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Metrobus: no creen que “PRO obtenga un rédito electoral con este corte de cinta”

El legislador Camps considera que la inauguración se adelantó para evitar la veda electoral y marcó que “este metrobús muestra la ineficiencia, el derroche de fondos públicos, el desprecio por el patrimonio paisajístico y la destrucción de espacios verdes, propios del actual gobierno porteño”.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inaugura hoy los carriles exclusivos de la Av. 9 de Julio, a fin de anticiparse a la veda de inauguración de obras públicas impuesta por el calendario electoral. 

 

“Difícilmente el PRO pueda obtener un rédito electoral con este corte de cinta”, aseguró el legislador del PSA, Adrián Camps, quien se opuso a esta obra desde el inicio.

 

Según él, “este metrobús muestra la ineficiencia, el derroche de fondos públicos, el desprecio por el patrimonio paisajístico-simbólico de la Ciudad y la destrucción de espacios verdes, propios del actual gobierno porteño”. 

 

“La inauguración dejará en evidencia la mentira de los 500 árboles a incorporar en los canteros laterales, la ciudad verde y las maquetas con enredaderas en las paradas, entre otros engaños”, agregó el diputado.

 

“También podremos comprobar que la supuesta ganancia en el tiempo de viaje es también una falacia. La mayoría de los pasajeros ingresan a la 9 de Julio desde el tejido urbano y no están  resueltos los problemas de conectividad hacia el norte y el sur de la Ciudad. Lo que se gana el recorrer los carriles exclusivos, se perderá en ingresar y salir de ellos. Tampoco es cierto que todos hacen la totalidad del recorrido -3 kilómetros-; la mayoría ascienden o descienden en la zona céntrica y, en algunos casos, deberán caminar hasta 4 cuadras más que en la actualidad para alcanzar las nuevas paradas, debido a los cambios de recorrido de las líneas de colectivo”, explicó Adrián Camps.

 

Los carriles exclusivos de la Av. 9 de Julio son una obra presupuestada en 160 millones de pesos -8 millones por cada parada-, que superpone gran parte de su traza con la línea C del subte, que significó la destrucción de las plazoletas centrales y la remoción de más de 300 árboles de uno de los pocos pulmones verdes que le quedaban a la Ciudad.

 

“Existían soluciones más eficientes, menos costosas y respetuosas del medio ambiente, para reordenar el tránsito en el centro de la Ciudad”, consideró Camps.

 

Asimismo marcó que “el problema es que el Metrobus de la 9 de Julio no fue una obra prevista por expertos en planeamiento urbano; sino por los asesores de marketing político del PRO para dejar una impronta de la gestión macrista en el centro de la Ciudad. Lo lograron y, lamentablemente, los resultados están a la vista”.