Sociedad

Un ejemplo

Ropa de marca sin trabajo sucio

La cooperativa Mundo Alameda está compuesta por 14 trabajadores y día a día se posiciona en el mercado como las grandes marcas, pero sin explotación laboral. La norma es “no trabajar más de ocho horas diarias”.

La cooperativa Mundo Alameda vende remeras sin trabajo esclavo.

Mundo Alameda, es una cooperativa con 14 trabajadores que maneja dos marcas propias y está en pleno posicionamiento comercial en otras naciones. Además, la Fundación La Alameda (surgida como la cooperativa de la Asamblea Popular 20 de diciembre de Parque Avellaneda) continúa investigando casos de trabajo esclavo y llevándolos a la Justicia, en una lucha que se consolida día a día.

Con marcas propias y trabajo decente, la cooperativa textil apuesta a los “consumidores con conciencia”.

Años atrás, un trágico incendio llevó a los talleres textiles clandestinos a la tapa de los diarios por el trabajo esclavo en pleno centro porteño.

Como contracara, a esta situación que aún hoy de da in distintos puntos de nuestro país, una experiencia cooperativa de un taller de costura logra demostrar que con trabajo digno y derechos plenos se puede generar una producción rentable, responsable y de logrado diseño.

Tamara Rosenberg, tesorera y responsable del emprendimiento textil ubicado en Parque Avellaneda que desde 2004 confecciona prendas de vestir, en muchos casos, con obreros que pasaron por experiencias de trabajo esclavo.

“La gente que venía al comedor comunitario de la Asamblea Popular en su mayoría eran mujeres de la colectividad boliviana, nos contaban que sus experiencias laborales eran del rubro de la costura, en talleres clandestinos y con trabajo esclavo”, relató Rosenberg.

En la actualidad la cooperativa gestiona dos marcas: Mundo Alameda y No Chains (esta última en asociación con otra cooperativa de Tailandia). En junio de 2010 se lanzó en simultaneo en ambos países la marca No Chains (Sin Cadenas), que también está siendo comercializada en Europa. “Hemos logrado hacernos de una clientela que llamamos consciente”, subrayó la responsable del emprendimiento.

Uno de los criterios de la cooperativa es que “nadie trabaja más de ocho horas”, detalla Rosenberg y “si hay demasiado trabajo, incorporamos automáticamente otra persona”. De esta forma,  el promedio de trabajo diario ronda las seis o siete horas.

Sucede que la mayoría son madres, y haciendo uso de la flexibilidad que tiene la cooperativa, reducen su jornada laboral para poder llevar a sus hijos al colegio o asistir a acto escolares. “Acá hay compañeros que ganan entre 1.700 y 2.000 pesos por mes, mientras que en un taller clandestino hay que estar dos meses a 16 horas por día de trabajo para hacer esa plata”, destacó Rosenberg.

En 2005, La Alameda emprendió una labor de militancia con pocos antecedentes. Sus principales organizadores conformaron la Unión de Trabajadores Costureros y se largaron a investigar talleres clandestinos a partir de las denuncias que les llegaban, a recolectar las pruebas y llevar los casos a la Justicia.

Actualmente, tienen identificadas más de 80 empresas que han sido denunciadas por trabajo esclavo; muchas de ellas, primeras marcas que venden sus prendas a altísimos precios en los principales shoppings del país.

En este sentido Tamara afirmó: “Toda la zona estaba repleta de persianas bajas, que sólo se abrían por las noches para que entraran bolsas enormes de pan. No hacía falta esperar que entrara un camión con tela para darse cuenta que era un taller clandestino”.

Según ella, 9 de cada 10 prendas “tienen parte de su producción realizada en un taller clandestino. La mayoría de las grandes marcas tercerizan su confección o estampería en talleres ilegales y conservan algún lugar de trabajo en blanco para disimular”.En La Alameda, un obrero cobra por hora unos 15 pesos, mientras que en un taller clandestino se puede ganar 3 ó 4 pesos por hora.

El taller de la cooperativa, ubicado en el cruce de Lacarra y Directorio en Parque Avellaneda, es uno de los puntos de venta de Mundo Alameda. Además, las prendas también se comercializan en el Mercado de Bonpland en el barrio de Palermo; en la Feria de Mataderos; en la Cooperativa LaVaca en el barrio del Congreso, y en el Espacio Lacandona, en Villa Crespo.