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Matan a hermano de una víctima del triple crimen

Un joven de 17 años fue asesinado de un balazo este domingo en Zeballos y Dorrego, luego de salir de un boliche de la zona. Era hermano de Jeremías Trasante, uno de los tres militantes del Frente Darío Santillán asesinados el 1º de enero de 2012 en el triple crimen de Villa Moreno.

El joven, identificado por la policía como Jairo Trasante, recibió un disparo en el abdomen alrededor de las 6.30 de la mañana de este domingo en Zeballos y Dorrego, mientras conducía su motocicleta.

Según las primeras averiguaciones, había salido de un boliche ubicado en Dorrego al 1000 donde habría protagonizado una pelea con otro asistente al lugar.

Los atacantes lo habrían seguido desde el boliche, llamado “Chiringo”, y en la esquina de Zeballos le dispararon a Trasante desde un vehículo en el que se movían, según explicó la policía. No hay detenidos por el hecho, que es investigado por la Brigada de Homicidios de la policía de Rosario.

Por el balazo recibido, Jairo Trasante fue trasladado al hospital de Emergencias, donde muró cerca de las 7 de la mañana, dijeron fuentes del caso.

Jairo era hermano de Jeremías Trasante, un joven que también tenía 17 años el primer día de 2012 cuando fue acribillado junto a sus amigos Claudio Suárez y Adrián Rodríguez en la canchilla de fútbol de la Asociación Deportiva Oroño, en Moreno y Quintana.

Ese hecho se conoció como el triple crimen de Villa Moreno y cobró gran notoriedad por la visibilización que el dio el Movimiento 26 de Junio del Frente Darío Santillán, en el que militaban los tres jóvenes de barrio Moreno.

Los pormenores de ese crimen se ventilarán en los próximos meses durante un juicio oral y público al que llegarán como acusados de ser los autores materiales cinco hombres, entre ellos Sergio “Quemado” Rodríguez, ex barrabrava de Newell’s Old Boys y vinculado a la comercialización de drogas en la zona sur de Rosario.

La Justicia entendió que aquella madrugada de Año Nuevo de 2012 Rodríguez quiso vengar el ataque que unas horas antes había recibido su hijo, Maximiliano “Quemadito” Rodríguez, y por error mató junto a otras cuatro personas a los tres militantes del Darío Santillán, cuando en realidad buscaba a otros pibes, presuntamente “soldaditos” de un narco de la zona.

Por ese caso también fueron procesados por incumplimiento de los deberes de funcionarios público y encubrimiento agravado tres policías rosarinos.