Representantes de Asociaciones de Usuarios y Consumidores inscriptas ante el Registro Nacional de Asociaciones de Consumidores (RNAC) y el Registro de Asociaciones de Consumidores de la Ciudad de Buenos Aires, presentarán un escrito ante los legisladores porteños para ser tenidos en cuenta al momento de definir los principales puntos de los proyectos que plantean el traspaso del servicio de subterráneo.
“Es fundamental la participación de los usuarios en todo el proceso de discusión de la ley”, expresan.
Reclaman a los diputados que “avancen en el dictado de una ley moderna, abierta a la participación, que garantice el control y que provea de las herramientas jurídicas y técnicas para mejorar en forma sustancial el servicio de subte, aportando, en definitiva, a una mejor calidad de vida de los usuarios del sistema”.
Transcribimos sus requerimientos:
a) Resulta imprescindible que el SUBTE esté en la órbita de la Ciudad de Buenos Aires, tal como sostuvimos desde siempre las asociaciones, más aún en el proceso de consolidación de la autonomía de la Ciudad. En consecuencia, valoramos que se esté discutiendo en forma concreta y cierta la legislación que recepte al SUBTE en nuestra Ciudad.
b) Desde nuestra perspectiva, consideramos que es innecesario apelar a declarar la emergencia del sistema, tal como plantea el proyecto oficial, dado que sólo significará alejarse de la ley y habilitar, por el plazo de 5 años, a que los funcionarios de turno (de esta u otra administración sobreviniente) se manejen con discrecionalidad. Consideramos que el respeto a la ley y el encuadre de la gestión dentro de ésta es la mejor garantía para recuperar un servicio básico de la ciudad que hoy lo padecemos todos los usuarios.
c) Resulta alejado a la normativa vigente, tanto nacional, como la que establece la OIT, la declaración del SUBTE como servicio público esencial.
d) No estamos de acuerdo conque el financiamiento del traspaso recaiga en el bolsillo de los usuarios a través de impuestos a los combustibles (de dudosa legalidad), ni con el aumento del peaje en las autopistas, ni con el aumento de las patentes de los autos. Los recursos para el traspaso y la mejora del servicio deben salir del presupuesto de la Ciudad, con partidas específicas, claras y aplicadas a los fines que se establecen. Le exigimos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que sea creativo en la generación de los recursos y que no caiga en la remanida estrategia del aumento de impuestos, tasas o alícuotas.
e) Instamos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a que asuma el compromiso de definir un plan progresivo de mejoramiento y extensión de la red, inaugurando los tramos ya construidos, en ejecución, y proyectados, en un plazo inmediato.
f) Reivindicamos los derechos y deberes de los usuarios tal como están expresados en alguno de los proyectos presentados porque implican un justo equilibrio para el usuario, a la vez que generan un consumidor responsable que es por lo que venimos bregando desde el movimiento de consumidores.
g) Es fundamental la participación de la representación de los usuarios en todo el proceso de discusión de la ley, lo mismo que en los órganos directivos de la empresa SBASE, compartiendo esa responsabilidad con la representación de los trabajadores. No hay colectivo social que más sufra al SUBTE que los usuarios y por eso la imperiosa necesidad de reconocer su participación activa en la toma de decisiones. Consideramos que la representación de los usuarios puede ser ejercida por cualquier asociación debidamente inscripta, sin más requisito que su compromiso en la defensa de los derechos de los consumidores.
h) Mantenemos nuestro apoyo al mecanismo de la Audiencia Pública como instancia participativa para discutir y aportar al discernimiento de un mejor servicio con una tarifa razonable. El marco legal previsto en la Ciudad a este efecto no puede ser desvirtuado, bajo ningún concepto, por la nueva legislación.
i) Es necesario que el texto final de la ley incorpore en forma expresa y clara las funciones del Ente Regulador de los Servicios Públicos de la CABA como órgano de control del sistema de subterráneo de la Ciudad, sin dejar lugar a redacciones que abran caminos interpretativos diversos.