aéreos.»No vamos a permitir este chantaje que está utilizando como rehenes a los ciudadanos», había advertido a última hora de la tarde el ministro de Fomento, José Blanco, al dar a los controladores un ultimátum sin éxito para que regresaran a sus puestos de trabajo.Había esperanzas de que con la llegada del turno de noche de los controladores, a las 22 (hora local), la situación mejorase, pero no fue así, aunque en algunos puntos del país hubo trabajadores que acudieron a sus puestos de trabajo.El Ministerio de Defensa tomó entonces el control de la navegación aérea. El Ejecutivo socialista hizo entrar en vigor con urgencia, a las 21.30 horas, un decreto ley que permite al presidente del gobierno ordenar la militarización. Y Zapatero firmó poco después la orden, que el rey Juan Carlos sancionó desde la localidad argentina de Mar del Plata, donde asiste a la XX Cumbre Iberoamericana.El jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, José Jiménez Ruiz, pasó por la noche a estar al mando de las decisiones para hacer regresar al país a la normalidad y militares se dirigieron hacia las torres de control de los aeropuertos españoles.Éstos se habían ido convirtiendo desde la tarde de ayer en un hormiguero de personas, con largas filas de pasajeros indignados y nerviosos, mientras el espacio aéreo español se quedaba vacío de aviones.El de la capital española y el que depende de él fueron los primeros en quedar cerrados. Después ocurrió lo mismo con el de Canarias. Y en poco tiempo quedó cerrado todo el espacio aéreo español, con excepción del de Andalucía, en el sur del país.AENA recomendó a los pasajeros que no fueran a los aeropuertos. Algunas compañías aéreas facilitaron autobuses como transporte alternativo para destinos cercanos. La operadora ferroviaria Renfe reforzó servicios.Los controladores aéreos ya hicieron contener el aliento a los españoles en agosto, cuando amenazaron con ir a la huelga en el mes tradicional de vacaciones estivales en medio de un conflicto laboral con el Ministerio de Fomento. Finalmente no convocaron los paros, tras llegar a un acuerdo con AENA según el cual su retribución media hasta 2013 será de 200.000 euros.En julio se habían dado retrasos de aviones por una ausencia de importante de controladores por baja médica. Fue entonces cuando el Ejecutivo de Zapatero comenzó a hablar de la posibilidad de permitir la militarización de la navegación aérea española en casos de necesidad como el de ayer.