El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, se metió de lleno en la política y expresó hoy que le «preocupa mucho» la realidad.
Lo dijo en el marco del proceso electoral del que surgirá el próximo presidente, que considera se viene dando en «un clima de autodestrucción» en el país.
Asimismo alestó sobre «un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío».
Tras los dichos despectivos de Javer Milei, Ojea defendió la figura del papa Francisco de «los insultos irreproducibles» y «falsedades» .
«En este tiempo de desesperanza y decepción que provoca la creciente pobreza en nuestro país me preocupa mucho que haya aparecido un clima de autodestrucción. Un deseo de que todo se desborde para caer en el vacío. Esto es como una enfermedad social que anula todo horizonte y proyecto de futuro. Una suerte de autoboicot», consideró el presidente de la CEA.
El obispo de San Isidro se pronunció así, en una serie de reflexiones dirigidas a todos los candidatos y candidatas que se postulan para gobernar el país.
Días atrás, con la presencia de dirigentes políticos y gremiales, la Iglesia argentina organizó una misa «en desagravio por los ultrajes» a la figura del papa Francisco que expresó en su momento el candidato de ultraderecha Javier Milei. En varias ocasiones, tanto en declaraciones periodísticas o en sus redes sociales, se refirió al Sumo Pontífice como el «jesuita que promueve el comunismo», «personaje impresentable y nefasto» o «representante del maligno en la Tierra».
Ojea citó una frase de monseñor Gustavo Carrara, quien definió al Papa como «un profeta de la dignidad humana en un tiempo de violencia y exclusión» para los católicos, además de ser «un Jefe de Estado al que se le debe un respeto particular».
El presidente de la Conferencia Episcopal destacó que para la Iglesia «el cuidado de la vida» de cada argentino, desde «el inicio de la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo hasta la muerte natural», es uno de los «principios» que deben marcar a todos los candidatos presidenciales que se postulan a los comicios generales.
Ojea, además, resaltó que la Iglesia no renunciará a estar junto a los «pobres y excluidos», tanto que «en estos últimos años» pidió «a todos los gobiernos un Estado presente, tanto brindando seguridad como garantizando la provisión de bienes primarios para la vida humana, en particular en los barrios más humildes, el respeto por las economías solidarias, y la creación de trabajo genuino y digno, ya que el trabajo es un auténtico ordenador de la vida. Esto no es hacer ‘pobrismo'», aseveró el religioso.
Y agregó: «Ante cualquier gobierno que sea electo la Iglesia no va a renunciar a reclamar los derechos de los últimos, porque esto sería traicionar el Evangelio».