Sociedad

Festivales solidarios recordando la tragedia de Cromañón

Cientos de jóvenes participaron del primero de los 10 festivales solidarios con los que se homenajeará, a lo largo de todo este año, a las 194 víctimas que murieron en el incendio del boliche Cromañón, en el barrio porteño de Once, el 30 de diciembre de 2004.

Bajo la consigna «10 años, 10 encuentros. Cromañón nos pasó a todos», los sobrevivientes de esa tragedia nucleados en la Coordinadora Memoria y Justicia por Cromañón, con la participación de la subsecretaría de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, recordarán a las víctimas con una serie de 10 festivales solidarios en distintos puntos del país a lo largo de este año. El primero de ellos se realizó este sábado en la localidad bonaerense de Tapiales (La Matanza), dónde hubo bandas en vivo, actividades culturales, charlas sobre primeros auxilios, exposiciones fotográficas y material informativo sobre la ley de reparación integral sancionada en 2013. Las donaciones de quienes se acercaron a este festival se destinaron al hospital de San Justo, y en cada uno de los demás recitales, que se organizarán en universidades nacionales del interior del país, las donaciones serán para comedores y centros sanitarios locales. Uno de los referentes de la coordinadora, Luciano Frangi, tenía 26 años cuando fue a ver el recital de Callejeros en Cromañón. Frangi explicó a Télam que «la idea de estos diez encuentros a lo largo del 2014 es federalizar la causa Cromañón, que los jóvenes de todo el país sepan de primera mano qué pasó y dejen de ver la tragedia como una posibilidad lejana». «Nosotros empezamos a juntarnos de a poco, entre los que nos conocíamos de antes y entre quienes nos veíamos en actividades y homenajes, y nos conteníamos entre nosotros porque el gobierno porteño no había previsto ningún mecanismo para eso, por eso se suicidó más de una docena de chicos que sobrevivieron, y por eso se murieron de tristeza muchos papás que perdieron a sus hijos», agregó. Señaló que «a medida que nos fuimos organizando conseguimos trabajar en una ley que nos proteja y garantice una contención por parte del estado. Esa ley se sancionó en enero, pero (Mauricio) Macri todavía no puso la firma para la reglamentación», explicó. Natalia tenía 17 años cuando su papá murió en Cromañón. Ella le contó a Télam que «al principio estábamos muy solos, de a poco nos fuimos juntando, pero costó mucho que reconozcan que las secuelas que quedaron en muchos de nosotros tenían que ser atendidas». «Queremos que los chicos de todo el país sepan que es lo qué pasó, para que no se repita, por eso invitamos a los cascos blancos a que en estos encuentros den cursos de primeros auxilios y también trabajamos en prevención de incendios, creemos que tenemos el rol de concientizar», añadió.

Fuente: Telam