Economía

Números en una planilla, tensiones a cielo abierto

El Indec dio a conocer la estadística que marca un leve descenso de la pobreza y el crecimiento de la indigencia. También puso sobre la mesa los indicadores salariales que evidencian de que modo han perdido los ingresos frente a la inflación. Mientras las tensiones sociales se disparan, el gobierno avanza con un presupuesto de ajuste evidente.

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El Indec presentó los indicadores estadísticos de la pobreza del primer semestre del año 2022, y al día siguiente, realizó la publicación de los índices de salarios. Como si de números, planillas y estadísticas no estuviera cargada la semana, Sergio Massa anunció los trazos gruesos de un presupuesto que ajusta en casi todas las partidas y se pone generoso a la hora de pagar la deuda.

 

La pobreza y la noble igualdad

“Los datos publicados indican que la tasa de pobreza prácticamente se sostiene del segundo semestre del 2021 al primero del 2022 -al pasar del 37,3% al 36,5%-, dan cuenta de la interrupción del proceso de mejora en las condiciones de vida a partir del 2do trimestre 2022 que venía manifestándose de la mano de la recuperación económica, a la salida de la pandemia” señala un informe elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que dirige Claudio Lozano.

“La tasa de pobreza que había encontrado un máximo del 47% a mediados del 2020, en la serie trimestral fue descendiendo sistemáticamente hasta llegar al cuarto trimestre del 2021 al 36,5. Luego del descenso de estos 11 puntos durante 6 trimestres, el segundo trimestre del corriente año vuelve a reflejar un aumento que coloca a la tasa de pobreza en el 38,9%, nivel similar -incluso levemente superior- al cuadro social que dejó Macri” destacan en el informe.

En efecto, si bien la pobreza sigue descendiendo en algunos márgenes, la indigencia sigue creciendo y empieza a reflejar, también, un desacelere fuerte en la pretendida recuperación económica post pandemia.

Claudia Rafael, desde la agencia Pelota de Trapo, destaca que “A la hora de leer resultados, las estadísticas suelen hablar de 1, 2, 3 puntos. Que se traducen en cientos de miles de seres que deambulan a diario por las calles. Que sudan una cotidianidad dura como el asfalto que los rodea. Mientras sube el empleo sube también la tasa de indigencia del 8,9 al 10,4% de la población porteña y del conurbano bonaerense. Allí donde los conglomerados son más populosos y la pobreza extrema se dispara al compás de los precios.”

Rafael, refleja con crudeza la incidencia en las niñeces. “El sufrimiento de las niñeces queda al desnudo de la mano de los números duros del Indec. Hasta los 5 años, el 47,5 por ciento de niñas y niños vive en hogares pobres. Entre los 6 y los 11, ese porcentaje trepa al 52,7 y ya, entre los 12 y los 17, se dispara al 53,4 por ciento. Cuando la edad para el corte en el análisis es de 14 años, etapa que en el país concentra a 11 millones, hay 5,6 millones que nacen, viven y crecen en hogares hundidos en la pobreza” destaca y señala que la pobreza marca a las claras que la estadísita esta alejada de “la noble igualdad”.

 

Salarios que pierden con la inflación

El INDEC publicó el informe sobre la “Evolución de la distribución del ingreso”, en base a la Encuesta Permanente de Hogares del segundo trimestre del 2022.

Según el organismo, en este trimestre el crecimiento de la masa total de los ingresos obtenidos por la población (61,4%) se vio superada por la inflación interanual del mes de junio, que fue de un 64%. En los períodos anteriores la diferencia fue inversa: el crecimiento de los ingresos llegó a superar hasta en 15 puntos porcentuales el índice general de precios.

Por otro lado, según destacan desde el portal “El Megáfono”, el indec revela que crecen los ingresos, pero se sigue siendo pobre. “Aún con más masa de dinero ingresada en los hogares y un achicamiento de la relación entre lo que se llevan a casa unos y otros, tomando el promedio como referencia, casi el 60% de la población quedó con un ingreso per cápita inferior a la Canasta Básica Total (CBT) para un adulto (de 33.727 pesos, en junio de 2022). Así también, el 20% no llegó a cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA), de 15.065 pesos por adulto en el mismo mes” señalan.

El ingreso salarial promedio fue de 70.678 pesos. El 80% de los trabajadores no llegaron al precio de la CBT de una familia tipo (dos mayores y dos menores), la cual llegó casi a los 104.216 pesos para marzo de este año. Además, casi el 40% de los trabajadores que percibieron ingresos, no lograron superar los 46.525 pesos necesarios para que una familia no califique como indigente.

Los asalariados informales, que son un tercio del total, tuvieron un ingreso promedio de 38.476 pesos por persona. En ese trimestre, tomando el ingreso promedio como referencia, solo uno de cada diez informales logró superar el costo de la canasta básica.

 

Un prespuesto que atiende otros intereses

«Es difícil encontrar rasgos expansivos en el presupuesto presentado que vayan en línea con dicho objetivo. Lo único expansivo es el gasto de capital que, sin embargo, ha venido exhibiendo importantes niveles de subejecución” señala en un informe del IPyPP firmado Claudio Lozano y Ana Rameri.

Los servicios de deuda son la principal finalidad del presupuesto 2023 y representan el 16 % del gasto público total. 2,9 billones de pesos se destinarán a esta función, por encima de otras funciones como educación y cultura (1,7 billones), promoción y asistencia social (1,3 billones) y salud (1,18 billones).

Desde el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) se plantea que “la creciente dependencia del endeudamiento en moneda local se ha trasformado en un problema que también ahoga a las finanzas públicas y eleva la subordinación de la gestión gubernamental al financiamiento que los principales agentes del mercado doméstico decidan darle”.

El informe “¿Ajuste oculto o plan antiinflacionario?” señala que para alcanzar el monto asignado al pago de intereses de la deuda, hay que sumar 19 funciones de menor peso cuantitativo pero con especial relevancia social y productiva como ciencia y técnica, vivienda y urbanismo, agua potable y alcantarillado, industria, trabajo, entre otros.

El militante político y analista financiero Rodolfo Pablo Treber señala que “4 puntos claves que definen la orientación política del presupuesto 2023 presentado por Sergio Massa 1- El monto asignado por prestaciones de la Seguridad Social aumenta un 40% contra un 60% de inflación proyectada: Ajuste real del -20% en jubilaciones y pensiones. 2- El monto asignado para los salarios de la Administración Pública Nacional aumenta un 46% contra un 60% de inflación proyectada: Ajuste real del -14% en salarios. 3- El «gasto» primario se reduce de 2,8% a 2%, lo que representa un ajuste fiscal del 29% en inversión pública; mientras que el gasto por resultados financieros se reduce de un 4,4% a 3,8%, ajuste del 13%. Se prioriza la especulación financiera sobre la inversión pública. 4- Mientras que en el presupuesto 2022 el gasto financiero representaba el 157% del «gasto» público, en el 2023 representará el 190%. Aumenta la financiarización de la economía como método recesivo: Bajar el consumo para contener la inflación.

Y concluye con firmeza que se trata de un presupuesto “de receta neoliberal”. Lozano, por su parte, señala que “con lógicas como las que gobiernan este presupuesto, parece difícil seguir proponiéndole a la gente un mayor deterioro en sus condiciones de vida.”

Mientras tanto, en la misma semana que las planillas del Indec hablaban de ingresos, salarios y pobreza. Mientras el presupuesto de Massa andaba ajustando las cuentas públicas y ampliando la guita para los especuladores, en la calle acampes y movilizaciones siguieron sembrando de tensiones reales la dinámica de una coyuntura que desborda el excel de los funcionarios.