Juan Carlos De Ramps fue quien, a bordo del Peugeot 405, trasladó los restos de Néstor Kirchner desde el aeropuerto hasta el cementerio local de Río Gallegos. El conductor, lejos de pertenecer a una comitiva distante, conocía muy bien al ex mandatario. Su hermana, Estela De Ramps, había asistido al colegio con el fallecido diputado y le contó a toda su familia los inicios de Kirchner en la adultez. “Iba a ser maestro, pero lo bocharon porque no se entendía bien cuando hablaba. Ahí decidió ser abogado”, recuerda el conductor.Sobre el último traslado del cuerpo, De Ramps tiene varios recuerdos. Emotivos y caóticos. “Haber sido el chofer del coche fúnebre de Kirchner fue como un trofeo, como cuando el cazador caza a la presa”, describe el conductor. “Hasta el puente fue un lujo. De ahí en adelante una hecatombe. Saqué el cambio del auto y le pedí a los que venían atrás que lo empujen, para evitar lastimar a alguien”, resalta.
«Néstor iba a ser maestro, pero lo bocharon»
El ex presidente se decidió por Derecho luego de que no pudiera seguir como docente porque "no se entendía bien cuando hablaba".