Opinión

Por Pablo Lenz

M&M: El tonto le ganó al pícaro

El pícaro es traidor por naturaleza. Como el escorpión de de la fábula de Esopo. Así los motes que se adjudican el la política generalmente exacerban un poco algún aspecto negativo del candidato al cual se refieren.

Mauricio Macri y Sergio Massa se consolidan como opositores.

Este es el caso de Massa que utilizó todos los ardides posibles para conseguir una victoria que alcanzó holgadamente. Primero especuló hasta último momento para lanzar su candidatura en contra del FpV, que le hubiera proporcionado gran parte de su plafón e instalación hasta el momento en que vio una oportuna y clara posibilidad de ganar. Hasta ese momento se movió en la ambigüedad.

En su picardía transó con Macri (que por razones justificadas o no lleva el estigma del tonto), y fiel a su naturaleza traicionó a este último, pero habiéndolo utilizado primero “para cruzar el río”. O sea ganar el territorio bonaerense como sea. El Pro dio cuentas de la traición –de la que no se tienen detalles expresos pero si evidencias- y anunció antes de los comicios que la “alianza M/M” tenía fecha de vencimiento el 27/10.

Sin embargo cuando M (Sergio Massa) se preparaba para posicionarse como el “candidato opositor a la presidencia” el otro M (Macri) lo “madrugó” como se dice vulgarmente y lanzó abiertamente su candidatura a la presidencia en 2015. Arteramente le quitó con su mismo estilo el anuncio que todo el massismo esperaba para la noche del domingo. Tan sólo una diferencia de horas cambió el mapa opositor y complicó la proyección de construcción del massismo, que deberá esperar hasta el año que viene para hacer el anuncio. Y ni siquiera a principio de año porque el electorado puede castigar duramente un anuncio muy fuera de contexto. El domingo era un momento apropiado pero por cuestión de minutos el macrismo despojó a Sergio Massa de esta oportunidad y cambió el escenario político por varios meses. 

El FpV se erige como la primer fuerza nacional  y luego el arco opositor tiene a Binner/Cobos; Saa/De la Sota; Macri y finalmente Massa. 

Todo será una compleja ecuación de alianzas, pero el FpV a doce largos años y contra todos los pronósticos multimediales concluye con una consolidación y una excelente gobernabilidad para el fin de mandato presidencial.