Es una tendencia “decepcionante pero no sorprendente”, remarcó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien además agregó que los países “han bajado la guardia”.
Según los datos oficiales difundidos por el organismo, el aumento de casos se da en la mayoría de los países de Europa, América, Oriente Medio y el Sur de Asia. No ocurre lo mismo en África y el Pacífico Occidental. Si bien indicó que la OMS está tratando de determinar las causas, según Tedros esto podría deberse a “la relajación de las medidas de salud pública” y a las personas que “bajan la guardia».
«Estamos trabajando para entender mejor estos incrementos en transmisión, aunque en algunos casos se debe a una relajación de las medidas de salud pública, unido a la circulación de nuevas variantes (del virus) y a que la gente ha bajado la guardia», afirmó.
En cuanto a las vacunas, el máximo responsable de la OMS advirtió que “ayudarán a salvar vidas, pero si los países dependen únicamente de las vacunas, están cometiendo un error”, puesto que todavía se encuentran en fase incipiente y además, existe una lógica especulativa detrás de la inoculación por parte de los países más ricos que acumulan dosis, dejando de lado aquellas naciones con mayor vulnerabilidad.
«Es lamentable que algunos países sigan dando prioridad a la vacunación de adultos jóvenes, más sanos y con menor riesgo de enfermedades, por delante de los trabajadores de la salud y las personas mayores en otros lugares», criticó.
Desde que comenzaron a salir las vacunas y fueron aprobadas para su uso, ha sido moneda corriente el accionar de aquellos estados imperialistas para comprar el mayor número posible de dosis, al mejor estilo rapiña.
Un contexto que lo único que hace es aniquilar las posibilidades de los países de la periferia capitalista de procurar sus vacunas para hacer frente a la pandemia.