Hace un par de meses atrás, en La Raíz del Grito*, le hicimos una entrevista al Flaco Claret, conversamos acerca de cómo nos quieren convencer de que no hay alternativa. Él hizo hincapié en que lo importante es cómo operan el miedo y el deseo en el imaginario colectivo y no tanto ya la conciencia popular.
Ese planteo provocador e incisivo me dejó regulando. Y desde anoche se me impregnó en cada uno de los intentos por analizar lo que pasó y está pasando. La verdad que hoy no me interesa discurrir en un debate conceptual acerca de las diferencias entre imaginario colectivo y conciencia popular. Sin embargo aquellas palabras del Flaco hoy no paran de resonarme. Quizás porque anoche sentí miedo, o puede ser porque hoy fui empujado por el deseo de que tomemos las calles, como efectivamente pasó.
El sol, las muchedumbres, las canciones han conjurado un poco la tensión corporal del shock. Y ahora ando balbuceando algunas ideas en busca de alguna certeza. Pienso en esa idea provocadora del Flaco Claret y digo, cómo me gustaría que de este cimbronazo tan fuerte emerja el deseo de transformar la realidad tan injusta que tanto duele.
La dirigencia del Frente de Todos tiene el arduo desafío de darle un cause político a esta enorme manifestación social. Va a ser difícil que convivan estas multitudes con el plan de ajuste del FMI que el gobierno viene implementando. Va a ser difícil que conviva esta determinación popular con los niveles de desigualdad. Pero no sé si sólo es un deseo o por el contario es el miedo a que eso mismo pueda ocurrir.
Veníamos siendo meros espectadores y espectadoras de conflictos internos del Frente de Todos. Siendo testigos de cómo la embajada, el FMI, la oposición, los medios hegemónicos y los dueños de los dólares nos señalaban el camino que inevitablemente debíamos seguir.
Sacudida esa resignación es necesario que asumamos como compatriotas los desafíos que la etapa nos presenta.
Las operaciones políticas de la embajada van a continuar y se van a intensificar, el plan económico del FMI sigue vigente y determinando las metas del gobierno, los medios hegemónicos acrecientan su cotorreo ensordecedor, los dueños de los dólares no han modificado en nada su actitud desestabilizadora y la oposición… bueno la oposición, podríamos decir que tienen unos días de desconcierto, pero seguro en breve vuelven al mismo libreto.
Con Cristina en el centro del escenario, puesta ahí, nuevamente, por la determinación popular de dar batalla, es un muy buen momento para salir del hiper posibilismo y llevar a cabo una o dos políticas distributivas fuertes y contundentes que mejoren las condiciones materiales mínimas y elementales de vida de las mayorías populares.
La Raíz del Grito se emite todos los jueves de 21 a 22 horas, por el Sistema Integrado de Radios de la Universidad Nacional de Entre Ríos.