El devenir del concurso de acreedores en que quedó sepultado el sueño de una empresa pública que intervenga en el comercio exterior de granos, acaba de cumplir otro plazo procesal en el que se demuestra que los responsables de una descomunal estafa perpetrada contra el Estado Nacional y los productores de granos gozan de absoluta impunidad.
A los socios de la fallida Vicentin se le acortaban los plazos para acercar una propuesta de pago a sus acreedores. Por esa razón, pidieron un nuevo plazo de seis meses de gracia, justamente hasta el 31 de marzo de 2022, cuando este año haya quedado en el olvido y la inviabilidad económica de la empresa quebrada sea absolutamente irrecuperable.
Desde aquella efímera voluntad expropiadora hasta el presente han pasado cerca de 18 meses. En ese tiempo, en el que se enfatizó sobre los riesgos de una extranjerización mayor del comercio exterior a manos de la multinacional Glencore, sobre los riesgos de consumar una estafa brutal que significa un duro revés económico sobre las arcas del Banco Nación y la impunidad de la que podrían ser beneficiados los autores de tamaña estafa, lo único que ha sucedido, es que se terminaron de confirmar todos los pronósticos.
Un reciente informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que dirige el Director del Banco Nación, Claudio Lozano, logra advertir que el mercado que fue abandonando la fallida Vicentín, fue ganado principalmente por la empresa Viterra (filial local del grupo económico Glencore y ex Oleaginosa Moreno).
También, se logró establecer que se incrementó durante éste tiempo la extranjerización y concentración del comercio exterior de granos, al mismo tiempo, en que los productores que resultan ser acreedores de Vicentin, hasta el presente, no han visto un peso por las deudas que aún siguen vigentes.
Los números que explican la extranjerización
“El primero de estos cuadros refleja la evolución de las exportaciones de las 15 firmas principales del complejo cerealero y oleaginoso. A la vez, con dicha información se puede elaborar el gráfico que presentamos a continuación, y que evidencia cómo el grupo Vicentín S.A.I.C. pierde posiciones (es el que más cae en el total exportado de un año al otro) mientras Viterra (ex Oleaginosa Moreno-Glencore) se destaca por su tasa de crecimiento frente al resto de los principales exportadores del país” destaca el informe del IPyPP de Claudio Lozano.
“En el año 2020 las exportaciones de Vicentín S.A.I.C. cayeron un 88% con relación al año anterior, es decir, de los U$S2.121 millones que exportó en 2019, pasaron a ser tan solo U$S245 millones en 2020” destaca.
Con estos resultados, Vicentín S.A.I.C. perdió posiciones en el comercio exterior de granos. En el año 2019, la firma ocupaba el puesto Nº 6 del ranking de las cerealeras, y en tan solo un año, cae 7 escalones para ubicarse en el 13º lugar del panel. Asimismo, si consideramos el conjunto de exportadores, Vicentín S.A.I.C pasa a ocupar el puesto Nº 23 del ranking, habiendo ocupado el 7º lugar el año previo, lo cual implica una caída de 16 puestos en el panel de las principales firmas exportadoras.
En el caso de Viterra Argentina (ex Oleaginosa Moreno), la firma aumentó sus exportaciones un 38% con relación al año anterior, pasando de los casi U$S1.760 millones en 2019 a los más de U$S2.400 millones en 2020 (+U$S668 millones). Este crecimiento supera ampliamente la performance de otras dos firmas que exhibieron leves mejoras en su desempeño exportador, como fueron Cofco y ADM Agro, con un 5% y 8% respectivamente; todas las demás firmas del sector presentaron caídas en sus ventas, que van del -2% al -16% (excluido Vicentín), entre ellas, Cargill, Bunge, AGD, Dreyfus y Molinos Agro.
Como resultado de lo anterior, Viterra Argentina subió 5 posiciones en el ranking de las agroexportadoras en un año, pasando del 8º en 2019 a ubicarse en el puesto 3º en 2020, quedando por detrás de Cargill y Cofco.
“El declive en el desempeño exportador del sector se explicó principalmente por la caída en un 98% de las ventas de Vicentín S.A.I.C., pasando de exportar 8,5 millones de toneladas de granos y derivados en la campaña 18/19 a declarar tan solo 200 mil toneladas vendidas en la campaña 19/20 (-8,3 millones de tn). Por tales motivos, la firma cayó 6 posiciones en el ranking del panel, pasando del 6º al 12º puesto en tan solo un año” destaca el informe.
Al mismo tiempo, Viterra Argentina (ex Oleaginosa Moreno) incrementó sus exportaciones un 33%, es decir, sus ventas declaradas al exterior pasaron de 7,8 millones de tn en la campaña 18/19 a 10,4 millones de tn en la campaña 19/20 (+2,6 millones de tn). De ahí el salto del 7º al 3º lugar en el ranking de las principales agroexportadoras.
Como consecuencia de lo anterior, se profundiza el proceso de extranjerización en el comercio exterior de granos. Se verifica que la presencia del capital extranjero en el mercado asciende del 64% al 67%, al tiempo que se ve reducido 7 puntos porcentuales el peso relativo de los grupos empresariales locales, pasando del 29% al 22% de las ventas totales. El resto de los actores que integran el complejo agroexportador aumentaron su participación del 7% al 11% entre ambas campañas.
“Es evidente que la crisis del grupo Vicentín deviene, naturalmente y si no media una decisión de política pública, en una mayor concentración y extranjerización del comercio de granos. El beneficiario directo de este proceso es el grupo Glencore, socio histórico y actual de Vicentín en la empresa Renova. Es más, sabemos incluso que a partir de la crisis de Vicentín, el grupo Glencore se instaló en Paraguay (reemplazando a Vicentín Paraguay). El dato parece indicar que se siguen sosteniendo las operaciones de triangulación que Vicentín garantizaba haciendo ingresar soja paraguaya “que se elaboraba en Argentina“ (en el marco del régimen de admisión temporaria) y cuyo despacho y facturación final se realizaba desde Uruguay. Operación ésta que ha implicado y que de mantenerse implicaría pérdidas de recaudación impositiva y de divisas para nuestro país” sostienen los autores del informe.
“Como señalamos, otro gran beneficiario de la crisis de Vicentín ha sido el emergente grupo rosarino Diaz & Forti S.A. que casualmente opera en las instalaciones de Vicentín. Es decir, el socio histórico y actual de Vicentín (Glencore) incrementó en U$S668 millones sus exportaciones, mientras que el grupo que opera la planta de Vicentín aumentó en U$S834 millones sus exportaciones. Ambos sumados totalizan U$S1502 millones, lo que representa el 80% de lo perdido por Vicentín en el 2020.” Destacan.
Claudio Lozano se formula preguntas inquietantes. “Cabe preguntarse: ¿Vicentín no estará asociado a este proceso?; ¿Esos millones de dólares exportados serán efectivamente ajenos a Vicentín?; ¿El juez del concurso de acreedores, que sigue eludiendo considerar al grupo Vicentín Argentina y a Vicentín Family Group de Uruguay como un solo grupo, tomó recaudos para que estas operaciones no sean fondos que se escapen de la bolsa común del concurso que debiera garantizar los pagos a los acreedores?”
Y sentencia “Las alternativas de concentración y extranjerización, o bien de futuros desguaces con efectos laborales adversos, se van haciendo cada vez más presentes como resultado del caso Vicentín. Ninguna de esas alternativas es conveniente para el sector, ni para la economía provincial, ni para la situación del comercio exterior o el manejo de las divisas que ingresan a nuestro país. Probablemente, la decisión de expropiar que en su momento tomara el poder ejecutivo nacional, careció de la preparación de las condiciones políticas y de oportunidad para poder prosperar. Mucha agua ha pasado desde ese momento hasta hoy. El tiempo transcurrido, las investigaciones desarrolladas, los avances judiciales de carácter penal y comercial, el propio concurso de acreedores y la auditoría forense, etc., todo ha contribuido a gestar nuevas condiciones de consenso para intervenir frente a la situación creada. Hasta quienes, en su momento, defendieron a Vicentín frente a la expropiación, han llegado a reclamar una nueva intervención del propio Estado Nacional y Provincial. Parece razonable que, cuando venza el período de exclusividad en el marco del concurso, el Estado Nacional haga valer sus derechos asociados a los créditos del Banco Nación, el resto de la banca pública y la AFIP, y busque los socios necesarios para que el final de esta historia se acerque a la necesidad de nuestro país y no al fraude de Vicentín. Es decir: no a la extranjerización, sí a la creación de una empresa testigo en el comercio exterior de granos.”