Expresamos nuestro más enérgico repudio a la agresión física sufrida por Sofía Gatica, referente de las Madres de Ituzaingó y que previamente había denunciado amenazas en su contra.

El ataque de dos hombres, que se produjo el pasado 22 de noviembre a la salida de su lugar de trabajo, no admite ninguna justificación.

La sociedad argentina vive momentos particulares, que la distinguen de otras sociedades del mundo: el debate en su seno de distintas cuestiones hasta no hace mucho invisibilizadas u ocultas intencionalmente. Debates que van desde el papel de los medios de comunicación y el peligro de los monopolios, hasta la corporación judicial y sus privilegios, pasando por discusiones sobre género, nuevos derechos, soberanía y ambiente.

La riqueza de estas discusiones, cada vez más extendidas, con todo el apasionamiento y firmeza propio de quienes defienden posiciones o creencias, no puede derivar en hechos de violencia e intolerancia. En ese punto está la responsabilidad de los actores políticos y económicos que eventualmente ven peligrar sus privilegios o sienten afectados sus intereses; y también la responsabilidad de los dirigentes políticos y sociales y las autoridades de los distintos poderes del Estado.

La denuncia correspondiente fue realizada en la Unidad Judicial Nº10 de Barrio Empalme, y es de esperar una eficaz investigación por parte de la Justicia, para determinar los responsables del atropello y su condigno castigo. La impunidad de estos hechos atenta con la necesaria convivencia pacífica y el libre debate de ideas.

Prestos a celebrar 30 años ininterrumpidos de democracia, es necesario realzar la plena vigencia del Estado de Derecho y las libertades públicas. No se puede, entonces, resignar esta premisa: la defensa de la vida y los derechos humanos por sobre todas las cosas.