Sociedad

Tras años de lucha, la estación Avellaneda cambia de nombre

Organizaciones sociales, familiares y amigos de Kosteki y Santillán reclamaron años, sin éxito, que la estación modificara su nombre. Pero ahora el Senado convirtió en ley el proyecto para renombrar la terminal de la línea Roca en homenaje a los manifestantes asesinados allí en 2002.

La estación de Avellaneda debe llevar el nombre de Darío y Maxi.

El Senado convirtió en ley, en las últimas horas, el proyecto que le cambia el nombre a la estación de trenes de Avellaneda, del ferrocarril Roca, por el de «Darío Santillán y Maximiliano Kosteki».

 

Se trata de un proyecto que ya contaba con la aprobación de la Cámara de Diputados, y el año pasado el Senado pospuso su tratamiento hasta este miércoles, en que fue aprobado por 46 votos a favor y 2 en contra.

 

«Desígnase con el nombre de Darío Santillány Maximiliano Kosteki a la estación de Avellaneda del ferrocarril línea General Roca», establece el único artículo de la ley que fue presentada en 2005 por el diputado Eduardo Macaluse y vuelto a presentar en 2010 por la diputada Liliana Parada.

 

Tras años de lucha de las organizaciones sociales para que esto ocurriera, desde hoy se rinde homenaje a los dos manifestantes que fueron asesinados durante la represión policial en la estación de Avellaneda el 26 de junio de 2002.

 

Al respecto, el padre de Darío, Alberto Santillán, consideró que «es un paso importante», pero que aún no se tiene «dimensión del hecho».

 

«Bajamos el nombre de un genocida como Nicolás Avellaneda, para poner el de dos luchadores como Darío y Maxi», manifestó el padre del militante asesinado, aunque subrayó que la nueva denominación «debe ser un impulso para continuar la búsqueda de Justicia, porque hay responsables que siguen estando en el Gobierno».

 

Acerca del cambio de nombre, Santillán estimó que se hará «en unos dos meses» y sostuvo: «No queremos a ninguna autoridad oficial en la inauguración, todo lo contrario, los queremos bien lejos».

 

Mientras la hermana de Maximiliano, Vanina Kosteki, quien consideró un acto de «caradurismo» que «los mismos responsables políticos del asesinato voten a favor, cuando el asesinato sigue impune».

 

«El Gobierno tiene que abrir los archivos de la SIDE y poner a disposición a los funcionarios que son parte del Frente para la Victoria para que sean juzgados y no premiados como lo son ahora», agregó en declaraciones a Noticias Argentinas.

 

«La justicia por los asesinatos de Maxi y Darío llegar cuando el Gobierno realmente se ponga la camiseta de los derechos humanos», concluyó.

 

En medio de la crisis que se desencadenó a fines de 2001, un 26 de junio de 2002 el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) cortó el Puente Pueyrredón para reclamar aumento salarial general y de los subsidios para desocupados y más alimentos para comedores populares, entre otros pedidos. 

 

Pero la Policía Federal y Bonaerense respondió con una feroz represión y disparó contra los manifestantes con balas de plomo matando a Kosteki, de 21 años y a Santillán, de 22.

 

Como consecuencia fueron condenados a cadena perpetua el comisario Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, a quienes se los pudo ver gozando de beneficios no propios de esta pena. Mientras los familiares insisten en que los responsables políticos también deben ser juzgados.

 

En la estación, desde hace varios años, los militantes pintan en el cartel principal de la estación de Avellaneda los nombres de sus compañeros muertos, pero en varias oportunidades la empresa a cargo de la línea los modificaba. Desde ahora el nombre de los luchadores deber ser obligatorio.

 

La «Masacre de Avellaneda» identifica a este Municipio con un hecho lamentable pero llevando su estación  ferroviaria el nombre de los mártires le permite al pueblo no olvidar e impedir que hechos similares vuelvan a repetirse.