Escribano señaló que la situación obedece a dos grandes razones: los fenómenos climáticos adversos como las sequías y las heladas; además de los bajos precios en el mercado.En sus mejores tiempos la producción bananera concentró en Laguna Naineck y Riacho He Hé 12.000 hectáreas, y después comenzó a decaer porque los valores comerciales no cubrían los gastos.

Recordó que en el periodo 2000 – 2002 hubo un repunte en la actividad y se alcanzó las 7 mil hectáreas y este año la producción no alcanzó las 700 hectáreas, lo que representa menos del 10% de lo que se producía una década atrás.

“Es el peor momento para la producción bananera. Hay que aclarar que el Gobierno nos ayudó en todo momento, siempre se mantuvo del lado del agricultor. En ese sentido no nos podemos quejar. Pero el climático y el mercado conspiraron contra la actividad. En los últimos cinco años se prolongaron los periodos de sequía y las heladas hicieron el resto. Eso también perjudicó la calidad de la banana formoseña. Habrá un escaso 20% de la producción local en condiciones de competir y el resto no encuentra mercado fuera de la provincia y debe ser consumido acá. Hay un grupo selecto que envía su producción a Buenos Aires y Santa Fe y lo hace a buen precio. Ese grupo subsiste gracias a la diversificación productiva y acompaña a la banana con la producción de pomelo, algo de sandía y coreanitos”, expresó.

Ahora se paga 3 pesos por cada cajón de banana y algunos productores incluso llegaron a venderlo a 2,50, en medio de la desesperación por la escasa demanda del mercado.

“El sector bananero en general está mal. La banana venía muy atrasada por la sequía y la helada encontró a los cachos poco desarrollados. Ahora el gran problema es que no tenemos buenos precios en el mercado. Ese es el problema grave, además del ingreso de banana de afuera. Somos concientes de que eso no se puede detener porque hay contratos de por medio. Los precios son tan bajos que muchos productores optan por no retirar los cachos de la planta”, expresó.Dijo que de unos 780 productores bananeros que agrupaba la Asociación Frutihortícola de Formosa, actualmente quedan menos de 600. “Muchos productores no tienen el dinero necesario para seguir con la producción. Hasta el año pasado el Gobierno compraba banana a los productores del PAIPPA y pagaba a un mejor precio por cajón que el que existía en plaza. Las bananas eran distribuidas a escuelas e instituciones benéficas y se daba una salida que hacía más sustentable la actividad. Este año el Gobierno dio subsidios para subsanar los problemas climáticos que sufrimos”, agregó.

También se mostró convencido en la poca eficacia que podría tener para el sector que el Estado fije un precio de referencia porque toda actividad comercial depende del juego de la oferta y la demanda.

“El panorama no es bueno y se torna más crítico para el año próximo porque hasta febrero se prevé escasez de lluvia para esta región. Todos los productores dependemos de la naturaleza. Para tener un precio estable el Gobierno nos puede ayudar buscando mercados pero de igual forma seguimos estando a merced del clima”, consideró. .