Economía

Un presupuesto para acordar con el FMI

Así se titula el reciente informe del instituto de Pensamiento y Políticas Públicas de Unidad Popular que dirige Claudio Lozano, director del Banco Nación Argentina, donde se examina el proyecto del presupuesto nacional 2022. Un aporte necesario para continuar debatiendo la coyuntura económica de la Argentina.

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Tras la derrota electoral del Gobierno Nacional en las elecciones PASO, y en el marco del debilitamiento político vivido, Claudio Lozano afirma que el formato y la estructura del proyecto de presupuesto 2022 “con formato fondomonetarista” se enmarca en la estrategia del Gobierno Nacional de “reconstruir gobernabilidad, aunque más no sea de carácter conservador”.

Esto se observa no solo en el presupuesto presentado a medida de un acuerdo con el FMI, sino también en la formulación del proyecto de Ley de Hidrocarburos que concede grandes beneficios a las petroleras, o el proyecto de Fomento al Desarrollo Agroindustrial que integra los intereses del Consejo Agroindustrial Argentino.

Ante un presupuesto contractivo que retira al Estado del aporte a una mayor demanda y que reduce déficit por el camino del ajuste del gasto y no por expansión de la recaudación, los autores coinciden en que es justo dar “una discusión seria sobre los controles cambiarios y de precios y no la simple resignación de expandir el gasto, prolongando el sufrimiento social” de millones de compatriotas.

En la introducción del análisis de las previsiones de recursos y gastos para el próximo ejercicio financiero, también se señala que existen “recursos para replantear la política en línea con las evidentes demandas por mayor y mejor distribución del ingreso” y actúe sobre las urgencias reales de los sectores más vulnerables. Sin embargo, esto no depende de la disponibilidad de recursos, sino de la “lógica de una política económica cuyos lineamientos están en el mensaje presupuestario”, indican los autores.

El informe que lleva el mismo título que esta nota, advierte que la situación del Banco Central y la falta de reservas refieren a “un fracaso mayúsculo de la política económica” y de “decisiones equivocadas” teniendo en cuenta que se da en el marco de un amplio saldo comercial positivo.

A continuación, compartimos los ocho puntos que sintetizan el estudio coordinado por Ana Rameri y realizado por Claudio Lozano, Horacio Fernández, Mariana Rivolta, María Ventura Flossi, Gustavo Lahoud, Javier Rameri y Julieta Arilla.

Tras la derrota electoral del Gobierno Nacional en las elecciones PASO, y en el marco del debilitamiento político vivido, Claudio Lozano afirma que el formato y la estructura del proyecto de presupuesto 2022 “con formato fondomonetarista” se enmarca en la estrategia del Gobierno Nacional de “reconstruir gobernabilidad, aunque más no sea de carácter conservador”.

Esto se observa no solo en el presupuesto presentado a medida de un acuerdo con el FMI, sino también en la formulación del proyecto de Ley de Hidrocarburos que concede grandes beneficios a las petroleras, o el proyecto de Fomento al Desarrollo Agroindustrial que integra los intereses del Consejo Agroindustrial Argentino.

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Ante un presupuesto contractivo que retira al Estado del aporte a una mayor demanda y que reduce déficit por el camino del ajuste del gasto y no por expansión de la recaudación, los autores coinciden en que es justo dar “una discusión seria sobre los controles cambiarios y de precios y no la simple resignación de expandir el gasto, prolongando el sufrimiento social” de millones de compatriotas.

En la introducción del análisis de las previsiones de recursos y gastos para el próximo ejercicio financiero, también se señala que existen “recursos para replantear la política en línea con las evidentes demandas por mayor y mejor distribución del ingreso” y actúe sobre las urgencias reales de los sectores más vulnerables. Sin embargo, esto no depende de la disponibilidad de recursos, sino de la “lógica de una política económica cuyos lineamientos están en el mensaje presupuestario”, indican los autores.

El informe que lleva el mismo título que esta nota, advierte que la situación del Banco Central y la falta de reservas refieren a “un fracaso mayúsculo de la política económica” y de “decisiones equivocadas” teniendo en cuenta que se da en el marco de un amplio saldo comercial positivo.

A continuación, compartimos los ocho puntos que sintetizan el estudio coordinado por Ana Rameri y realizado por Claudio Lozano, Horacio Fernández, Mariana Rivolta, María Ventura Flossi, Gustavo Lahoud, Javier Rameri y Julieta Arilla.

  • Un importante aumento de los intereses por deuda pública que representan el 13 por ciento de los gastos de la Administración Nacional y que por sí solos equivalen a 27 de las 29 finalidades del gasto.
  • El presupuesto incurre en una mayor regresividad tributaria ya que la perdida de recaudación por la eliminación del aporte a las grandes fortunas y por los menores ingresos por el Comercio Exterior superan con creces las leves mejoras en Ganancias y Bienes Personales.
  • La estimación respecto a los subsidios energéticos abre serios interrogantes sobre la posibilidad de aumentos tarifarios.
  • El cierre de las cuentas del 2021 no muestra financiamiento para un bono a los jubilados que compense la pérdida de poder adquisitivo del año.
  • A la vez las pautas implícitas de aumentos en jubilaciones (10%) y en salarios (20 %) para el 2022 resultan incompatibles con una inflación del 33 % y nos indica que en ambas partidas se está subestimando el gasto.
  • En sentido inverso hay, al igual que en el 2021, una clara sobreestimación del Gasto de Capital.
  • A la vez en los gastos sociales aparecen distintas insuficiencias. A saber, se amplía la cobertura de la AUH en 15000 chicos cuando hoy son más de un millón los excluidos. Hay un notorio debilitamiento del programa Progresar, y si bien se plantea un aumento de la cobertura de la tarjeta alimentar y del Potenciar trabajo, estos aumentos exhiben inconsistencias con el financiamiento que se le asigna.
  • Por último, la observación del Gasto Tributario que representa un 2,64% del PBI y que sumado a los intereses por deuda representan el 85% del déficit financiero, es una nueva señal respecto a cuáles son las prioridades para fortalecer las cuentas públicas. Reforma Impositiva Progresiva con fuerte revisión de exenciones, promociones y subsidios, y otro tratamiento de la Deuda Pública. Todos estos aspectos se describen y cuantifican en el material sobre el Presupuesto que estamos presentando.