Entrevistas

“Tenemos que integrarnos porque solos no se puede”

El ex Canciller de la Nación, Jorge Taiana, destaca la importancia del "No al ALCA" y la integración regional para fortalecer "la soberanía y la independencia de nuestras decisiones".

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Se cumplieron 10 años de la Cumbre de las Américas realizada en la ciudad de Mar del Plata, uno de los hechos más importantes del proceso de integración regional. El rechazo del Mercosur al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) propuesto por Estados Unidos fue el eslabón principal para una nueva lógica en las relaciones internacionales en América Latina basado en la unidad regional y la multipolaridad. En este sentido, Jorge Taiana, ex Canciller de la Nación, habló sobre los aspectos más importantes de esta última década en nuestro continente. También, habló de lo que será su nuevo rol como representante en el Parlasur, cargo en el que electo en las últimas elecciones del 25 de octubre.

A 10 años del No al Alca, ¿Cuáles considera los principales beneficios que esa toma de posición trajo para la región?

La ventaja de los 10 años es que te permite ver en perspectiva. Siempre parece que el NO es algo negativo pero fue un NO a una integración subordinada a los Estados Unidos. Y la verdad que no nos convenía, de hecho los cuatro miembros del Mercosur votaron en contra. No nos convenía porque nosotros somos exportadores de granos, como Estados Unidos y tenemos una economía mucho más competitiva que complementaria con Estados Unidos. Por lo tanto, abrir nuestro mercado de granos a Estados Unidos y abrir nuestra industria a los productos norteamericanos iba a tener muy poco beneficio para el trabajo y el desarrollo de los argentinos, con lo cual, tenía sentido oponerse.

Mirándolo en perspectiva, también fue un cuestionamiento al planteo de Estados Unidos. Cuando propusieron el ALCA, que ya lo habían impulsado once años antes en la Cumbre de Miami de 1994, Estados Unidos tuvo una actitud unilateral en imponer las condiciones de negociación y en su paroxismo de iniciar la guerra con Irak en 2003, trató de ponerse como único centro de poder mundial y nosotros vimos que el mundo estaba cambiando, que ese mundo unilateral estaba dando paso a un mundo multipolar, donde había una serie de países emergentes que iban a tener un juego importante y por eso, a nosotros como país no nos convenía subordinarnos a los intereses y a la hegemonía de Estados Unidos sino que era más conveniente jugar entre iguales, buscar una integración regional y desde ahí buscar aprovechar las oportunidades que nos daba un mundo crecientemente multipolar. Y esto es lo que ha pasado, y diez años después podemos ver en función de las relaciones que tiene la Argentina en la propia región pero también con los emergentes como China, India, Rusia y los países árabes. Incluso con la Unión Europea, que hoy es un socio comercial importante para la Argentina. Cuando vemos hoy las oportunidades comerciales, de inversión, desarrollo en infraestructura, transferencia en tecnología e incluso las posibilidades financieras que se ofrecen en el mundo ratifica lo bien que estuvimos en rechazar el Alca y la subordinación a Estados Unidos y avanzar en las posibilidades que nos ofrecía este creciente mundo multipolar. Hay un dato que refuerza todo esto cuando en 2004, un año antes de la Cumbre, vamos con Néstor Kirchner a China, es decir, nosotros ya teníamos la cabeza puesta en ese nuevo mundo que estaba naciendo, y eso, mirándolo en perspectiva, es claramente lo que sucedió.

¿Cuál fue el rol jugado por Néstor Kirchner en aquellas jornadas?

Importantísimo, tanto en todo el proceso preparatorio como en el desarrollo de la Cumbre. El me nombró coordinador nacional y por eso tuve mucho contacto con él en cuanto a la elaboración del lema de la Cumbre. Allí, nosotros empezamos a pensar la idea de “cambio de paradigma”, ya que, en todos los años 90´ eran otros los contenidos, y nosotros como peronistas entendimos que el gran problema de Argentina y la región, en ese entonces, era la desocupación y la baja calidad del empleo, y por eso, pusimos en el centro del debate el eje del trabajo bajo la consigna “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la democracia”. Con eso, intentamos enviar un mensaje a los países de la región vinculado a reforzar la idea de trabajo, lucha contra la pobreza y fortalecimiento de la democracia como paradigma por sobre la lógica neoliberal basado en la apertura económica, desregulación y privatización. De esa manera quisimos mostrar que el mundo estaba cambiando. Todo este proceso fue encabezado por Néstor Kirchner, con la visión compartida de líderes como Hugo Chávez e Ignacio Lula Da Silva.

Si tuviera que elegir una imagen que sintetice el No al Alca, ¿cuál sería?

La conducción de Néstor, su firmeza y la estrecha articulación con Chávez y Lula. Hay que tener en cuenta que de la Cumbre participaron 34 países, de los cuales 29 apoyaron la propuesta de libre comercio. Solo Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela se opusieron, y para esa resistencia se sostuviera era fundamental la posición del dueño de casa y ahí, Néstor puse toda su firmeza para que eso prospere.

¿Ve en la actualidad amenazas similares a lo que entonces significó el ALCA?

Una vez rechazado el ALCA en Mar del Plata, Estados Unidos intentó llevar a adelante propuestas similares pero mediante acuerdos bilaterales. De hecho, en estos momentos, la mayoría de los países de la región tienen acuerdos de libre comercio. Menos los 6 países del Mercosur, Ecuador y Cuba, el resto tienen tratados de libre comercio. De todas formas no son lo mismo los acuerdos bilaterales que estas propuestas generales.

Ahora proponen el acuerdo Trans Pacífico (TTP). Tiene que ver con la cuenca del pacífico y son 12 países. De la región están México, Chile y Perú, el resto de los miembros provienen de Asia. Este acuerdo tiene una peculiaridad que hace difícil que Argentina comparta, primero porque no está en el Pacífico, y segundo es excluir a China cuando hoy nuestro principal aliado. No tiene mucho sentido excluir a la segunda economía del mundo.

El próximo 14 de diciembre asumirá como representante argentino en el Parlasur. ¿Qué expectativas tiene y en qué fortalece este parlamento a la integración regional?

Tengo muchas expectativas. La verdad que creo que es muy importante porque en esta nueva etapa vamos a entrar en un proceso de desarrollo sustentable, y esto solo se puede lograr en un marco de integración regional, sin integración es imposible, inclusive para Argentina y Brasil. ¿Por qué? Porque así tendríamos cadenas integradas de valor más grande, un espacio regional amplio y un desarrollo de un mercado donde potenciarnos y competir a nivel mundial. No hay desarrollo sustentable en Argentina sin integración regional y no hay integración regional sin un componente parlamentario, no hay ningún caso de integración sin una experiencia parlamentaria. La integración no es una tarea solo de los gobiernos, de los ejecutivos o los técnicos, debe ser un encuentro entre sociedades, y para eso, la sociedad debe estar representada a través de la participación política. Es importante el componente parlamentario para empujar el proceso de integración regional, que es complejo, con marchas y contramarchas y que requiere de una participación política que de carácter amplio. Que la elección sea directa permite que aquellos que asumiremos a partir del 14 de diciembre nos dediquemos exclusivamente a esta tarea. La integración necesita de mucho empuje y esfuerzo, más en este momento de amesetamiento donde los índices de crecimiento económico a nivel mundial y regional no son los mismos.

¿Hay que revitalizar al Mercosur en términos comerciales?

Mercosur tiene que crear cadenas de valor integradas. Y eso es un esfuerzo, no es sencillo, se necesitan acuerdos entre los sectores productivos de los distintos países, lograr una producción regional que se vaya integrando poniendo acento en algunos sectores por sobre otros, en las pequeñas y medianas industria donde si le ponemos mayor valor agregado y utilizamos los avances logrados a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación podemos tener niveles de desarrollo, de valor agregado y de transformación de productos que nos ponga con más fuerza en la generación de trabajo. Creo que ese es el salto que hay que dar.

Respecto a la creación de cadenas de valor integradas, ¿Cómo haría Mercosur para complementarse con las otras economías emergentes como los BRICS teniendo en cuenta la pertenencia de Brasil a este grupo?

Los BRICS tienen acuerdos políticos, han creado un Banco de Desarrollo con 100 mil millones de dólares como punto de partida, algunos tienen intercambios comerciales pero en general se trata más de un proceso de coordinación que de integración. No hay un proceso de integración fuerte entre Sudáfrica y Brasil, es bastante limitado. Es mucho más importante lo que podamos hacer en términos regionales. Creo que en la medida que nos fortalezcamos como región vamos a poder afrontar la complementariedad con otras economías. Lo mismo que nos pasa con China, un mercado formidable que ofrece muchas alternativas pero es como estar sentado con gigante en un cuarto, hay que tener cuidado de que no siente encima. Hay que tener la calidad y la cantidad de productos para poder tener un peso importante en ese mercado. En muchas de las cosas que tenemos posibilidades en China, no tenemos volumen de producción suficiente y eso solo se puede lograr en calidad, precio y valor agregado en la medida que vayamos trabajándolo en nuestro mercado ampliado en el Mercosur. Yo creo que es un proceso que está en marcha, que es complejo y que deberá tener en cuenta las características particulares de cada país teniendo en cuenta que hoy, el Mercosur con sus seis miembros, es la quinta potencia mundial, una población de 300 millones de habitantes, recursos hidroeléctricos formidables, hidrocarburos, la cuenca del amazonas, Orinoco, etc. Una cantidad de recursos impresionantes. Los recursos humanos y los recursos naturales van a ser decisivos, y creo que estamos en condiciones de afrontarlo. ¿Por qué tenemos que integrarnos? Y..porque solo no se puede. Tenemos que tener espalda para aguantar las presiones y una voz fuerte para que se escuche lo suficiente. Estas dos cosas la vamos a tener con integración.

El próximo 22 de noviembre, los argentinos elegiremos un nuevo presidente. ¿Qué cree que se pone en juego en relación a la integración regional?

Está en juego persistir en una orientación que defienda la soberanía, la independencia de nuestras decisiones que privilegie la integración regional y que priorice las relaciones en este contexto de multipolaridad. Esto es Daniel Scioli y el Frente para la Victoria. Del otro lado, proponen una Argentina más pretendidamente separada de la región y una búsqueda de una relación privilegiada con Estados Unidos. Creo que eso ya pasó y no sirvió para el desarrollo de los argentinos.