Ciudad

Familias desalojadas acampan desde hace seis días debajo de una autopista

Cincuenta y tres familias del barrio Ramón Carrillo permanecen bajo la Autopista 7 en reclamo de un terreno donde construir sus viviendas. Fueron reprimidas por la Policía Metropolitana cuando intentaron ocupar un predio en Lacarra y Castañares.

El grupo está compuesto por personas que ya no pueden pagar el alquiler de habitaciones y que habían ocupado el jueves pasado una cancha de fútbol junto a la avenida Castañares, pero fueron reprimidos con palos y balas de goma hasta las calles interiores del barrio Carrillo. Los vecinos volvieron el lunes pasado a intentar ocupar ese predio pero los efectivos policiales custodiaban el lugar, por lo que decidieron acampar hasta que el gobierno porteño les dé una respuesta. El lugar donde se instalaron es debajo de la Autopista 7, entre Castañares y Lacarra, junto a una quema de basura. Allí decenas de mujeres y niños pasan los días intentando mantener encendidas las brasas que usan para el mate, las tortillas y no sufrir el frío por las noches. Natalia, de 22 años, madre de dos niños y quien fue una de la víctimas de la represión, contó a Télam que «la mayoría de las familias que vinimos a tomar este terreno son con gente enferma, discapacitada o mamás solteras, porque somos los de menos ingresos y a los que más nos cuesta pagar los alquileres». «El jueves estábamos tranquilos, elegimos este pedacito de terreno porque preguntamos en el barrio dónde podíamos estar y todos nos decían que nadie lo iba a reclamar, pero vino la Metropolitana y nos desalojó en forma violenta a todos sin fijarse quien era mujer, niño o discapacitado», añadió. La joven, delegada de los ocupantes, explicó que «el lunes nos animamos a volver pero ya no nos dejaron entrar, por eso decidimos acampar junto al alambrado, pero estamos a la intemperie con chicos y no nos dejan poner ni un toldo». «No tenemos más a dónde ir, muchos de nosotros ya no podemos pagar alquileres y no entramos en la casa de los vecinos, no queremos que nadie nos regale nada, queremos pagar con todo lo que tengamos, pero nuestros hijos merecen pasar el invierno abajo de un techo digno y no abajo de la autopista entre basura», contó. Micaela, de 19 años y mamá de Taiel de 7 meses, aseguró que la Policía «nos pegó a las mujeres con bebés», al tiempo que instó a las autoridades porteñas a decirles «donde tenemos que ir a vivir». «Fuimos al ministerio de Desarrollo Social y al Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) pero en todos lados se lavan las manos. Nadie se acerca ni a echarnos», aseguró la joven, quien destacó que las autoridades porteñas le exigen renunciar a la Asignación Universal por Hijo para recibir subsidios. Rufino, un changarín de 44 años que perdió la vista de su ojo derecho, le dijo a Télam que «lo que hizo la Metropolitana el jueves por la noche fue sanguinario, no había necesidad de correr a la gente con balas de goma hasta adentro del barrio». «Por más que nos repriman vamos a seguir aquí, simplemente porque no tenemos otro lugar a dónde ir, queremos una respuesta a nuestro problema habitacional», subrayó. El vecino añadió que «esta mañana vino la gente de la Defensoría del Pueblo de la ciudad a preguntarnos que necesitábamos, pero nadie más apareció, queremos que nos den en lo inmediato un subsidio habitacional para pagar los alquileres hasta que nos den una respuesta definitiva».

Fuente: Telam