-Es realmente notable la tensión que pueden generar y la carcajada, es una situación bastante extraña y muy linda que se da en la puesta esta que has conseguido en la obra.
-Es verdad, la obra tiene de todo. Tiene humor, tiene suspenso, tiene amor, tiene ese estado de romance, y una puesta bastante novedosa e innovadora que no se ve, al menos yo en todo este tiempo no he visto una puesta tan interesante. Y con buena respuesta del público, esto que decís, se ríen, lloran, se tensionan, hay climas, es muy interesante. “Estocolmo mon amour” es una joyita realmente.
-¿Y qué te llevó a elegir esta obra?
-Yo soy director del Grupo Pivot, estoy como director y actor, y veníamos buscando nuestro cuarto espectáculo. Venimos haciendo ya cuatro espectáculos, y estábamos en la búsqueda, y no lo encontrábamos, no encontrábamos nada que coincida… No que coincida tanto con los personajes, eso lo podemos solucionar, se acomoda; pero sí algo novedoso. Y en la búsqueda, no puedo decirte bien cómo fue, pero buscando por internet me gustó el título primero, me llamó la atención, y después había dos líneas que decían “Comedia de suspenso”, me pareció una mezcla interesante. Leo un poco más y decía que eran maestros, que estaban en una situación demostrando sus miserias de forma tragicómica, leí el texto y en una primera lectura me fascinó. Inmediatamente llamé al resto del elenco, les dije “chicos, tengo la obra”. No les dije nada, llegué a la mesa de ensayo con copias, repartí los personajes como yo los tenía en la cabeza e hicimos la primera lectura. Los chicos quedaron fascinados.
-¿Cómo están ahora con el proyecto?
-Y ahí estamos, con mucho trabajo, es muy difícil la puesta, mi rol en particular es más difícil: dirigir y actuar, estar adentro y afuera. Después de mucho trabajo el año pasado hicimos como “preestrenos” en teatros de la Ciudad de Buenos Aires, en Avellaneda, participamos de un festival, un encuentro de teatristas de zona sur. La fuimos caldeando hasta que en marzo, el 7 de marzo para ser más preciso, vinimos a la calle Corrientes (calle emblemática si las hay) a este maravilloso Teatro Porteño. Y acá estamos desde el 7 de marzo todos los viernes 20:30 hs Teatro Porteño, Corrientes 1630.
-A vos, particularmente, ¿te parece que deja un mensaje particular?
-Sí, deja muchos mensajes, es que en realidad cuando vos hablás con los espectadores ves que cada uno se quedó con algo. Desde no perder nunca las esperanzas, siempre pensar en positivo, que todo puede dar un giro… la obra demuestra eso, que cuando parece que todo está perdido hay un giro que todo lo cambia. Tiene hasta un costado filosófico te diría, de cómo encarar la vida, cómo encarar los problemas, porque cada personaje lo resuelve con las herramientas que tiene, algunos con un poco más de inteligencia que otros, con más espiritualidad que otros. Entretiene, con el sentido más noble del término. Uno a veces se pelea con la palabra “entretenimiento” y no necesariamente, esta obra entretiene en el sentido más puro del término porque son 90 minutos donde la gente se queda mirando, expectante, y todos dicen que no parecen 90 minutos. Cuando la situación parece que se estanca vuelve a dar un giro, y el espectador queda expectante.