«Brasil continúa empeñado en trabajar con sus vecinos en un ambiente de paz, democracia y justicia social», señaló la mandataria de Brasil, a la vez que criticó las políticas monetarias que aplican algunos países al señalar que «no pueden ser la única respuesta al creciente desempleo».

En ese marco, Dilma Rousseff subrayó ante la ONU que «hemos sido firmes en el Mercosur y la UNASUR para evitar retrocesos en nuestra región», y enfatizó que «entendemos que integración y democracia son valores inseparables».

Tras elogiar la Cuba por «actualizar su modelo económico», Dilma sostuvo que su país «siempre luchará para que prevalezcan las decisiones de la ONU», al tiempo que condenó cualquier intento de «intervención externa» en Siria.

La presidenta brasileña inició su mensaje ante un escenario colmado en la sala central de debates del edificio de las Naciones Unidas en el marco de una reunión que concentra a los principales líderes mundiales, y en la que el tema de Siria parece acaparar la atención central, además de otras iniciativas como la educación.

Dilma comenzó a hablar poco antes de las 10 de aquí (las 11 de la Argentina), y en ese marco dijo que constataba «la permanenecia de muchos de los problemas que nos afligían en septiembre de 2011″, tras lo cual destacó que «una vez más es una voz femenina la que abre el debate en las Naciones Unidas».

El mensaje de Rousseff fue seguido con atención y expectativa por los representantes de las naciones reunidas aquí en el marco de la 67 Asamblea General de ONU.

La alocución de la mandataria de Brasil dejó inaugurados los debates en el seno de la ONU durante una jornada de intensas reuniones y mensajes, entre los que se encuentran el del presidente los EE.UU, Barack Obama, y el de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner.