Anoche los equipos argentinos sufrieron dos duras derrotas muy diferentes entre sí. En Liniers, Vélez cayó por 4 a 3 ante Universidad Católica en un partido cambiante y abierto mientra que Independiente fue goleado por Liga de Quito, en Ecuador.
El equipo de Ricardo Gareca cayó como local frente al campeón chileno, un equipo rápido que, lejos de plantear el partido refugiándose en su campo, salió a atacar a Vélez y, antes del minuto, ya ganaba 1 a 0. Pero el local reaccionó y lo dio vuelta con goles de Ortiz, Fernández y Papa, finalizando la primera mitad arriba por 3 a 1.
El resultado no reflejaba el trámite del encuentro, que había sido mucho más parejo en situaciones que lo que marcaba el tanteador. Sin modificar su esquema defensivo, Vélez salió a jugar la segunda mitad descuidándose demasiado atrás y lo pagó muy caro. Primero se quedó con diez por la expulsión de Ortiz y, cada vez más atrás, sufrió el descuento y, a los 43, el empate.
Lo que parecía un mal sueño se transformó en pesadilla cuando, con el tiempo cumplido, Vélez fue en busca de la victoria y se quedó sin nada tras un contragolpe perfecto que definió Pizarro. 4 a 3 y un manto de dudas sobre el equipo que peleara el torneo hace apenas 4 meses.
Lo de Independiente fue casi esperable. Con un equipo con algunos suplentes intentó hacer pie en el siempre complicado escenario ecuatoriano y, de a poco, sufrió una goleada.
De entrada, una desinteligencia entre Gabarini y Velázquez posibilitaron a que Ambrossi abriera el marcador. Luego, a pesar de haber hecho méritos para empatar, sufrió el segundo al comienzo del complemento y, ya promediando el segundo tiempo, un tiro libre de Urrutia se le coló al arquero del rojo y selló la goleada.
Tanto Vélez como Independiente todavía cuentan con chances de clasificar pero tienen deudas muy grandes en sus esquemas de juego, algo que se puede apreciar en el andar de ambos tanto en el Clausura como en la Copa.